lunes, 4 de diciembre de 2017

CAPITÁN VALIENTE, LA HISTORIA DEL CAPITÁN MARVEL

CAPITÁN VALIENTE, LA HISTORIA DEL CAPITÁN MARVEL. 
Artículo de Lou Mougin. Traducido por Félix Frog2000. (Amazing Heroes 14, 1982.)

Recuerdos.

Puede que este héroe no se encuentre entre los primeros de Marvel, pero sin embargo bien puede haber disfrutado de algunos excelentes números en su serie que están a la altura de los de los más memorables personajes. Stan Lee se lo inventó a finales de los sesenta. Era un héroe que en la primera Novela Gráfica editada por Marvel moría eventualmente por culpa del cáncer.

Si, es uno de los tres personajes que ha utilizado dicho nombre, uno de los pretendientes al trono del Gran Queso Rojo. 

Si, también es el mismísimo Capitán Kree, el oscuro agente secreto de las estrellas que realmente nunca ha disfrutado de una personalidad propia, pero que cuando caía en las manos adecuadas era una buena lectura: manos como las de Roy Thomas, Gene Colan, Archie Goodwin, Jim Starlin, Steve Englehart y Al Milgrom, o se convertía en ilegible cuando caía en las garras de escritores segundones.

Sin embargo, con su muerte finaliza toda una época, aunque nosotros somos portadores de buenas noticias: el Capitán Marvel está muerto, pero sigue vivo en nuestro recuerdo.

Recuerdos...

LA LLEGADA DEL CAPITÁN MARVEL

En 1967 acaba de aparecer a la venta en los quioscos "Fantasy Masterpierces", el espectacular título de doble número de páginas de la Marvel que reeditaba clásicos de la editorial (la Antorcha Humana de la Edad Dorada, el Capitán América, Sub-Mariner y otros), aunque las ventas no acompañasen y se tuviese que intentar un nuevo truco. La revista se retituló como Marvel Super-Heroes y aunque siguió reeditando viejas historias, la primera que aparecía en las páginas del título estaba protagonizada por un nuevo superhéroe. En la portada se podía ver un dibujo del personaje realizado por Gene Colan y Frank Giacoia, una figura que llevaba su chaqueta en la mano mientras caminaba por el centro de una transitada calle. Detrás suyo una nave espacial enfilaba hacia el cielo, parecía un taxi que acababa de dejar a sus pasajeros atrás. Una multitud se apiñaba debajo de los rascacielos cerca de una barbería, mirando fijamente horrorizados hacia la figura de anchos hombros con casco que vestía de verde y blanco. No parecía demasiado impresionante, pero era algo nuevo entre el grupo de héroes de la Marvel, y en 1967 supuso todo un acontecimiento. En la portada se podía leer: "Marvel Super-Heroes presenta al Capitán Marvel".

Supongo que a la mitad de los lectores les aliviaría saber que Marvel no había resucitado al viejo héroe de la Fawcett, aunque puede que el resto se enfureciese porque la editorial se había apropiado del nombre. Entre esa otra mitad seguro que estaba Myron Fass, cuya flácida versión del Capitán Marvel -un robot que podía despiezarse a sí mismo dibujado por Carl Burgos- había trastabillado a lo largo de seis números en un intento de captar a una audiencia familiar con el anzuelo del afamado nombre. Además, entre los detractores probablemente también estaría DC Comics, que habían metido a juicio a la Fawcett porque pretendidamente esta había copiado a Superman con su Gran Queso Rojo. Finalmente, en 1954 consiguieron evitar su aparición en las estanterías mediante un acuerdo mutuo. Pero por el momento no ejercieron presión alguna contra Marvel. En ese punto el Capitán Marvel era un negocio que arrancaba sin problemas. 
En realidad, la historia de su saga había comenzado meses atrás en las páginas de los Cuatro Fantásticos números 64 y 65. En esos números Stan Lee y Jack Kirby habían creado una nueva némesis para su principal equipo de héroes bajo la forma de El Centinela, un enorme robot sentiente con funciones de defensor y que había sido emplazado en la Tierra Siglos atrás por la misteriosa raza alienígena conocida como los Kree. Además, en la historia hacía acto de presencia Ronan el Acusador, cuyo intento de asesinar a los cuatro héroes se solucionaba cuando estos lograban desactivar con éxito al robot. El problema era que cuando lo hicieron, algún mecanismo alertó a los Kree de que algo desfavorable para ellos estaba ocurriendo en la Tierra. (Durante los Siglos anteriores habían creado a los Inhumanos, pero ese dato no lo conoceríamos hasta que pudimos leer algunos números de Thor un año más tarde.) Este hecho puntual requirió que mandaran un equipo en una misión de investigación para averiguar lo que había ocurrido en nuestro planeta, y que decidiría si la Tierra seguiría viviendo o sería destruida. También significaba la aparición de una nueva serie superheróica, la primera que aparecería en Marvel desde el lanzamiento de las colecciones de "Sub-Mariner" y "Nick Furia, Agente de Shield" en 1965, una de las de Marvel "de verdad" en aquellos días pre-expansión de 1967. La serie estaría protagonizada por el Capitán Marvel.
La primera historia se titulaba apropiadamente "La llegada del Capitán Marvel", y estaba realizada por Stan Lee y Gene Colan. En ella nos encontramos por primera vez a un Kree de carne y hueso. En apariencia, era tan humano como cualquier habitante de la Tierra, si descontábamos el uniforme de serial de televisión con el que vestía. En este orden, conocimos en aquel número a los siguientes personajes: la doctora Una, el interés amoroso de los dos hombres que protagonizaban la historia, al Coronel Yon-Rogg, que la amaba en vano pero que era el jefe de la expedición, con tácticas parecidas a las de Oil Can Harry [el villano de Super Ratón], y finalmente podíamos ver al Capitán Mar-Vell, que también estaba enamorado en vano de Una porque las manipulaciones de Yon-Rogg habían impedido algo más. Así que ya estábamos todos. 

