viernes, 31 de julio de 2015

RUTA 66, NÚMERO CIENTO VEINTISÉIS


RUTA 66, NÚMERO CIENTO VEINTISEIS (Marzo, 1997)
AQUI.

"Hablando de pagar, ¿cómo sobrevive? "¡Oh!, tengo unos ingresos regulares, cobro el paro desde hace diez años. Mi gran idea es no trabajar nunca para nadie. A veces vendo alguno de mis cuadros." También está Hangman Records, claro, aunque parece improbable que pueda dar beneficios. "Así es. Sacando la porquería que sacamos no vamos a hacer ni un penique. Sólo nos importa poder seguir sacando discos. Para entendernos, Hangman es una organización no lucrativa, no ganamos pasta. Las reglas que seguimos son las siguientes: 1) Nadie cobra salarios ni nada de esa mierda. 2) Vendemos las copias promocionales para pagar el recibo telefónico y otras facturas. 3) Todo el dinero obtenido de las licencias a otros sellos va a parar directamente al grupo, yo no me considero propietario de los discos del sello. 4) Somos independientes, no queremos ser una major ni competir con cualquier porquería comercial. Muchos sellos sueñan con un número uno, esos sellos sólo están en esto por la moda. Nosotros sólo somos cool ["suave en la traducción original"]. De hecho somos el sello más cool del mundo."

Bertrand Laforette entrevistaba a Billy Childish y se repasaba la carrera del antiguo albañil en este Ruta 66 número ciento veintiséis.

miércoles, 29 de julio de 2015

TINTA INVISIBLE, LOS INVISIBLES NÚMERO 12, VOLUMEN 1.

Tinta Invisible, correo de LOS INVISIBLES nº 12 por Grant Morrison, traducido por Frog2000.

Grant Morrison.

Concluimos el primer año de Los Invisibles con unas magníficas ilustraciones de Steve Parkhouse que nos llevarán hasta el Apocalipsis. Y ahora, un anuncio de Interés Público:

Para aquellos que no estén familiarizados con el juego, los chavales de Escocia -y posiblemente los de muchos otros lados- suelen jugar a "Best Man Fall" [El mejor Muerto]. Las reglas son tan básicas como violentas: una persona hace el papel de soldado y el resto de jugadores representan a sus oponentes. El soldado tiene permiso para escoger las armas imaginarias que usará en su contra. Luego corre salvajemente hacia sus contrincantes y es asesinado sin piedad por las balas, la metralla o lo que sea. El objetivo del juego es "morir" de la forma más espectacular, teatral o brutalmente realista posible. Cuando el soldado "original" ha sido asesinado, uno de los oponentes lo sustituye, mientras el soldado pasa a formar parte del equipo de asesinos y el proceso se repite. Cuando todo el mundo ha tenido la oportunidad de ser asesinado por sus compañeros, se juzga al ganador en base a la interpretación de cada uno. El ganador será el que "haya muerto" de forma más convincente. La decisión final recae en esta regla.

Como de costumbre, había tantas buenas cartas que parece un crimen no poder imprimirlas todas.

Tened la seguridad de que aunque no recibáis respuesta, leo y releo cada palabra, sello amorosamente vuestro correo con Mylar a continuación y lo sepulto en recipientes de plomo para que en una fecha postrera, los habitantes de pelo encrespado de un mundo futuro de pesadilla puedan leerlo y difrutarlo de nuevo. Mientras tanto, aquí tenemos la alocada selección de este mes.

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Jesse W. Cambell

El huevo. Mercurio. El Agua. El Fuego. La Fusión de Géneros. La Maquinaria. Invisibilidad. ESTÁ CLARO. ¡CLARÍSIMO! Carta Blanca. AZUL, NARANJA... NARANJA, AZUL... LA Llave para cambiar de forma. ¡Carta BLANCA! ¡CARTE BLANCHE! LO ENTIENDO. Estoy con vosotros, hermano y hermana. El cofre sólo alberga lo que creemos que debe estar dentro. ME HE ABIERTO PASO POR EL CORAZÓN NEGRO Y HE COGIDO LA NIEBLA GRIS EN ESPIRAL CON MI MANO IZQUIERDA. ¡ESTOY CONTIGO!

