viernes, 25 de noviembre de 2016

SURF PUNKS


Surf Punks ‎- Surf Punks
(Day-Glo Records, 1979)

A1-My Beach
A2-Shoulder Hopper
A3-The Dummies
A4-Beer Can Beach
A5-Surfer's Nitemare
A6-I Live For The Sun
A7-My Wave
A8-Meet Me At The Beach
B1-Big Top
B2-Somebody Ripped My Stick
B3-Letter From Hawaii
B4-Can't Get A Tan
B5-The Surf Instructor
B6-Punch Out At Malibu
B7-Bird Bathroom

AQUI.

lunes, 21 de noviembre de 2016

LOST IN TRANSLATION: UN FESTÍN NATURAL, "NASU" DE IOU KURODA (PARTE 4 DE 4)

Artículo de Bill Randall aparecido originalmente en The Comics Journal 258 (2004). Traducido por Félix Frog2000. Parte 1, parte 2, parte 3.

La forma de dibujar la escena de la cena de los protagonistas ilustra perfectamente lo habilidoso que es el autor para mostrar la rivalidad entre los dos hombres. Durante la conversación en la que el chaval empieza a explicar que ellos son dos personas que quieren vivir una vida tan normal como la de cualquiera, parece que esté dándose cuenta de la desesperación que subyace en sus propias existencias. Por su parte, Takama interpreta el papel de irónico abogado del diablo mientras intenta averiguar qué es lo que está sucediendo en realidad entre ellos. Toda la página consiste en un único dibujo de Takama, un grotesco primer plano de su rostro mientras está devorando el arroz, pero en un lateral se puede ver una viñeta donde aparece la pareja. Aunque nos quede meridianamente claro quién reclama estar más cerca de Maruka de los dos, en los ojos de ella refulge cierto sentimiento ambiguo, porque se puede ver que nunca se posan sobre su compañero, e incluso parecen estar siempre buscando a Takama

Sin embargo, esta rivalidad no es sexual, por mucho que Kuroda subraye la vida sexual de la vida de la pareja cuando los dos aparecen bañándose juntos desnudos. En realidad, entre todos los personajes está sucediendo algo más complejo que lo que se puede ver en la superficie. Maruka parece hastiada, y es mucho más mundana que su joven, ingenuo y descarado compañero. También parece estar yendo a la deriva, por lo que busca que alguien más maduro como Takama pueda guiarla. La rivalidad alcanza el gimoteante final en el momento en el que el chico intenta robar a Takama a punta de cuchillo. En lugar de apoyarlo, Maruka coge sus pertenencias, se marcha fuera de la casa y hace auto-stop hasta que la recoge un viejo macarra que la conduce hasta la estación de tren. En lugar de desarrollar la escena del cuchillo como si fuese un melodrama de alto voltaje, Kuroda rebaja la intensidad manteniéndose fiel a sus personajes. Takama no saca las cosas de quicio por este arrebato insignificante, pero golpea en la nariz del chico mientras le dice cuánto le ha defraudado. Cuando le pregunta con burla dónde se habrá ido Maruka, el chico arranca a toda velocidad la camioneta de Takama para chocarse a continuación, gritando todavía el nombre de Maruka después de que llegue la ambulancia y los enfermeros lo suban a la camilla. Más tarde, Maruka llamará a Takama desde el bar de la estación para darle las gracias por haberse comportado de forma tan amable. Takama, rebosando sentimientos paternales, la reprende por montarse en el vehículo de alguien al que no conoce. Al final de la historia le vemos limpiándose los dientes, pensando que el hecho de haber conocido a la pareja le parece positivo. Considerando todos los problemas que le han generado, parece un pensamiento de lo más remarcable que encaja muy bien con su personalidad sencilla. Esta primera historia ofrece una buena medida de cómo afronta el protagonista su existencia, y establece el tono del resto de la serie. El optimismo no es un sentimiento que se pueda encontrar de forma habitual en la cultura pop japonesa, pero es lo que podemos descubrir en esta historia. 