Estaba previsto que Mar-Vell fuese enviado a las verdes colinas de la Tierra en una misión en solitario. "¿Qué pasa con el resto del grupo?", le preguntaba Una. "¡No habrá más! ¡El Coronel me ha ordenado llevar a cabo esta misión solo!", replicaba Mar-Vell, un galán de pelo blanco que se podía ver cuando se quitaba el casco. Después de algunos diálogos más susurrados en plan "soap-opera", Una concluía "¡el verdadero objetivo del Coronel Yon-Rogg es asegurarse de que no regreses vivo!" No era cierto. El verdadero objetivo del Coronel Yon-Rogg era asegurarse de que nosotros volviésemos cada mes a la colección para ver cómo siseaba de rabia el frustrado villano. Todos esperábamos que en breve tiempo Mar-Vell lo convirtiese en pulpa en una picadora de carne. Yon-Rogg era un tipo rastrero, hacía las cosas a escondidas, asestaba puñaladas traperas y también estaba consumido por la lujuria, era alguien tan despreciable que creíamos que sería capaz de echar a Una de su casa o quizá de atarla a las vías de tren. El segundo argumento del número aparecía una página más tarde: Mar-Vell se tomaba una poción para respirar proporcionada por la doctora Una. En estos primeros números el personaje no era capaz de procesar ciertos elementos del aire de la Tierra para poder vivir, y por lo tanto dependía de su casco, con el que parecía dormir tanto como combatir, y de la fórmula suministrada por su dama. Más tarde, como dicho elemento se convirtió en algo incómodo, los guionistas lo ignoraron de forma muy conveniente y los Terranos y los Kree respiraban las atmósferas de los demás sin tener que tomar ningún bebedizo. Sin embargo, en esos primeros pasos de la colección, Mar-Vell tenía que excusarse mientras estaba tomando café y apresurarse a engullir su vial, para luego retornar a sus labores. Después de que la nave espacial Kree, equipada completamente para superar la atmósfera terrestre, exudara un "Aura Negativa" que la protegía de ser detectada por el ojo humano o los rádares, Mar-Vell era enviado a su misión. "¡Noto que la Inteligencia Suprema está cerca!", le decía una llorosa Una. "¡Tu amor es suficiente para mantenerme en pie!" murmuraba Mar-Vell. "¡Escotilla de salida abierta, señor!", le brindaba un lacayo calvo. Y según el Capitán atravesaba el portal, conjeturaba: "Puedo que me enfrente en solitario contra la fuerza armada de todo un planeta, ¡pero todavía soy Capitán de una flota espacial intergaláctica y sigo siendo un Kree!"
En dos viñetas, el espía Kree nos contaba cuáles eran sus poderes: podía volar por medio de un "cinturón que expulsaba aire", la menor gravedad de la Tierra le proporcionaba una fuerza y agilidad comparables a las de Spider-Man, y llevaba encima un Proyector Universal capaz de emitir una luz negra que cegaba a sus enemigos o hacer explotar objetos, además de crear un núcleo magnético de fuerza para que los fragmentos casi volvieran a su forma original. Sin embargo musitaba: "si es necesario puedo disfrazarme como visten en la Tierra con la ropa que he empaquetado entre el equipaje que llevo en los cilindros, ¡pero mi fuerza se reducirá mientras esté expuesto a la atmósfera extraterrestre!" Esta última característica jamás ningún guionista la utilizó de forma apropiada, por lo que sería olvidada para siempre. Stan Lee estaba creando un prototipo de aventurero, y más tarde los creadores seguirían sus indicaciones o las ignorarían según sus deseos.
Saltando por encima de la valla, Mar-Vell se encontró justo enfrente de un misil experimental que estaba a punto de despegar. En cuanto lo hizo, la radiación emitida por el uniforme y el cilindro de Mar-Vell consiguieron que de alguna forma el cohete fallase, porque no hay misil que esté preparado para la visita de alguien de la Galaxia Kree, y el cohete se detuvo explotando furiosamente. El personal de la cercana base militar detectaba la radiación del hombre del espacio con sus contadores geiger y enviaba a un escuadrón de soldados para detenerlo. En respuesta, Mar-Vell rociaba el terreno con su rayo de luz negra, cegando a las tropas mientras emprendía su huida. Después de cambiarse su disfraz por las ropas terrestres, Mar-Vell hacía auto-stop hasta la ciudad, se registraba en el registro de un hotel como "C. Marvel" ("¡Todo lo que he tenido que hacer es americanizar Mar-Vell como Marvel! ¡Muy sencillo!"), y ya empezaba a relajarse en su habitación cuando Yon-Rogg hacía que un dispositivo de comunicación se teleportase de forma dolorosa en su brazo. Hecho esto, Mar-Vell recibía un comunicado de su Ministro Imperial Zarek, la mano derecha de la Inteligencia Suprema de los Kree: "Nuestro Centinela intergaláctico ha fallado en su misión terráquea, ¡así como también Ronan, El Acusador! ¡Ahora tendrás que elegir cuál es tu misión! Pero has de saber lo siguiente, guerrero espacial, ¡que si no triunfas en tu cometido, supondrá tu muerte!" Y esas eran las opciones con las que daba comienzo la serie. Stan Lee dejaba el escenario preparado para sus sucesores. El primero de ellos fue Roy Thomas.
THOMAS SE HACE CARGO

En la primera aventura de Thomas y Colan (Marvel Super-Heroes nº 13), Mar-Vell customizaba su aparatoso equipaje hasta convertirlo en un arma instalada en su muñeca, y vestido como un civil se disponía a llegar a su cita con la nave Kree. Mientras tanto, las sospechas del empleado del hotel Jeremy Logan acerca del tío que se había identificado como "C. Marvel" crecían terriblemente. "¿Qué nombre es ese para alguien que dice ser honesto?" se preguntaba, porque aparentemente no se debía haber leído los cómics de la Fawcett cuando era chaval.

Mar-Vell, que lucía su uniforme Kree, era transportado hasta la nave. Pero mientras lo estaba haciendo, Yon-Rogg intentaba derribarlo del cielo con un disparo láser "accidental". Mientras apuntaba, en una coincidencia que ni siquiera Charles Dickens se habría creído nunca, un pequeño avión de hélice se interponía en su camino y explotaba en una espectacular viñeta a toda página. Yon-Rogg decidía pirárselas, y Mar-Vell examinaba al piloto fallecido del avión. Era Walter Lawson, un experto en misiles por control remoto, y con una pequeña y juiciosa falsificación, Mar-Vell asumía su identidad para poder entrar en el interior de Cape, la base de misiles que servía como telón de fondo en los comienzos de la serie. Aparentemente un as de la ciencia Kree, Mar-Vell era capaz de interpretar los planos de los cohetes sin problemas.