¡LO ENTIENDO!

¡LO ENTIENDO!

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Grant Morrison.

Me alegra no ser el único, Jesse. Sí, es Blanco, ¿no es cierto?

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Nina Power.

Tinta Invisible:

Ciertamente, los Invisibles son el primer cómic que me leo, y me gustaría tener la oportunidad de comentar algunas ideas.

Admitámoslo, vivir en un pequeño pueblo en una de las esquinas del suroeste de Inglaterra tiene sus desventajas, pero también me da la oportunidad de pensar bastante sobre las cosas.

Al parecer hay tantas cosas ocurriendo tan rápidamente... (a menos que los medios de comunicación lo representen deliberadamente de esa forma...) que hay que tener alma de poeta para quedarte con lo que a largo plazo pueda valer algo. El que me aconsejó que me leyese Los Invisibles fue Dave, que está al cargo de la única tienda de cómics que tengo disponible a media hora de coche. Me gustó mucho el primer número. De acuerdo, creía que los cómics sólo eran de superhéroes y peleas, pero la serie de LOS INVISIBLES me ha abierto los ojos. Aunque de todos modos, no sé por qué la gente quiere criticarla, tal vez yo no esté ciega ante la creatividad... TODAVÍA. Los primeros ocho números me parecieron absorbentes y brillantes.

De alguien que sabe muy poco acerca de los cómics, pero que aprecia cualquier cosa con una pizca de inspiración.

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Grant Morrison.

¿De verdad me merezco tanta amabilidad? Si quieres responderme, hazlo por correo, por favor...

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James Liu.

Hola, colegas Invisibles:

Los años relampaguean y estoy leyendo con 32 años el número ocho de Los Invisibles en Aotearoa, y en algún lugar cerca de Newt Gingrich alguien ha firmado una Declaración sobre América y en el cine la agradable pero muy escapista "Forrest Gump" ha barrido en la ceremonia de los Oscar, y me llama mucho la atención qué nivel han alcanzado los comix desde que me hice con el número 124 de Los Cuatro Fantásticos hace 20 años.

En aquel entonces las novedosas ideas de Lee, Kirby y Ditko acerca de que los comix podían retratar a gente normal con superpoderes estaban empezando a desvanecerse, y Roy Thomas, Don McGregor y Jim Starlin comenzaban a estirar los límites del comix con sus cósmicas óperas espaciales.

En la última década, Alan Moore, Grant Morrison, y Neil Gaiman han elevado el comix desde la ficción especulativa hasta la literatura seria (bien por ti, Philip Hallard), y ahora Grant y John Ney Rieber lo están aupando hacia un nuevo escalafón: tan confiado y seguro de sí mismo que no tiene miedo de hacerte reír, así como de buscar a tientas un significado o de levantar el ánimo, o incluso de erizarte los pelos de la nuca. El mensaje de libertad del octavo número, donde se buscaba un destino dentro de los confines de la carne, el hueso y sus necesidades era muy profundo, pero lo que verdaderamente me atrapó fue la forma que utilizó Morrison para transmitirlo: teatro puro con elementos de meta-ficción de Shelley, Byron y De Sade para contribuir a la perfección a la ilusión en lugar de intentar enmascararla hasta la saciedad como hizo el autor en ANIMAL MAN o como suele hacer Barthes. La mortal seriedad vanguardista de los últimos trabajos de Alan Moore se convierte en Los Invisibles en confianza en uno mismo, con un enfoque de “si te gusta, bien, y si no también”.