Otra de las historias, "Two People", profundiza más en la vida de Takama al darle la oportunidad a Kuroda de ahondar en el verdadero amor del protagonista. Esta premisa tan básica, aunque no parezca demasiado especial, le permite a Kuroda tratar las emociones de sus personajes con una precisión y sutileza inusitadas. Cuando comienza la historia, vemos cómo Takama le compra a un vecino granjero un pollo, a continuación le rompe el cuello y empieza a elaborar un guiso en la cocina. Mientras tanto, una mujer desprende la capota de su convertible y empieza a conducir. Resulta que es una vieja amiga, y que quizá todavía sienta un chispazo de atracción por el protagonista, por lo que esa misma noche cenarán juntos. Parecen una pareja extraña, ella tiene aspecto de ser alguien más urbano y sofisticado y Takama apenas se molesta en ponerse una camisa limpia para cenar con ella. Se sientan uno frente al otro, beben champán. Sin embargo, justo antes de que él la empiece a presentar su elaborado menú, ella se desmaya y a él no le queda más remedio que cenar solo. Veintidós horas después, ella se levanta y la cita llega a su fin.
Esta es una historia magnífica capaz de enseñar la sensibilidad con la que Kuroda se las arregla para captar los momentos más mundanos y líricos, y también un buen muestrario de cómo utiliza los diálogos y elabora mediante ellos a sus bien elaborados personajes. Para empezar, los dos protagonistas no podrían ser menos parecidos. De hecho, parecen no conocerse demasiado bien. Pero Kuroda dispersa cualquier tipo de duda mostrando cuidadosamente algunos de sus gestos. Mientras Takama se come solo su pollo a la cazuela, apoya su cabeza sobre su mano. Sus gafas reflejan la luz, así que no podemos ver sus ojos, pero el ángulo de sus manos y la curva de sus labios nos dicen todo lo que tenemos que saber, todos sus recuerdos y deseos. Más tarde, después de que ella se haya quedado adormilada, él se sentará a su lado y la cogerá de la mano mientras duerme, fumando continuamente. Kuroda no enseña cómo el protagonista se acerca un cenicero sin despertarla, pero cualquiera que se haya encontrado en una situación similar sabrá exactamente qué tipo de acrobacias pueden tener lugar entre viñetas. Los dos momentos descritos transcurren en apenas dos páginas, con dibujos parcos y pocas palabras, pero dan una pista del rico pasado en común de la pareja. 

Cuando finalmente ella se despierta y entra en la cocina para ver si quedan sobras, Kuroda va hilvanando sus pasos según la conversación que tiene lugar en ese momento. Desde el mismo momento en el que ella se yergue hasta que se vuelven a quedar dormidos, la forma en la que ambos van evolucionando a lo largo de todas las escenas da la sensación de que nunca han dejado de hablar. Sin aparente esfuerzo, Kuroda estructura la escena (en realidad tres escenas, en la que él está cocinando, vistiéndose y comiendo) de tal forma que parece que la conversación centrada en la carne fuese lo único de lo que están hablando. En realidad, lo que están discutiendo entre líneas, al igual que cualesquiera dos personas con ritmos de vida diferentes, es cuánto les gustaría estar juntos. Sin embargo, a continuación (y superficialmente) la conversación parece consistir en una larga perorata de Takama centrada en su vehículo averiado recientemente. Ella le ofrece llevarle a comprar verduras al mercado en su Mercedes alquilado, y él no es capaz de imaginar cómo podrían caber los dos en un coche tan pequeño. Cuando ella se queda dormida de nuevo, él coge el coche para ir a observar algunas luciérnagas. Kuroda resume su relación en una página compuesta de cuatro viñetas. Ella se despierta brevemente, él la saluda con un "buenas noches", ella vuelve a quedarse adormilada, y él la dice: "que duermas bien". Al final de la historia, justo antes de que sus caminos se separen, ella es capaz de notar que siempre harán las cosas cada uno por su lado (comer, dormir, vivir). El final es amargo, porque evoca las oportunidades perdidas y la resignación ante las realidades de la existencia.