"Entonces, un día, exactamente una semana después de que el oficial del espacio hubiese comenzado su ominosa mascarada..." era invitado a visitar el hangar vigilado por el General Bridges, alias "El Viejo", que era quien comandaba la base. Después de descubrir que habían desactivado a El Centinela, se enteraba de que "había sido descubierto por pescadores de perlas... ¡en una cadena de islas del Sur del Pacífico!" En esa secuencia nos presentaban a Carol Danvers, la rubia de paisano que era "la encargada de la seguridad" de la base. Años después, cuando el feminismo se puso de moda, se convertiría en Ms. Marvel, pero en 1967 era temprano todavía, y por el momento tan sólo era un personaje secundario.
Buscando una forma de eliminar a Mar-Vell, Yon-Rogg elegía activar de nuevo al Centinela. El gigantesco robot golpeaba a los guardias que se cruzaban en su camino y salía del hangar ("¡No seréis capaces de resistir mi pura fuerza bruta!"), y atraía la atención del General Bridges, que llamaba a "Walter Lawson", su experto en robótica. Mar-Vell se disponía a entrar en combate mientras El Centinela ya había decidido lo que quería hacer. "Mis antiguas instrucciones eran defenderme... ¡de la forma más expeditiva! Por lo tanto, ¡Mi único recurso es destruir la base!" Mar-Vell hacía aparición e intentaba hacerle desistir, pero El Centinela demostraba tener un cerebro independiente e intentaba aplastarlo con un doble manotazo. La batalla causaba estragos durante el primer número del Capitán Marvel, pero finalmente el Kree abría una brecha en la armadura del Centinela y usaba un "núcleo magnético" de poder para desgarrar así las entrañas del robot. El Capitán Marvel, tal y como lo llamaban las tropas de la base, era un héroe. Por el momento.

Durante los siguientes tres ejemplares, todos ellos realizados por Colan y Thomas, la calidad de estos primeros números de la serie fue similar. En los números 2 y 3 supimos por primera vez del conflicto cósmico que existía entre los Kree y los Skrull. El Emperador de los Skrulls se daba cuenta de que Mar-Vell se encontraba en activo en la Tierra y de que la nave Kree estaba en su órbita, convirtiendo el planeta en un lugar estratégico de vital importancia. En consecuencia, decidían enviar al Super-Skrull para hacer prisionero a Mar-Vell y meterlo entre rejas. Nada más aterrizar, el Skrull interceptaba sin darse cuenta a Jeremy Logan, que había llevado el uniforme Kree de Mar-Vell a la base para desvelar quién era realmente el nuevo empleado. El Super-Skrull agarraba a Logan y lo arrojaba por un acantilado, dejándolo en coma. A Mar-Vell no le fue mucho mejor mientras el poderoso Super-Skrull lo superaba en combate. Sin embargo, al final Mar-Vell se las arreglaba para volver el poder hipnótico de su enemigo contra él mismo y lo forzaba a abandonar la órbita de la Tierra. Este breve relato en dos partes fue el primer brillo de lo que se convertiría en la magnífica guerra Kree-Skrull tres años después. 

En el número 4 veíamos a Mar-Vell cruzar su camino con Namor en una buena historia donde Yon-Rogg le ordenaba al protagonista liberar un cultivo de gérmenes en una ciudad cercana para estudiar la reacción humana ante la mortal trampa biológica, por lo que Sub-Mariner combatía a Mar-Vell para disuadirlo. En cualquier caso, parece que Mar-Vell tenía las de perder, pero también se las ingeniaba para golpear a Namor y detener el detonador de forma encubierta, haciendo estallar en pedazos la cápsula con los gérmenes.
NUEVOS CREADORES Y NUEVOS PODERES

Esto hizo que Yon-Rogg celebrara un juicio en la nave en el siguiente número, mientras Arnold Drake (que venía de hacer Doom Patrol) y Don Heck se hicieron con las riendas de la serie. Drake, un buen guionista de DC, sin embargo no fue capaz de igualar el material proporcionado por Lee y Thomas, y la serie sufrió bastante por culpa de unos débiles argumentos y villanos de segunda. Yon-Rogg quería defenestrar a Mar-Vell por no permitir que se destruyese la ciudad, pero Ronan El Acusador, comunicándose a través de una tele-pantalla, decidía demostrar clemencia y darle a Mar-Vell un respiro, eso si era capaz de asesinar a Jeremy Logan, quien había desmontado su cobertura en la Tierra. En su lugar, Mar-Vell detenía a un villano llamado Metazoide, lo asesinaba y luego sacaba del coma a Logan. Logan ya no se acordaba de cuál era el secreto del Capitán Marvel.

En los siguientes números pudimos ver varios conflictos entre Mar-Vell y algunas némesis inhumanas, así como la tensión estirada artificialmente entre Una, Mar-Vell y Yon-Rogg. También supimos que Carol Danvers era el segundo interés romántico del personaje, dando algunas vueltas de tuerca a la serie. Los Aakon, una nueva raza de alienígenas hostiles posicionados en contra de los Kree, hicieron aparición en el número 12. Descubríamos que el verdadero Walter Lawson había sido miembro de la malvada Organización, comandada por un villano de primera llamado, bueno, Número Uno. Yon-Rogg ordenaba a Mar-Vell que intentara aliarse con los villanos, pero después de ser casi asesinado por un rayo de envejecimiento, Mar-Vell decidía devolver el cumplido y acabar con ellos. Es cierto que no tenía mucho que ver con los tiempos anteriores a Johan Hex. En un principio Yon-Rogg no estaba contento con el incumplimiento de las misiones por parte del personaje, pero luego se frotó las manos con regocijo mientras organizaba un pelotón de fusilamiento en el acto, situando a Mar-Vell delante del mismo, y haciendo que un funcionario gritara "¡Fuego!" en la última viñeta del décimo número.
Pero sólo era otro final Marvel en plan "la última y desesperada oportunidad", y tal y como comentaba un personaje en "Not Brand Echh!": "¿Por qué debería ser de otra forma?" Antes de que los soldados Kree abriesen fuego, eran eliminados por un rayo de los Aakons atacantes. El Capitán Marvel aprovechaba el combate cuerpo a cuerpo para liberarse del todo mientras los Kree y los Aakon empezaban una guerra a pequeña escala en la campiña de Florida. Y justo antes de que Mar-Vell pudiese alcanzarla, una bala perdida disparada desde el lado de los Kree volaba hacia Una, hiriéndola mortalmente. Mar-Vell cargaba con su amada a toda velocidad y se escabullía. Yon-Rogg ordenaba perseguirlo a pesar de encontrarse en plena batalla contra el enemigo, pero finalmente no lograba alcanzar al "traidor", que se metía en la Base Cape y se hacía con un cohete espacial para escapar, subiendo a bordo con Una y despegando. Pero las cosas no suelen ser tan fáciles. A bordo de la nave Kree, Yon-Rogg alcanzaba la nave robada por Mar-Vell con un lazo energético y la lanzaba hacia el espacio profundo. En el interior Mar-Vell escuchaba con el corazón roto mientras el de Una se detenía. Cuando la nave detuvo su trayectoria, enterró a su amor en un monumento improvisado en un asteroide, y luego continuó su camino con su exigua carga de combustible y alimentos.
Algunos meses después su viaje terminaba. Mar-Vell se encontraba en un planeta inexplorado habitado por mujeres hermosas y comandado por una pitón rocosa y sensitiva de 20 pies de largo que se llamaba Zo. Sin negociación alguna de por medio, Zo dotaba al Capitán Marvel de nuevos poderes, incluido el aumento de la fuerza, la capacidad de vuelo, el poder de teletransportación y habilidades hipnóticas. Para rematar la jugada, Mar-Vell era capaz de romper el monitor de su muñeca entregado por Yon-Rogg. Todo lo que tenía que hacer para devolver el favor era obedecer a Zo durante el resto de su vida. De todos modos su misión original ya había sido olvidada. Después de hacer una última parada en la Tierra, Mar-Vell se preparaba para continuar su camino.