Sí, América ha enfilado el camino hacia el sumidero, pero maldita sea, su cultura sigue siendo capaz de crear un arte magnífico (lo siento, Inglaterra, pero para nosotros los comix son tan americanos como el pastel de manzana). El trabajo más difícil del cambio social se encuentra en la periferia de las artes, en la ciencia ficción de Orson Scott Card y William Gibson y en comix como Los Invisibles, ya que son medios mejor equipados para transmitir mensajes (me refiero a que ¿cuántas palabras y dibujos caben en un número de 22 páginas?) Mientras el cine, las novelas y el teatro se revuelcan en la fantasía pura o en decadentes protestas veladas, en los comix y la ciencia ficción trabajan visionarios capaces de forzarme a salir de mi pequeño mundo azul de agradable exilio en Nueva Zelanda y llevarme hacia la bola de nieve de 240 millones de personas que se está hundiendo en el Océano a fabulosa velocidad. Hey, estoy intentando enseñar a la infancia con todas mis fuerzas y ayudando a nutrir nuestra psicología indígena (maorí), hablando y presionando sobre cuestiones multilaterales y bi-culturales y compartiendo los datos investigados y las actitudes políticas con personas progresistas como los Verdes para intentar que sean elegidos en nuestras elecciones nacionales, pero no me hago ilusiones de que lo que estoy haciendo tenga algún efecto sobre el clima mortal de las relaciones entre razas y clases existente en los EE.UU.

La economía en mi forma de expresarme tampoco me permite dar más mi opinión sobre lo que ocurre en mi patria.

Gracias, Grant, Jill Stuart, Julie, Dennis, Daniel y Clem por completar esta obra de arte.

Kia Ora.

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Grant Morrison.

He pensado que empezar mi respuesta diciendo "gracias" en maorí me haría parecer un auténtico sabelotodo, James, pero mi guía “Lonely Planet” de Nueva Zelanda me ha traicionado y no ha incluido un "gracias" entre su lista de palabras y frases útiles. Sin embargo, soy capaz de decir "mangarakau", que al parecer significa "un montón de palos". Échame una mano para intentar imaginarnos el desfile de situaciones en que esa palabra sería más útil que el sencillo y cortés "gracias"...

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Charles Blackledge y Robert Griffith.

Querido Grant,

Tenemos una duda. ¿Qué es lo que más ha influido en tu obra, el crack o la heroína?

POSTDATA: ¿Es cierto todo lo que se rumorea de Milligan?

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Grant Morrison.

Respuesta: por lo general, sí.

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Nerissa Newman.

Tinta Invisible:

Grant, Grant, ese "Things Fall Apart" es mucho más poético que el título de "Splitting Apart" ¿pero no podría alguien haber revisado el hexagrama que indicase el número correcto?

De acuerdo con mi I Ching (edición Bollingen, Wilhelm/Baynes) el hexagrama que solo tiene líneas sólidas en la parte superior e inferior (encerrando así las cuatro líneas quebradas) es el 27: “Las comisuras de la boca (que proporciona el alimento)” y no el 23.

Sin embargo la serie me encanta, especialmente las referencias que sueles hacer, unas veces obvias y otras más oscuras.

Bien, ahora tengo que cambiar la cinta.

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Grant Morrison.

No eres la única que se ha fijado en el hexagrama erróneo, Nerissa. Estoy seguro de que este embarazoso desliz posiblemente no ha sido por mi culpa, así que tendré que echársela al asistente del mago del diseño Rian Hughes, con su arrogante desprecio por la pureza y la santidad de las antiguas tradiciones.

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Anthony Gallagher.

Grant:

Espero que no te importe demasiado, pero esto será lo más parecido a disfrutar de una charla contigo.

En respuesta a LOS INVISIBLES #8: creo que lo más me gusta de tu trabajo es que crees en serio en la mierda que escribes, y a pesar de que es toda una suerte, sigue siendo la misma mierda...

(perdona, pero estoy aprendiendo palabras británicas, así que ten paciencia conmigo, hasta ahora mi favorita es "bollocks", porque creo que hay algo muy jodido en ella)

en la que me encanta pensar y leer.

