lunes, 26 de octubre de 2015

MISO CACHONDO, EL SEXO EN LOS CÓMICS JAPONESES (3 de 3)

Artículo de Toren Smith para The Comics Journal nº 143 (1991), traducido por Frog2000. (Nota, el título original del artículo -MISO HORNY- se refiere a un ingrediente habitual de la comida japonesa, pero también se podría traducir como "ESTOY TAN CACHONDO" -Me-So Horny.)

Parte 1.
Todas estas categorías están lejos de ser herméticas. Muchos cómics y revistas difuminan los límites, y por supuesto, los lectores suelen leer lo que les gusta. No es infrecuente ver a un joven hombre de negocios leyendo la Shonen Jump (que teóricamente se dirige a estudiantes de Instituto), y los chicos de quince años y más jóvenes, a menudo se compran manga erótico dirigido a un público mucho más adulto. Es uno de los motivos que azuza contra el manga a los numerosos grupos parentales que repiten constantemente que ellos "no apoyan la censura" sino que "solo quieren proteger a sus hijos".

Los mejores magazines para adultos como Big Comic Spirits publican frecuentemente manga sexualmente orientado de sorprendente sofisticación. El cómic japonés es un medio completamente maduro, y el sexo forma parte del mismo al igual que de cualquier otro medio. Un reciente estudio patrocinado por el Tokyo Metropolitan Government descubría que cerca de la mitad de las viñetas de los comic books describían alguna actividad sexual. Dicho estudio fue salvajemente rechazado como completamente ridículo por la industria del cómic en Japón. "Comprobad unas cuántas revistas al azar por vosotros mismos", se burlaba Masami Itoh, un editor y guionista de manga, "¡y veréis si es cierto eso de que la mitad de las viñetas describen alguna actividad sexual!" El estudio parece bastante difícil de creer si comprobamos Minna Agechau (I´ll Give it All to You), la descarada comedia sexual de Hikaru Yuzuki, que arroja un promedio de una única viñeta con actividad sexual de cada cincuenta. "En términos de contenido sexual, probablemente sería mejor comparar los cómics japoneses con las películas americanas", dice Frederik Schodt. "Lo que se puede ver cuando revisamos una tienda de cómics japonés es más o menos similar a lo que está disponible en tu tienda local de alquiler de vídeo".
Sin embargo, la situación actual de los manga sexuales en Japón es escabrosa. Muchos de los cómics que aparecen en varios "listados" han sido extirpados de las librerías. Los editores han empezado a disminuir las tiradas de los tomos porque sospechan que podrían atraer la atención de varias prefecturas y grupos de padres. Los distribuidores y vendedores rechazan incluso pedir cualquier tomo etiquetado como "solo para adultos". El Gobierno está empezando a darle vueltas a una ley que solicita etiquetar cierto material para niños por debajo de los dieciocho años. Esto podría obligar a las librerías a separar las dos categorías de manga. De todas las prefecturas de Japón, tan solo cuatro no tienen disponibles listas de manga "negativos" para librerías y ciudadanos concienciados. Sin embargo, algunas prefecturas se siguen resistiendo. En Osaka, un grupo examinó algunos tomos basándose en la lista Wakayama y se asombraron de que algunos estuviesen considerados como "negativos". Ellos mismos votaron en contra de redactar una lista. 

"Esta gente dice que quieren proteger a sus hijos, pero intentan censurar el 75% de todos los cómics editados", dice un editor de Tokyo. "Hicimos lo que decían y pusimos indicaciones en algunos de nuestros tomos... ¡pero ahora nos están exigiendo que etiquetemos 200 tomos más! Resulta muy frustrante. ¿Por qué tendrían que ser ellos los que nos digan lo que tenemos que hacer?" Hace poco, un Club de Manga de la Universidad de Tokyo formó un grupo / simulacro para prohibir las revistas del corazón dirigidas a mujeres (más o menos el equivalente a la prensa rosa de aquí.) "No creemos que se deba permitir a las madres de los chicos jóvenes que lean ese tipo de cosas", comentó sarcásticamente uno de los miembros del grupo. "Si van a prohibir el tipo de cosas que queremos leer... bueno, devolver la pelota nos parece juego limpio."

El propietario de Wonderland Comics, en Osaka, está de acuerdo con esa actitud. "Estos cómics no se editan para que grupos de padres o los estudios del gobierno se dediquen a desmenuzarlos, se publican porque la gente quiere leerlos. ¿Qué porcentaje de este material lo va a comprar y leer niños menores de edad?" Imagino que muy escaso. Así que ¿quiénes son ellos para decirnos lo que tenemos que leer? También está preocupado por la posibilidad de que se formulen leyes más restrictivas que empiecen a gobernar las ventas de los cómics para adultos. "Sabemos bien cómo llevar nuestro negocio... ¡no somos máquinas expendedoras! Si se da salida a estas leyes mal formuladas, no serán ellos los que sufran las consecuencias en su negocio."
La mayoría de los editores sienten que la situación actual es temporal. "Estamos esperando para volver al ritmo de edición habitual", comentaba Soichi Machida, editor de una pequeña línea de manga "Loli-con". "No durará para siempre." Frederik Schodt está de acuerdo: "El sistema de valores japonés a menudo es muy pragmático. Espero que desarrollen un enfoque formuláico del problema que les permita dejar espacio suficiente para que las personas puedan seguir en activo. Pero también es importante que estos artistas se den cuenta de que están molestando a algunas personas, deberían tenerlo bien presente."

Incluso la prensa ha empezado a tomar un enfoque cauteloso del problema. "Al principio era muy divertido criticar los manga -y afrontémoslo, muchos de ellos son productos indefendibles- pero ahora las cosas están tomando un cariz algo siniestro", comenta el editor de un periódico de Tokyo. "Los grupos parentales se han empezado a fijar en las revistas y los libros ordinarios". Y [la policía] tiene que hacer caso a asociaciones con influencia política que no se quedan sentadas mano sobre mano. Se ven obligados a tomar medidas." Sensibilizados con la reciente agitación producida por los manga, las autoridades han empezado a endurecer su actitud. Un reciente libro de fotografías del reputado fotógrafo Kishin Shinoyama está "siendo investigado" por la Agencia Nacional de Policía, y la aduana de Tokyo ha bloqueado la importación de una revista de arte americana.
Pero Japón sigue en mitad de una revolución sexual que rivaliza con la que tuvo lugar en América en los sesenta. Bares de strip-tease y "phone clubs" ofertan a los jóvenes estudiantes, a las amas de casa aburridas y a los agobiados oficinistas la oportunidad de practicar sexo de forma anónima y barata, y es evidente que es una tendencia que aumenta cada vez más. Sin duda, esta nueva atmósfera de libertad sexual es la que está causando la repentina escalada de actividad sexual en los cómics. Con una potente oferta social respaldándola, parece poco probable que el sexo en los manga siga siendo minoritario durante mucho tiempo.

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Nota del Autor: Agradecimientos especiales a Tomoko Saito, Dana Lewis y Frederik Schodt por su inestimable ayuda con el artículo. Gracias a Lois Buhalis y Adam Warren por prestarme varios mangas de su vasta colección. Para leer más sobre el tema recomiendo "Manga! Manga! The World of Japanese Comics", de Frederik L. Schodt.

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