Fijarse en la narrativa de este experto resulta revelador, y cuando te enteras de que Kuroda ha pasado recientemente de la treintena lo convierte en algo todavía más impresionante. Su voz es única, capaz de fusionar un irónico y ácido sentido del humor con los aconteceres de la vida diaria minuciosamente detallados. Es más, el autor se aleja de los sentimentalismos, infantilizaciones o excesos que se han terminado convirtiendo en clichés del manga. Comparado con otras obras "adultas" como Division Chief, Kosaku Shima, Nasu parece el trabajo de un veterano bregado. Pero no lo es. Seguiré buscando las obras que Kuroda produzca en el futuro. A juzgar por sus logros actuales, creo que serán absolutamente brillantes.

viernes, 11 de noviembre de 2016

LOST IN TRANSLATION: UN FESTÍN NATURAL, "NASU" DE IOU KURODA (PARTE 3 DE 4)

Artículo de Bill Randall aparecido originalmente en The Comics Journal 258 (2004). Traducido por Félix Frog2000. Parte 1, parte 2.

Historias diferentes demandan técnicas diferentes. Seguramente el relato más dinámico de Kuroda sea "Andalusian Summer". Esta historia de Pepe Benengeli, un mediocre ciclista, le ofrece a Kuroda la oportunidad de mostrar de lo que es capaz. No se deja nada en el tintero: a lo largo del relato irá alternando las viñetas de una página de la carrera ciclista con lacónicas escenas de la boda del hermano de Pepe, empleando el entramado en blanco y negro de una forma digna de un D. W. Griffith para enfatizar el suspense y lo inevitable de los acontecimientos. Además, es capaz de ofrecer un punto de vista subjetivo de la carrera de los ciclistas sin recurrir a las líneas cinéticas, eligiendo en su lugar una especie de borrón de aquello a lo que podrían parecerse los fondos, dibujados con un furioso entramado con el que, sin embargo, es capaz también de delinear formas y personas. En ocasiones llena de luz los fondos con trazos mínimos que se contraponen a los personajes en primer plano más trabajados. Otras veces dibuja paisajes con detalle, convirtiendo a los corredores en un borrón. Su estilo va oscilando aquí y allá, entre el primer plano de algunos elementos de la carrera ciclista y una panorámica más amplia, proporcionando información de última hora por la pantalla del televisor del restaurante donde se está celebrando la boda. A veces sus viñetas miden la misma anchura que la página, otras alcanzan la misma altura. El autor aboceta furiosamente primeros planos de Pepe y del resto de corredores, luego se detiene y mira la carrera desde el punto de vista de un pájaro, empequeñeciendo al grupo de ciclistas con sus propias sombras alineadas a uno de los lados de la pista. Cuando la acción alcanza momentos febriles, utiliza su fragmentación del tiempo marca de la casa y la detiene por completo, usando así un cínico truco que podría parecer inmaduro en una película, pero que en el cómic funciona muy bien. Dada la dinámica acción inserta en la historia y el dibujo, no puede asombrar demasiado que Madhouse haya elegido "Andalusian Summer" para su adaptación en película, pero si quieres que te sea honesto, no me imagino cómo se podría llevar a cabo con éxito. Aunque Kuroda es un especialista de los momentos más pequeños, tampoco carece de habilidad a la hora de introducir el movimiento en sus páginas. Y en ello no parece tener rival. 


Sin embargo, su principal interés no son los corredores ni los dramas puntuales, sino su curioso protagonista granjero, que raramente sale a la carretera para recorrerla a toda velocidad. Lo que hace Takama en su lugar es pasear por un pueblo donde parece conocer a todo el mundo. En un país donde resulta imposible vivir como un ermitaño, estas conexiones sociales impregnan el día a día como el aire. Es más, la mayoría de las historias centradas en el personaje de Takama tienen títulos de personas: "Two People", "Four People" e incluso "39 People", centrada en un equipo de rodaje que aparece por la granja. Estas historias conforman la espina dorsal de la serie. No solo son el tuétano de Nasu, sino que a menudo los personajes secundarios de estas historias aparecen en otras. Las conexiones entre Kunishige y Takama provienen de las verduras que ha plantado el segundo y que luego se venden en la tienda de la primera. Se pueden ver más conexiones por doquier, y los eventos en paralelo invitan a realizar comparativas, al igual que te hacen buscar las diferencias que existen entre trabajar en el campo o en la ciudad, o el hecho de que la gente parezca estar viva y tener una existencia continua, estén de retirada a casa o paseando por la calle. Estos ecos resuenan a lo largo de toda la obra, otorgándole a Nasu una complejidad e integridad más cercana a una obra de largo recorrido que a una recopilación de historias cortas.