Durante este número y el siguiente, los últimos de Drake, Dick Ayers fue el dibujante. El Capitán Marvel regresaba a la Tierra y a la Base Cape usando su nueva habilidad de teletransportación para intentar recoger los pedazos de su vida, y se encontraba con un androide gigante creado por el Pensador Loco. Gary Friedrich y Frank Springer tomaban en ese momento las riendas de la creación durante el siguiente par de números, donde veíamos cómo el androide era eliminado mientras aparecía Iron Man para celebrar una corta batalla entre héroes, mientras que Zo le decía al Capitán que dejase de perder el tiempo y volviese al espacio para completar su labor. Eso es lo que hacía Mar-Vell en el siguiente número, (ilustrado por Tom Sutton en uno de sus primeros trabajos para Marvel), que era poco más que un psicodélico viaje mental a través del cuál el Capitán Marvel era enviado hasta Kree-Lar, el planeta natal de los Kree, para destruir a un ídolo gigante llamado Tam-Bor. Y eso hizo.
RENOVADO DE NUEVO

Era obvio que las historias mediocres y el juego de cambio de silla de guionistas y dibujantes estaban haciendo que el Capitán Marvel sufriese la tensión y no alcanzase la excelencia de otros títulos, entre ellos los de Nick Furia, el Doctor Extraño y Estela Plateada, por lo que a punto estuvo de que la colección cerrase demasiado temprano, algo prácticamente desconocido en la editorial desde la primera etapa del Increíble Hulk allá por 1963. Las órdenes desde arriba fueron que se atasen todos los cabos sueltos, que se corrigiese el título y que se consiguiese crear un nuevo Capitán Marvel, ¡todo en un número! Y no podría haber sido mejor resuelto que por alguien que Archie Goodwin, uno de los mejores guionistas de todo el "bullpen" de Marvel. Trabajando codo con codo para arreglarlo todo, colaboraron con él Don Heck y Syd Shores.

La acción se reanudaba y Mar-Vell destruía a Tam-Bor, aunque era noqueado por una explosión, quedando impotente ante el ataque de Ronan el Acusador, que se preparaba para volarlo con un dispositivo de su cetro. La intentona era detenida por la llegada repentina del Super-Centinela, el robot emisario de la mismísima Inteligencia Suprema, que recogía a un Capitán Marvel que acababa de despertar y lo acarreaba a lo largo y ancho de Hala, el planeta sede de los Kree. Mientras tanto, Carol Danvers era secuestrada por Yon-Rogg, que terminaba llevándosela en un taxi.
En "Detrás de la Máscara de Zo" por fin veíamos a la Inteligencia Suprema Kree, una fusión de las mentes de todos los genios fallecidos Kree de épocas pasadas. Estaba celebrando un juicio en el que Zarek, el antiguo Ministro Imperial, era acusado de traición a la patria, al igual que el propio Ronan. Ambos habían conspirado para destruir la Tierra y desactivar a la Inteligencia Suprema. Yon-Rogg también formaba parte de la conspiración. Ronan aparecía de repente y se deshacía de Zarek, luego hacía una pausa y a continuación dejaba que Mar-Vell quedara expuesto a una explosión de energía negativa. Ya capturaría a ambos más tarde, o por lo menos eso es lo que aseguraba La Inteligencia. Su gran cara verde que aparecía en la pantalla de vídeo se disponía a atar un último cabo suelto: iba a hacer explotar la Tierra con un rayo de energía mental. Mar-Vell, que se había encariñado con el planeta durante el tiempo que había pasado en él, objetaba que él mismo sería capaz de hacer un trabajo mucho más eficaz. Algo dubitativa, La Inteligencia le informaba que su insubordinación le impediría para siempre aumentar de rango, pero que le concedía lo que le había pedido.

A continuación, le dotaba a Mar-Vell de su familiar uniforme rojo y azul que vestiría durante el resto de su carrera, y el Capitán enfilaba hacia la Tierra. Aunque conservaba sus poderes de vuelo y fuerza, su poder de teletransportación simplemente había desaparecido sin explicación, aunque haría un último uso de su capacidad hipnótica. Mientras Mar-Vell estaba dejando atrás la atmósfera de Hala, de repente se daba cuenta de que por culpa de la carga de energía negativa que había recibido se estaba desvaneciendo en el interior de "¡La Zona Negativa!" (Este es un pseudo-duplicado del Universo Marvel hecho de anti-materia que recuerda un poco al Qward que aparece en Green Lantern).
El verdadero equipo para la segunda tanda de la serie del Capitán Marvel llegó en el siguiente número, y se quedó durante toda su corta etapa antes de la siguiente, que empezaría en 1972... eso fueron cinco números. De nuevo, Roy Thomas era el guionista, Gil Kane se subió a bordo como dibujante y Dan Adkins lo hizo como entintador. Aparentemente, el nuevo disfraz rojo suponía un intento de enlazar al Capitán Marvel con su contrapartida de la Edad de Oro. Su historia lo confirmaba un poquito: también tenía a un Billy Batson propio llamado Rick Jones