Cuando el esclavo analiza el papel de Kesey en la revolución de los sesenta (parece que nadie excepto Ann Nocenti se ha preocupado por darle a Neal Cassady sus 15 minutos de fama en los cómics) me di cuenta de que formaba parte de un tema que hasta el momento habías tocado de forma habitual, tanto en ANIMAL MAN como en DOOM PATROL. Me refiero al "autobús mágico" y las ideas keynesianas (?) sobre la posibilidad de evolucionar en super-humano a través de las drogas. Un agente, y tal vez no sólo de la percepción, sino también un pulsador de las escalas evolutivas o de las nuevas dimensiones de la mente. Estoy muy interesado en este tema y me gustaría que lo explorases más a fondo en el futuro. Una secuencia de estupenda estructura de la que siempre me acuerdo es la del "Kool-Aid Acid Test The Electric" de Ken Kesey, cuando se encuentra en la cima de la montaña en medio de una tormenta eléctrica, vestido con un traje de spandex como si fuese un superhéroe, con su figura iluminada por un rayo. Por citarlo: "Qué grandes héroes. ¡Está en nuestro interior poder convertirnos en superhéroes!" Como un niño de la edad de oro de los héroes y los cómics, Kesey está fuertemente influido por las hechuras del Flash y el Capitán Marvel originales, héroes creados mediante la ciencia o la transformación "mágica" de algún tipo. ¿Alguna idea sobre la mitología de los héroes o, mejor aún, sobre las drogas actuales como "magia" transformadora de lo antiguo en algo nuevo?

Tal y como lo veo, cada vez que me tomo una droga, sea café que afecte a mi cuerpo o algo que afecte a mi mente, sencillamente estoy dejando que mi mente y mi cuerpo hagan lo que estaban destinados a hacer, sintonizar con diferentes niveles de experiencia en grados diferentes. Si no hubiésemos sido diseñados para explorar, entonces no tendríamos ese potencial. Por cierto, gran frase aquella en la que contrastas las revoluciones francesas de los sesenta y eso de “desde un montón de cabezas [cortadas] a otro, dentro de doscientos años".

Además he disfrutado mucho con el dibujo de Jill Thompson a lo largo de esta saga (y las tintas de Dennis le dan un aspecto afilado y agradable), por lo que me gustaría decirla: “hey”. Demonios, creo que este año ella no va a asistir a la convención de cómics de Chicago (en su lugar todos nos iremos a Las Vegas) y le he dicho a todo el mundo de KLORDNY que deje de decirte que yo suelo decir "hey" a todas horas.

Lo primero en que pensé es que el Club de King Mob y De Sade era algún lugar que me resultaba vagamente familiar, como el Limelight de NYC o el Leisure Lounge de aquí, en Londres (por decir pretenciosamente algunos nombres), pero luego me acordé que lo había dibujado Jill, y me di cuenta de que era bastante probable que sólo fuese uno de los lugares habituales por donde ella suele salir. Creo que es la primera vez que he visto mencionar en un cómic las bebidas inteligentes o esa condenada pulsión maquinal de trip music, ¡bravo! ¡Y esa habitación de chill-out era maravillosa! Hace poco que he empezado con Terrence McKenna, así que me resultó toda una sorpresa ver cómo mencionabas sus nombres y teorías, especialmente esa extraña visión del DMT en el final del Mundo en 2012. Sin embargo, mi pregunta es: ¿cómo podría haber tenido De Sade esa conversación con los asiduos al club mientras suena esa música tribal-dance a todo volumen a su alrededor?

Me encanta la cabeza de Juan Bautista captando las canciones de Dead or Alive desde los ochenta y la frase inmortal que exclama Fanny: "Lo he acojonado. Obviamente nunca había visto a un transexual antes." Obviamente, ¡LOS INVISIBLES mejora en cada número!

Una última pregunta, amigo: ¿qué es toda esta mierda sobre OASIS? Me di cuenta de que salían arrastrándose por el anuncio de la página siete –también Portishead. Mmmmm. ¿Puede que las series de Vertigo tengan publicidad diferente en cada una, al tener en cuenta a su público –relativamente- diferente?