La primera historia de Takama, titulada "Three People", trata sobre un par de fugitivos que se han escondido en el garaje del protagonista, y demuestra perfectamente la habilidad del autor para mostrar las interacciones entre personajes. Cuando el protagonista descubre a los dos escapados, Takama toma un curso de acción que un adulto más responsable y altanero podría incluso interpretar como necio: se ofrece a acogerlos. Sin embargo, Takama no es ningún ingenuo, y desde el principio tiene la mosca detrás de la oreja. Sus preocupaciones no parecen infundadas, porque está claro que pasa algo extraño con la pareja desde el primer momento que los vemos. El chico parece más joven que ella, y ofrece una sonrisa forzada que contrasta mucho con el evidente aburrimiento del que ella hace gala. Parecen disparejos. Y agregar a Takama a la mezcla tan solo hace que las cosas vayan a peor. Involuntariamente, Takama se verá atrapado por una rivalidad con el chico que irá a más. Como cualquiera podría esperar en una situación similar que involucre a dos hombres y una mujer, comenzarán a lanzarse pullas para ver quién queda por encima del otro. Kuroda va preparando el inevitable conflicto desde el principio utilizando agudas preguntas y respuestas. También desde el comienzo la chica parece indecisa a la hora de elegir a quien de los dos ofrecer su apoyo. Cuando ambos hombres aparecen en la viñeta junto a ella, continuamente parecen estar discutiendo, a menos que el chaval esté intentando mantener una charla cordial. Cuando Maruka solo aparece con uno de los dos, Kuroda subraya la rivalidad y tensión mediante inteligentes composiciones. Las escenas de la mujer con el chico la muestran indiferente, mientras que él se esfuerza un montón por demostrar que ella es de su "propiedad". El dibujo enfatiza el espacio que existe entre los dos. Por otro lado, las escenas de la chica con Takama dan a entender cierta afinidad entre ambos. Ella le presta bastante atención, y las composiciones de las viñetas los hace parecer cercanos. Incluso cuando se están lavando los dientes y permanecen a cierta distancia, Kuroda los dibuja desde una perspectiva que hace presente su cercanía.

(Continuará)

martes, 8 de noviembre de 2016

LOST IN TRANSLATION: UN FESTÍN NATURAL, "NASU" DE IOU KURODA (PARTE 2 DE 4)

Artículo de Bill Randall aparecido originalmente en The Comics Journal 258 (2004). Traducido por Félix Frog2000. Parte 1.

En serio, parece que su inclusión responde a una jugada comercialmente inteligente: de esta forma los editores pueden estar seguros de que todas las historias tienen un gancho aglutinador y la recopilación no parece un batiburrillo, mientras que Kuroda puede hacer lo que realmente le da la gana.

Hay dos historias en el segundo recopilatario que ilustran perfectamente esta flexibilidad. La primera, "O-Hikkoshi" (o "Moving"), nos presenta a la joven Sanae Kunishige que acaba de mudarse de la casa de sus padres a su primer apartamento. La historia comienza con Kunishige y Arino, un joven con el que ha empezado a salir, tomando té en una pausa que se han tomado mientras estaban abriendo las cajas de la mudanza. A continuación aparecen dos viejos amigos por el apartamento y le sugieren a Arino que se vaya a por unas cervezas para poder charlar a gusto con la protagonista. Aunque están contentos de que por fin ella pueda vivir en su propia casa, también les preocupa que al intentar afrontar las estrecheces y la vida en solitario en un apartamento tan espartano se meta en problemas. Ella les contesta que aunque no es rica y su vida será bastante sencilla, también puede tener cierto glamour. Después de todo, gracias a su nueva localización tiene los baños públicos a quince minutos. El resto de la historia sigue contando cómo transcurre la relación con Arino mientras ella vive su nueva tesitura. ¿Dónde hacen aparición las berenjenas en la historia? Justo en medio, cuando uno de los mandamases de una tienda aparece para comprar verduras enlatadas, y Kunishige se lleva algunas a casa para cenar. 