En la página inicial, el Capitán Marvel flotaba inmóvil en el vacío, dirigiéndose hacia la Inteligencia Suprema, que sospechosamente sonaba como si un profesor de inglés se hubiese convertido en guionista de cómics: "Fue la siniestra llamada de sirena de la venganza la que te ha atraído hasta la Tierra... ¡una sed voraz con la que probar el dulce néctar de la justicia que demostrará ser tu perdición!" La Inteligencia, volviendo su mente hacia la Tierra, le mostraba quién era la verdadera estrella del show: Rick Jones vestido con el uniforme de Bucky Barnes. Era el vestigio de una reciente estancia de Jim Steranko en la colección del Capitán América, en la que Rick se había convertido en el compañero disfrazado del Capi. En los números guionizados por Stan Lee, el Capi y Cráneo Rojo habían cambiado sus cuerpos, y era el Cráneo vestido con el patriótico uniforme quien se las había arreglado para echar de su lado al joven con un sencillo: "¡Lárgate de aquí, chico, me estás molestando!" Disgustado por ello, Rick entraba como un elefante en una cacharrería en el hogar y sede de los Vengadores, devolvía el uniforme y lo cambiaba por la chaqueta roja y el pantalón azul con el que estamos más familiarizados. Mandando a tomar vientos su acreditación de los Vengadores, hacía auto-stop para salir de la ciudad y a continuación sentía la compulsión de bajarse en un lugar desolado que se encontraba a un lado de la autopista. Allí veía una ilusión que parecía el Capitán América, y lo seguía hasta un puesto avanzado abandonado (siempre hay uno a mano en cualquier vecindario). El Capitán América ilusiorio hacia un gesto para llamar su atención sobre dos muñequeras, se desvanecía y era reemplazado por una imagen de la cara del Capitán Marvel. Rick cogía las pulseras, se las ponía, y, con el objetivo de complacer a la imagen, seguía las instrucciones de Mar-Vell y las entrechocaba. De inmediato aparecía un relámpago mágico, algo que funcionaba como identificación de su desvanecimiento hacia la Zona Negativa, y era reemplazado por el Capitán Marvel.

¿Y quién estaba esperándolo a la vuelta de la esquina? ¡Ese era Yon-Rogg!
Después de un breve encontronazo en el que Mar-Vell casi moría por culpa de una bomba con la forma de Carol Danvers, Yon-Rogg escapaba y Rick Jones volvía a la existencia en "nuestro" mundo cuando Mar-Vell chocaba sus muñequeras. "Algo ha pasado entre nosotros dos... ¡Hemos intercambiado átomos!", observaba Rick. "¡Incluso tengo el mismo ansia de venganza que Mar-Vell...! " Y en el siguiente número, eso era precisamente lo que colmarían. La historia no tenía mucho más argumento que el de Rick Jones tocando una guitarra acústica en una cafetería, llamando así la atención del empresario Mordecai P. Boggs, pero Mar-Vell finalmente podía salvar a Carol Danvers y hacer que Yon-Rogg se quedara atrapado en las entrañas de una explosión. Se había vengado.

"El maestro loco del laberinto asesino" (número 19) era una historia ligeramente mejor en la que Rick y el Capi se enfrentaban al gerente de una Casa-Apartamento Asesina donde se utilizaban a seres humanos como ratas en un "laberinto" mortal, hasta que un antiguo preso del campo de concentración de Auschwitz estropeaba uno de los dispositivos y provocaba un explosión, matándose a sí mismo en el proceso. La última viñeta mostraba su brazo con un número de serie tatuada en él y su cuerpo tendido junto al de una rata. La colección del Capitán Marvel fue cancelada brevemente en ese número. Su siguiente parada fue como estrella invitada en una historia de los Vengadores, en la que Rick y el Capitán América finalmente tenían la oportunidad de hacer las paces. Entonces, algunos meses después Marvel decidió darle al guerrero Kree otra oportunidad y poner a Roy, Gil y Dan a trabajar en dos números de "prueba" en los que el Capitán Marvel luchaba contra Hulk. El intento no tuvo demasiado éxito y la serie falleció en su número 21.
FORCEJEANDO CONTRA LAS CUERDAS

Sin embargo, el Capitán Marvel no había... todavía no. Roy Thomas lo utilizó como estrella invitada en la colección de Namor, The Sub-Mariner número 30, en una historia que originalmente estaba planeada para aparecer en el Capitán Marvel nº 22. Después el Capitán Marvel y Rick finalmente se convertían en los personajes centrales de la cataclísmica Guerra entre los Kree y los Skrulls en los Vengadores nºs 89 a 97. En la obra de Roy Thomas, Sal Buscema, Neal Adams y John Buscema podíamos ver cómo el Capitán Marvel era separado de Rick Jones, cómo Ronan, el Acusador conquistaba a la Inteligencia Suprema, los combates entre Skrulls y Krees, al Super-Skrull capturando a Mar-Vell, a los Inhumanos deshaciéndose de la esclavitud a la que les habían confinado los Kree, la última resistencia perpetrada por los Vengadores, y finalmente a la Inteligencia Suprema utilizando la mente de Rick Jones para congelar a las armadas Kree y Skrull en el espacio. Como contaba la Inteligencia, tanto los Kree como los Skrull habían llegado a un callejón sin salida evolutivo, mientras que la raza humana apenas había comenzado su ascenso, y en algún momento toda la Humanidad poseería los poderes de la mente sobre la materia brevemente exhibidos por Rick Jones. En ese momento, Rick se derrumbaba por la elevada tensión, pero el Capitán Marvel conseguía salvar su vida. Fue la última vez que Roy Thomas pudo hacerse cargo del gran guerrero Kree, y por todo lo que sabíamos, esa sería la última aparición del personaje en cualquier sitio.
Como veremos más tarde, no fue eso lo que ocurrió. National Comics había conseguido finalmente adquirir los derechos del Capitán Marvel original de la Edad de Oro en aquel año 1972, y había hecho planes para llevarlo de vuelta a la imprenta. Dándose cuenta de las implicaciones, Marvel intentó forzar un revival de su versión con el número 22 del Capitán Marvel, fechado en septiembre de 1972, forzando así a que DC titulara su cómic con el nombre de "Shazam!" en febrero de 1973. En los primeros dos números del revival se podía leer una historia de Gerry Conway y Wayne Boring, el famoso artista de Superman, que era entintado por Frank Giacoia en un intento de "marvelizar" su dibujo. Daba bastante vergüenza. En todo caso, la convivencia entre Rick Jones y el Capitán Marvel fue restaurada por culpa del profesor Savannah (pronúnciese Sivana) y su encantadora hija Lou-Ann, mientras el personaje se apresuraba en derrotar a un villano con poderes atómicos llamado Megaton. El siguiente número, el 24, era incluso peor. En el mismo, Wolfman, Boring y Ernie Chua lo enfrentaban contra un cyborg asesino llamado Dr. Mynde (no Mr. Mind, sino ¡Doctor Mynde!) En este punto el Capitán Marvel estaba contra las cuerdas, pero Marvel estaba decidida a no doblegarse ante sus competidores. Tenían que encontrar un nuevo equipo creativo, eso era todo.
LA LLEGADA DE JIM STARLIN