Y por último, te pido un favor. Le prometí a un perro de peluche que vive debajo de una mesa de billar del pub de Hendon que escribirías sobre él en una de tus historias. No le vamos a dejar colgado, ¿verdad?

Podría comentarte mucho más, pero las palabras, ya sabes, lo arruinan todo.

Encantado.

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Grant Morrison.

Curiosamente, Anthony, mis ideas sobre mitología heroica, drogas, evolución y disfraces de Spandex se exploran en profundidad en mi próxima serie, FLEX MENTALLO, un intento de crear una teoría y práctica post-post-post-moderna sobre lo Superheróico Trascendental. Los Invisibles también continuarán haciendo frente a la oleada más avanzada de la Corriente Evolutiva en todas sus MULTICOLORISTAS manifestaciones, claro que sí, por lo que te puedo garantizar mucha más mierda extraída del mismo lugar de donde procedía la primera carga.

En cuanto al perro de peluche, me temo que es un tema bastante delicado. Mi trabajo con perros de peluche ha sido cruelmente pasado por alto en el pasado, y me duele volver a abrir esas viejas heridas. ¿Dónde estaban los premios a la mejor interpretación para el conmovedor Sheba, el pastor alemán de DOOM PATROL número 45, por ejemplo? Tampoco ha visto nadie mi opus magna sobre animales de peluche titulada GORILLAS A-GO-GO, en donde Rex, el Perro Maravilla, hasta arriba de cocaína y montado sobre ruedas, se deslizaba inconscientemente a lo largo de una historia de traición, psicodelia y amores perdidos.

¿Oasis? Son los Rutles de los noventa, ¿no? No está mal.

Grant.

lunes, 27 de julio de 2015

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA (PIES DESCALZOS), 2003. Parte 3 de 5.

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA EN THE COMICS JOURNAL Nº 256, OCTUBRE DE 2003. Parte 3 de 5. Traducida por Frog2000. Parte 1, parte 2.

NAKAZAWA: Historias de época, aventura histórica, dramas con samuráis... por lo general en entregas de 16 páginas.

GLEASON: ¿Cómo reaccionó tu madre cuando supo que querías convertirte en historietista profesional?

NAKAZAWA: Se puso en contra. Conocía bien lo que era estar casada con un artista, ¡lo pobre que terminas siendo! No quería que siguiera los pasos de mi padre. Me enfadé con ella y la dije que iba a seguir dibujando sin que me importara mucho lo que me dijese. Dibujaba todos los días, ¡era un maníaco del manga!

GLEASON: Así que Tezuka fue tu mayor influencia. ¿Qué otros artistas de manga te gustaban?

NAKAZAWA: Eiichi Fukui, Noboru Baba, Jiro Ota, me encantaban. Todos aparecían en revistas de manga de la época, pero Tezuka era el ejemplo primigenio, alguien con algo que decir. Tenía su propio punto de vista y se podría decir que tenía una especie de sentido de la justicia. Creo que de alguna forma, en su obra hay un punto de vista filosófico soterrado. Supuso una gran influencia.
GLEASON: En los sesenta aparecieron algunos nuevos géneros en el manga, las narrativas de hardboiled dramático conocidas como gekiga, y algunas obras más avant-garde realizadas por los artistas "angura" o “underground”. ¿Qué pensabas de ellos?

NAKAZAWA: Me parecían simples modas. Ni siquiera estaba seguro de si deberían llamarlo manga. Los guionistas de "angora" en particular me parecían demasiado auto-indulgentes. No hacían esfuerzo alguno por comunicar su punto de vista, si es que tenían alguno, al lector. Su actitud era en plan: “si no lo pillas, es tu problema.”

GLEASON: A menudo se menciona a Yoshiharu Tsuge como uno de los primeros artistas manga avant-garde, ¿qué opinas de su obra?

NAKAZAWA: La entiendo en parte, ¡pero hay un montón que no! Conozco a mucha gente que describe su trabajo como arte. Personalmente no veo en ella nada que me parezca particularmente artístico. 