Por otro lado, Kuroda también hace una visita al mítico pasado de Japón en su historia "Touto Hayamono Gurai", un título difícil de traducir que sencillamente intenta evocar la atmósfera de Edo, el antiguo nombre de la ciudad de Tokyo. La historia se va desarrollando como un drama de samuráis de la NHK, con campesinos oprimidos, samuráis en liza y espadachines. Las berenjenas aparecen porque son el primer producto de temporada que fue oficialmente prohibido en Edo. Todos los espadachines y hombres de Estado debían hacer cumplir la ley y castigar su violación. La historia dista mucho de ser la típica de samuráis, porque el tono que le imprime Kuroda es un poco retorcido. Es más, la trama se distancia bastante de otras similares mientras el autor intenta emular el estilo de dibujo de la época. Para ello emplea el pincel de una forma suelta y energética al estilo del entintado sumi-e, con reminiscencias de la obra de Hinako Sugiura. Aunque sus maneras no son ni tan rotundas ni tan atrevidas como las de Sugiura, ni tampoco tiene el estilo que presentan maestros occidentales como Baudoin o John J. Muth, Kuroda es capaz de combinar una sólida narrativa y un dibujo de trazo libre y vibrante.

De hecho, el dibujo de Kuroda (al igual que sus calculadas historias) también lo distancia de la manada de autores que intentan hacer algo parecido. Es capaz de mezclar pincel y rottring de una forma adecuada, utilizándolos en las historias contemporáneas así como en las que se ambientan en el pasado. El autor no teme acometer el trazo de forma rápida y suelta, y también hace uso de su técnica de trazado para sombrear y de su habilidad para el dibujo de la figura humana. Es capaz de capturar poses naturales de una forma bastante casual, utilizando unos pocos trazos, y puede que lo más impresionante sea que aunque sus personajes hacen sus tareas habituales, los revista de cierto aire de grandeza. Takama aparece a menudo trabajando en el campo o enlatando alimentos, y ver las habilidades mundanas de cualquiera trasladadas al medio del cómic resulta placenteramente extraño. Uno de los motivos más importantes por el que estos personajes parezcan encajar en su ambiente de una forma tan natural es que Kuroda lo dibuja todo él mismo. En lugar de fondos impersonales y precisos dibujados por un asistente, o calcos a partir de un libro de fotografías, Kuroda les ofrece a sus personajes un mundo del que en realidad parecen formar parte. En último término resulta tan orgánico como real, más como una especie de boceto que un trabajo laborioso y excesivo. En su estilo se puede observar el trabajo de alguno de sus ancestros, pero basta con comentar que para los ojos occidentales su estilo parece más fresco que la mayoría de lo que puede haberse traducido hasta ahora. Después de todo, raramente utiliza ayudas como una regla, y creo que muchos dibujantes deberían tomar nota de lo que se puede conseguir sin hacerlo. 

Además de su estilo de dibujo, Kuroda tiene a su disposición una pequeña enciclopedia de variadas técnicas narrativas. La mayoría de sus historias se desarrollan a lo largo de arcos de principio a final, pero Kuroda las relata utilizando cualquiera de los trucos que conoce, desde el creativo trazado en blanco y negro hasta una amplia variedad de puntos de vista. La composición de sus páginas alternan lo atestado y lo parco, aunque siempre son de ágil lectura. Como lo que principalmente le preocupa son sus personajes, nunca busca el efectismo fácil, sino que en su lugar intenta ser mucho más sutil. 