Jim Starlin ejerció el papel de nexo en el nuevo equipo creativo. Mike Friedrich y Steve Englehart fueron los co-guionistas, pero Starlin contribuyó con sus argumentos, personajes y lápices, y finalmente terminó guionizando la colección durante la mitad de su etapa. Gracias a los diálogos de sus primeros números se puede deducir que Warlock seguía siendo su mejor idea (aunque sigo sin creerme las frases que se podían leer en el número de Iron Man), pero sus ideas eran originales, la narrativa y el ritmo de la historia eran de primera categoría y el dibujo era los suficientemente bueno como para que surgiesen rumores por todos lados de que Starlin era un segundo Steranko. Con algunos pocos retazos recogidos del Cuarto Mundo de Jack Kirby, Starlin empezó a desarrollar la Guerra de Thanos. 

En realidad, el combate había comenzado algunos meses antes en Iron Man 55, donde se presentaba a Mentor, hermano de Zeus y administrador de Titán, la Luna de Saturno, que en su interior albergaba una antiquísima Civilización que habían construido tras su expulsión del Olimpo. (Posteriormente en la colección de What If conectarían a Mentor con Los Eternos, pero no hay que creerse todo lo que se lee.) Tanto su buen hijo Eros como él se enfrentaban contra la abrumadora fuerza de Thanos, el descendiente renegado, que se había dedicado a amar a la Muerte, representada como una hermosa mujer vestida con una túnica de druida. Thanos apalizaba rotundamente a Iron Man y compañía en ese número y luego volvía a hacer aparición en Capitán Marvel 25. La portada mostraba a Mar-Vell en un asalto contra Hulk, Sub-Mariner, Yon-Rogg, El Metazoide, Ronan, Zarek, Megaton y un Aakon, mientras el Capitán gritaba "¿Por qué? ¿Por qué?"

En el interior la historia no perdía el tiempo en arrancar mientras el Capitán Marvel era emboscado por tres alienígenas vestidos con armadura. El héroe peleaba con ellos, aunque los enemigos desaparecían a continuación.
"Este combate me confirma lo que sospechaba, ¡he perdido la mitad de mis habilidades!", le informaba Mar-Vell a su joven compañero, mientras Thanos, oculto, gruñía: "esa información es de suma importancia para mí, Mar-Vell, y sin la mitad de tus poderes... ¡serás mío!" Esto suponía el disparo de salida de la saga, en la que Thanos intentaba descubrir la localización secreta del Cubo Cósmico escondida en la mente de Rick Jones, donde la Mente Suprema la había dejado implantada como si fuese un dispositivo a prueba de fallos. Después de pelear contra La Cosa, el Super-Skrull (que aparentemente había muerto tan sólo para volver de forma anticlimática en Marvel Chillers), y otro Skrull mercenario, el Capitán Marvel unía fuerzas con Drax, el Destructor, Mentor, Eros, Daredevil, la Viuda Negra, los Vengadores, Mantis, Dragón Lunar, Spider-Man, Mr. Fantástico y todo el mundo a este lado de Mort Weisinger para intentar detener a Thanos. Antes de que tuviesen posibilidad de conseguirlo, Mar-Vell era transformado por una entidad cósmica llamada Eón, que le daba el poder de la Conciencia Cósmica, así como el pelo rubio y una espumeante lluvia de estrellas tras su vuelo que copiaba la del Capitán Atom de la Charlton. Thanos lograba usar el Cubo Cósmico para transformarse en la mismísima sustancia del Universo, pero Mar-Vell se las arreglaba para destruir el Cubo en el último momento, y aparentemente Thanos moría. Al menos es lo que parecía, aunque el reflejo de Thanos aparecía en uno de los ojos del Capitán. Por otro lado, en un cuadro de texto se podía leer: "Cuando (Thanos) murió, sus ideas murieron con él..." Pero Thanos era demasiado buen villano como para deshacerse de él, y Starlin lo resucitó meses después para que acosara a Adam Warlock. Todo el elenco y la pandilla de los Titanes eran embutidos en el número 34, el último de Starlin, donde se presentaba a un misterioso grupo entre bastidores llamado la Legión Lunática, que lanzaba contra el titular de la serie a un villano llamado Nitro que era capaz de auto-explosionar. Al final Mar-Vell se quedaba aturdido por el gas nervioso y letal liberado de un contenedor y se pasaba la mayoría del siguiente número en coma, mientras Rick Jones descubría que tenía el poder de mover el cuerpo inconsciente de su compañero y usarlo como una marioneta contra el Láser Viviente. El número 36, con una página de relleno de Jim Starlin, dos de Alan Weiss y una mala reimpresión de "La llegada del Capitán Marvel" funcionaba como otro recauchutado con el que poder cumplir los temidos plazos de entrega.  
Y AL VENCEDOR... ¡LAS ESTRELLAS!