GLEASON: ¿Tienes algún historietista, o alguna historieta, favoritos de Estados Unidos u otros países?

NAKAZAWA: Cuando era joven me encantaban los cómics de Disney, y también Blondie. Y solía leer un montón de tebeos de diez centavos, del Oeste e historias de aventuras, que pensaba que habían sido la inspiración para el género japonés del gekiga. En cuanto al dibujo, los cómics americanos me parecían insuperables, pero no estaba tan impresionado por sus historias. No me gusta el enfoque americano que se puede ver en cómics como Superman, donde hay personas diferentes escribiendo las historias y dibujándolas. Para mí no es hacer historietas de verdad. Creo que las obras se tienen que llevar a cabo de forma completa e integrada. El enfoque de la división del trabajo utilizado en Estados Unidos creo que no te permite ser mejor historietista.

Algunos artistas japoneses han empezado a imitar el enfoque americano, como ocurre con Takao Saito [el creador de la larga serie de gekiga Golgo 13], por ejemplo. Escribe la historia y luego externaliza el dibujo entre varios autores, pero creo que el resultado no es tan bueno.
GLEASON: Como has mencionado, en los últimos años se han editado más cómics con un punto de vista propio, cómics preocupados por problemáticas sociales, como ocurría con Pies Descalzos. Un ejemplo famoso es el de Maus de Art Spiegelman. El Adolf de Tezuka también llamó la atención en Estados Unidos cuando fue traducido. ¿Qué piensas de las obras que van en esa línea?

NAKAZAWA: Los veo como trabajos ortodoxos en el mejor sentido de la palabra, porque expresan un punto de vista sobre el mundo. Como decía antes, creo que todos los mejores historietistas terminan haciendo algo por el estilo. Por eso admiro tantísimo a Tezuka. Por otro lado creo que hay algunos guionistas que usan lo que sea, sexo, violencia, para vender tantas copias como puedan. No me interesa demasiado leer el batiburrillo actual.

MANGA A TIEMPO COMPLETO

NAKAZAWA: Cuando cumplí 22 años no pude soportarlo más. Decidí que tenía que dibujar manga a tiempo completo, así que me mudé a Tokyo. Fue en 1961. Encontré una pequeña habitación de tres tatamis [90x180x5 cm cada uno] en el distrito de Yanaka y empecé a presentar mis manuscritos a diferentes editores.

GLEASON: ¿Tenías una carta de recomendación o algo así?

NAKAZAWA: Nada. Sencillamente iba y les decía que echasen un vistazo a mi trabajo. Muchos me contestaban: “parece muy interesante, vuelve cuando tengas algo más”. Finalmente comencé a publicar en una revista mensual de manga que se llamaba Shonen Gaho [Boys’ Pictorial]. En realidad todo ocurrió bastante rápido, solo llevaba un año en Tokyo cuando conseguí el trabajo. El título del manga era Spark One. Combinaba las carreras de coches con las intrigas de espionaje.

GLEASON: ¿Cuál era la conexión entre ambas?

NAKAZAWA: Uno de los equipos de carreras estaba intentando robar los diseños secretos de un coche de otro equipo. La serie estuvo apareciendo en Shonen Gaho durante un año. Conseguí otro trabajo haciendo historias cortas de ciencia ficción en una serie titulada Uchu Jirafu [Space Giraffe] para la revista manga semanal Shonen King.

Cuando esas series acabaron empecé a trabajar como asistente de Naoki Tsuji, que era un historietista muy popular. Durante esa época también estuve haciendo historias cortas para revistas como Kodansha’s Bokura [We], Shonen Sunday y Shonen magazine. Pasé por todo tipo de géneros, ciencia ficción, béisbol, samuráis, me gustaba dibujar de todo, así que metía la mano en cualquier cosa.

GLEASON: ¿Te obligaban en las oficinas de las revistas a dibujar un tipo de historias específico?

NAKAZAWA: No, dibujaba lo que quería y ellos lo ponían a la venta.