Uno de los aspectos más cautivadores de la narrativa de Kuroda es su uso del tiempo fragmentado. Aunque sus historias van progresando de una forma lineal, su forma de saltar entre una escena y otra choca contra las prácticas estándar llevadas a cabo en Occidente y en Japón. Si bien Kuroda es capaz de seguir la tendencia del manga de lograr que la historia transcurra a lo largo de cientos de páginas, dedicando decenas de viñetas a los momentos más nimios, a menudo hace exactamente lo contrario. En "O-Hikkoshi" se centra en un puñado de escenas principales: el comienzo en el apartamento de Kunishige, un día en el trabajo, otro de pesca, jugando a los vídeo-juegos. La historia solo necesita 26 páginas, por lo que las escenas solo tienen una media de tres o cuatro páginas. La más larga, la escena del vídeo-juego, dura ocho páginas. Kuroda conecta todas estas escenas mediante transiciones muy cortas. Por ejemplo, una de las escenas de tres páginas nos muestra a Kunishige comiendo la cena y de repente suena el teléfono. Arino la dice desde el otro extremo que quiere regalarle una televisión que ya no utiliza. Cuando la comenta que es porque se va a marchar a la India durante un año, Kunishige se queda pasmada, pero la conversación sigue durante cuatro viñetas más. En las dos siguientes, ambas mudas, la vemos atusándose el pelo y colocando los platos. En la última viñeta de la escena, Kunishige se echa hacia atrás y dice: "India..." como si acabase de darse cuenta de lo que ocurre. Pero la escena ha cambiado de lugar sin hacer falta transición alguna o un recuadro de texto explicativo, ahora se encuentra en los baños públicos, y solo su pelo despeinado y algunas gotas de sudor, además de su espalda desnuda, le indican al lector donde se encuentra. Además, Kuroda fragmenta la composición de tal forma que la espalda de la mujer y la cabeza de otra persona se solapan y recortan de tal forma que si te lees el cómic rápidamente te podrías perder. Los azulejos del fondo componen una escena del Monte Fuji cerniéndose por encima de todo, subrayando lo radical que parece el viaje hasta la India. Estas rápidas transiciones le permiten a Kuroda un mayor uso del tiempo y el espacio. El autor está menos interesado en la causa y el efecto que en mostrar la evolución de los sucesivos estados emocionales de sus personajes, pero a pesar de toda esta fragmentación, la historia nunca se transforma en algo confuso o resulta pretenciosa. Sobre todo, estas transiciones demuestran que el autor es un narrador capaz de economizar cuando así lo requiere la historia.

(Continuará)

jueves, 3 de noviembre de 2016

BREAK THE RULES #9


Various ‎- Break The Rules #9: Rare Punk & Powerpop 1978-'82
(Insekten Records, 1999)

A1-Ratsia - Ikuinen Rakkaus
A2-Ratsia - Päästäkää Mut Irti
A3-Bureaucrats - Grown Up Age
A4-A.D.'s - Livin' Downtown
A5-Outsiders - Fixed Up
A6-Roger C. Reale - Kill Me
A7-Niveau Null - Nazi
A8-Pain - Ambulance
A9-Pain - Churchyard
A10-Lama - Paskaa
B1-Jetsons - Genetically Stupid
B2-Vandaalit - Betonikolossit
B3-Richard & The Taxmen - Now We're Through
B4-Trend - Butler Did It
B5-Trend - Zink Tabletz
B6-Trend - Toy Section
B7-Sussed - I Like You
B8-Moderns - Got To Have Pop
B9-Law - Reason For Treason

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miércoles, 2 de noviembre de 2016

BREAK THE RULES #8


Various ‎- Break The Rules #8: Rare Punkrock 1978-'82
(Insekten Records, 1997)

A1-P.F. Commando - Go Go Go
A2-P.F. Commando - Suburban Kid
A3-Snuky Tate - New Time
A4-Xtraverts - Blank Generation
A5-Jack & The Rippers - No Desire
A6-Dayglo Abortions - Used To Be In Love
A7-Dayglo Abortions - Suicide
A8-Dayglo Abortions - 1967
A9-Mass Media - Kent Agent
A10-TV-War - I'm The Nightmare
A1-–Hitlerss - Slave
B1-XTerminators - Occasional Lay
B2-Hærverk - Loven Slår
B3-Hærverk - Ingen Visjoner
B4-Accident On The East Lancs - We Want It Legalized
B5-Xpress - Junked-Up Judy
B6-Just Urbain - Burning
B7-Kriminella Gitarrer - Vardad Klädsel
B8-Eppu Normaali - Poliisi Pamputtaa Taas
B9-Miranda's - Dentist Blues
B10-Kidz Next Door - Kidz Next Door

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NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...