En el siguiente número comenzaba la estancia de Al Milgrom en el título (Englehart había llegado durante la etapa de Starlin), que se abría con el argumento de la Legión Lunática. El guionista urdió buenas historias, probablemente incluso mejor argumentadas que la épica saga de Starlin, donde veíamos fusionarse las mentes de Rick y Mar-Vell para facilitar que los procesos de pensamiento adquiriesen una velocidad al doble de lo normal, y también pudimos ser testigos de su viaje hasta el hogar de El Vigilante en la Zona Azul de la Luna para combatir a la Legión Lunática, un conservador grupúsculo Kree que incluía a Zarek y algunos otros generales descontentos. Después de despacharlos, Mar-Vell y Rick descubrían que podían co-existir en el mundo "real" al separar sus mentes, algo que hicieron después de que El Vigilante les explicase a sus iguales que él era quien había alojado a la Legión Lunática ¡intentando también matar al propio Mar-Vell! Durante el juicio, El Vigilante confesaba los pecados que había cometido al manipular en gran medida la historia de los superhéroes para terminar arrepintiéndose. "¡Está bien!", sonreía uno de sus colegas Vigilantes, palmeándole en la espalda y haciendo sonreír a El Vigilante de la Luna.
En el siguiente número, titulado "Adios, Montañas Rocosas" (¡!), podíamos ver el cuerpo de Una siendo poseído y resucitado por una enorme criatura verde llamada Starleech, que le otorgaba al cadáver fuerza súper-humana y la enviaba a devastar Base Cape. Mar-Vell y Rick Jones seguían cada uno su propio camino, Rick para ofrecer un concierto y Mar-Vell para despedirse de Carol en Base Cape. El héroe se tropezaba con Una, que le mostraba su afecto intentando descabezarlo. Eso ocurría después de que Una hubiese atacado a Carol fuera de viñeta. Tras algunos forjeceos, el protagonista percibía el parásito que había poseído a su amada y los mataba a ambos. Mientras tanto, Rick Jones ofrecía su primer concierto compuesto por algunas baladas pasadas de moda (estábamos en 1975, no en 1969) por lo que interrumpía el concierto y decidía juntarse de nuevo con Marvel. Los dos se lanzaban hacia los cielos. La historia tan sólo acababa de empezar.

La etapa Englehart-Milgrom continuó durante un año, con Englehart haciéndose con las riendas del Capitán Marvel de forma más firme que cualquier otro guionista anterior. Mientras tanto, nos revelaba que la Inteligencia Suprema ya estaba manipulando lo que ocurría desde aquel primer conflicto entre Yon-Rogg y Mar-Vell y que había continuado durante todas las aventuras posteriores hasta "convertirte en lo que eres ahora, ¡el oponente perfecto!" Los Kree, que siempre estaban dispuestos a hacer la guerra, querían combatir contra Mar-Vell organizando una pelea contra la mismísima Inteligencia. "Y para el vencedor... ¡las estrellas!" Mar-Vell estaba a punto de vivir una serie de aventuras que incluso Flash Gordon se habría pensado dos veces. Rick Jones y Marvel empezaron a compartir el mismo nivel de poder, y se topaban para ejercerlo con Ronan El Acusador, El Extraño, los Null-Trons, El Destructor, y finalmente la Inteligencia Suprema, que manipulaba a los dos compañeros para que se pelearan entre ellos. En el último capítulo, guionizado por Chris Claremont, los tipos buenos tenían un gran éxito haciendo que Pama, el sol de Hala, erupcionase y le daban tal paliza a la Inteligencia Suprema que se terminaba rindiendo. La épica historia había acabado. Gerry Conway estaba a punto de hacerse cargo de la serie con un guión más convencional, aunque Al Milgrom siguió en la colección.
COMIENZOS EN FALSO Y PRUEBAS DE SEGUNDA

La etapa de Conway duró tan solo dos números. En Hala un nuevo Ministro Imperial había sido nombrado como sucesor de la Inteligencia Suprema, mientras Mar-Vell y Rick se fusionaban y caían bajo la influencia de un Agujero Negro (aunque naturalmente, terminarían escapando), y Rick Jones de nuevo se quedaba atrapado en la Zona Negativa hasta que Mar-Vell se intercambiaba con él. Todo era un recauchutado de los mismos trucos anteriores, al igual que las batallas contra el Centinela y Ronan que celebraron nada más llegar a la Tierra. Scott Edelman se hizo cargo de la serie como su guionista en el número 49 y continuó en ella hasta el 55, con Milgrom acompañándolo hasta el 54 y Pat Broderick reemplazándolo finalmente. Contado de forma breve: Mar-vell se separaba de Rick Jones otra vez, en un número hacía equipo con Los Vengadores, el Capitán se peleaba con Mercurio y con un viejo villano de Thor. Los números 53 y 54 formaban una saga donde se cerraban argumentos abiertos en el recientemente extinto cómic protagonizado por los Inhumanos. En el número 54 volvía a aparecer Nitro, y de alguna forma el Capitán Marvel tenía tiempo para ayudar a los Vengadores a combatir de nuevo a Thanos y Michael, junto con otros invitados como Los Defensores y La Cosa. Las cosas parecían estar volviéndose desesperadas. El Capitán Marvel intentaba asumir una identidad civil como científico en un Observatorio, sufría un encontronazo con el villano Deathgrip durante dos números, y se escapaba hacia las estrellas. Doug Moench llegó en el número 56 y se convirtió en el siguiente cronista de la colección. Tuvo tiempo para hacer un número de relleno, el 57, donde el Capitán Marvel se peleaba con Thor y en el 58 prepararon otra épica historia espacial.
A diferencia de las anteriores etapas de Englehart, Milgrom y Starlin, esta saga en particular resultó ser más tediosa y derivativa que cualquiera que hubiese tenido lugar antes. Moench, un guionista que había entregado material excelente en otros títulos como Maestro de Kung-Fu, no parecía ser capaz de que Mar-Vell hiciese algo demasiado especial esta vez. La barahúnda que habíamos podido ver en la Guerra de Thanos volvía a hacer aparición, esta vez a petición de Drax, el Destructor, que había enloquecido cuando Thanos fue convertido en granito durante su batalla con Adam Warlock, por lo que decidía aliviar sus frustraciones con el Capitán Marvel. Isaac, el ordenador de Thanos en Titán, se había hecho con el control de todo el planeta y había dejado en éxtasis a Eros y a Mentor mientras se dedicaba a crear a algunos villanos que rememoraban los del pulp de ciencia ficción y la seudo-mitología griega para que dieran la bienvenida a Mar-Vell y Drax. En la saga también se involucraban Rick Jones y su novia predilecta, Gertie, pero en mitad de una historia épica en el número 62 cancelaron la colección. No os preocupéis, dijo Jim Shooter, e inmediatamente la revivió en Marvel Spotlight para que tuviese espacio suficiente donde finalizar. Capitán Marvel se pasaba los dos primeros números arreglando sus asuntos con Isaac, y luego empezaba un romance en el tercer número con la bella Elysius. A continuación regresaba a la Tierra, donde gozaba de una nueva aventura, una de las mejores, en la que luchaba contra unos seres sombra dimensionales, cortesía de Archie Goodwin y Steve Ditko. Después, Mar-Vell era dejado de la mano de Dios en el frío terreno de las apariciones invitadas. Se buscaba la vida en la serie de Hulk, en una buena historia creada por Bill Mantlo y Sal Buscema, luchaba junto a los Cuatro Fantásticos contra una pandilla de Skrulls en el Anual de la colección número 15, y luego volvía a hacer aparición en Marvel Spotlight 8, en una historia urdida por Mike W. Barr y Frank Miller. Luego, presumiblemente se quedaba sentado en casa y se dedicaba a recibir su asignación de la Seguridad Social Kree.

Después de todos estos falsos comienzos y pruebas de segunda, en la editorial decidieron hacer algo definitivo con el Capitán Marvel. Decidieron matarlo.
LA MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL

En 1982, Marvel publicó la primera de una serie de Novelas Gráficas en tapa dura y mayor extensión que la de un comic book normal, con guión y dibujo de Jim Starlin, titulada "La Muerte del Capitán Marvel". Fue comparada favorablemente con la historia en dos partes que relataba la muerte de Adam Warlock aparecida años atrás, y confirmaba que, después de producir tanto alboroto con el tema, era probable que Jim Starlin sería capaz de hacer que su propia muerte no fuese terriblemente aburrida. 

Tal y como contaba la historia, Mar-Vell se encontraba seudo-retirado en Titán. Después de sufrir un ataque de tos mientras se encargaba de una horda de esclavos de Thanos, el Capitán Marvel se sometía a unas pruebas médicas. ¿El diagnóstico? "En Titán la llamamos Ruina Interna. Los Kree la llamáis Muerte Negra. Los terrestres la llaman... ¡Cáncer!" Mar-Vell había contraído la enfermedad al quedar expuesto al gas nervioso en 1975. Ahora le quedaban tres meses de vida. El resto de la historia trataba sobre la fútil búsqueda de una cura y sobre cómo Mar-Vell se despedía de Elysius, Rick Jones y los Vengadores. El Capi cambiaba su uniforme rojo y azul por una "túnica de soporte vital" y su cara envejecía y se consumía. El Doctor Extraño, Thor, la Bestia y Reed Richards se encerraban en Titán para intentar encontrar una cura, aunque sin avales de ningún tipo. Y finalmente llegaba el colapso. Mar-Vell era recluido en una cama, y empezaban a llegar naves espaciales llenas de la mayoría de los superhéroes del Universo Marvel que venían a velar al héroe. Rick Jones acometía una llorosa despedida en una poco habitual y agitada escena. Drax, el Destructor, él mismo un héroe reencarnado, susurraba: "Ninguna descripción sirve cuando la tienes cerca. Es indefinible y en realidad no es tan mala." "Gracias, Drax. Pero espero que me perdones si no me abalanzo hacia ella, a pesar de tu propaganda," replicaba Mar-Vell. 
Incluso uno de los Generales Skrulls hacía aparición para ofrecerle sus condolencias. "Puedes soltar la vasija, Rick. El General ha venido por un asunto de Estado", ordenaba Drax. El Skrull alababa al Capitán Marvel por su valor y le entregaba la Medalla al Honor. El Gobierno Kree, con la Inteligencia Suprema al mando de nuevo, abjuraba de él como traidor y no le ofertaba honor alguno.

El Capitán Marvel entraba en coma, con 25 héroe rodeándole y velándolo.

Y de algún sitio surgió el fantasma de Thanos.

Caminó hasta la cama de Mar-Vell a lo largo de la habitación, milagrosamente vacía de personas excepto ellos dos. Cuando sorprendido Marv-Vell afirmaba que se suponía que Thanos estaba muerto, el Titán le respondía que pronto se le uniría: "¡Me duele verte así!" Dicho esto, quitaba de un tirón la colcha que tapaba a su mayor enemigo. El Capitán Marvel se alzaba vestido de nuevo con su uniforme. Thanos, que por fin se había convertido en el amante de la Muerte, se llevaba a Mar-Vell para una "última y magnífica batalla".

Thanos señalaba hacia un corazón gigante y palpitante que llenaba el cielo, catalogándolo como "¡El corazón de tu Universo!", confirmándole a Marvel que su misión consistía en destruirlo, y que la misión del héroe sería detenerlo. Después de una pequeña persecución y un combate contra algunos enemigos fallecidos (incluyendo erróneamente al Super-Skrull), Mar-Vell hacía pedazos a Thanos. Aún así el Titán seguía existiendo y hacía aparición de nuevo, cogiendo la cabeza de su doble despedazado, que balbuceaba "ilusión...". La pelea había acabado. Thanos escoltaba a su señora La Muerte hasta un primer plano y el Capitán Marvel la abrazaba. El corazón gigante se detenía. La Muerte se llevaba a ambos campeones hacia una brillante luz en el horizonte cogidos de su mano. "Ella nos mostrará lo que no tiene fin... sólo principio."
Según se marchaban, en el mundo real los monitores vitales del cuerpo de Mar-Vell mostraban una línea recta. Mentor lo apagaba y dirigiéndose a los héroes y heroínas reunidos alrededor del cadáver mientras cubría el cuerpo con una sábana decía: "Ha muerto". 

El Capitán Marvel fue el último de la primera generación de héroes Marvel. Fue el primer de la editorial de idear a una verdadera super-estrella alienígena, aunque los elementos de ciencia ficción bascularan más hacia E.E. Smith que a A.E. Van Vogt, y como todos los héroes de largo recorrido, disfrutó de algunos números excelentes y de otros que eran terribles. También les dio a Jim Starlin y a Al Milgrom la oportunidad de intentarlo con su propio material, y además la serie fue evolucionando con la complicidad de Lee, Thomas, Colan, Heck, Kane, Englehart, Friedrich, Moench y Broderick, entre otros. No fue el mejor de los héroes, pero tampoco el peor. No lo olvidaremos. Puede que Marvel lo reemplace por otra versión metida con calzador, esperando que llame más la atención. Pero siempre podremos encontrar al Capitán Marvel original bajo el título de "Shazam!" Y la vida seguirá adelante. 

Un comic book menos.

Un Capitán Marvel menos.

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