Después, en 1966 mi madre falleció. Me llegó un telegrama y corrí de regreso a Hiroshima, pero ya era tarde, la encontré tendida en el ataúd. Le estoy muy agradecido. Si no hubiese sido por mi madre, quien sabe qué me habría ocurrido. Podría haber sido un huérfano de Guerra, lo más probable es que hubiese muerto o hubiese entrado en la cárcel. Fui al crematorio para recoger sus cenizas. En realidad, cuando queman un cadáver siempre se quedan algunos huesos entre los restos, el cráneo, los huesos de la columna vertebral, de los brazos y de las piernas. Pero entre las cenizas de mi madre no había ninguno. Nada. Me quedé muy impresionado. Creo que la radiación debía haber invadido sus huesos y los había debilitado hasta el punto de que al final se desintegraron. Estaba horrorizado.

Desde que había llegado a Tokyo no le había dicho a nadie ni una palabra de que era un superviviente de la bomba atómica. La gente de Tokyo te miraba de forma rara cuando se lo contabas, así que aprendí a a quedarme callado. Muchos japoneses siguen teniendo un miedo irracional a que las víctimas de la bomba atómica puedan “contagiarles” alguna enfermedad radiactiva. Hay mucha gente así, incluso en grandes ciudades como Tokyo.

Estaba furioso porque la bomba se hubiese llevado incluso los huesos de mi madre. Durante todo el trayecto en el tren de regreso a Tokio no pude dejar de pensar en ella. Me di cuenta de que nunca había pensado seriamente sobre la bomba, la Guerra y sobre por qué había sucedido. Cuanto más pensaba en ello, más evidente era que los japoneses no se habían enfrentado a estos problemas en absoluto. No habían terminado de aceptar su responsabilidad en la guerra. A partir de entonces decidí que me gustaría escribir sobre la bomba y la guerra, y que responsabilizaría a quien se lo merecía de verdad. Una semana después de haber vuelto a Tokio escribí mi primera obra sobre la bomba, Kuroi Ame ni Utarete [Golpeado por la Lluvia Negra]. Trata sobre unos jóvenes que se meten en el mercado negro de las armas durante la posguerra de Hiroshima. El personaje principal es un superviviente de la bomba atómica cuyo odio lo impulsa a matar a un estadounidense que trafica en el mercado negro. Les dice a los estadounidenses: "¿Quiénes sois vosotros para hablar de justicia cuando habéis masacrado a cientos de miles de personas inocentes en Hiroshima, en Nagasaki, en el bombardeo de Tokio? ¿Eso es a lo que vosotros llamáis "justicia"?

Los editores que leyeron "Lluvia Negra" se quedaron muy conmovidos y me dijeron que escribiese más material. Terminé escribiendo cinco tomos de mi serie "Lluvia Negra": Río Negro, Silencio Negro y así sucesivamente. "Lluvia Negra" se publicó por entregas en Manga Punch, una revista "adulta" de manga publicada por una pequeña editorial, Hobunsha. Las grandes editoriales rechazaron la obra. Me dijeron que era demasiado radical, y que también era política.

GLEASON: ¿Qué es lo que no les gustaba en concreto?

NAKAZAWA: Me dijeron que tenían miedo de que termináramos siendo acosados por la CIA o demandados por el gobierno de los Estados Unidos por escribir acerca de la bomba atómica. Cuando se lo comenté a mi editor en Hobunsha, se rió y me dijo: "¡Oye, que vengan a detenerme a mí, que eso supondría mucha publicidad! "

Pero aunque fuese "adulta", lo cuál significa que era erótica, la revista Manga Punch tenía una muy pequeña porción del mercado. Yo quería escribir sobre estos temas para una editorial más grande. Tuve la suerte de encontrar a un muy buen editor en una de esas editoriales, Shueisha. Su nombre era Tadasu Nagano. Defendió mucho mi trabajo. Me animó a escribir más sobre la bomba atómica, así que empecé mi serie sobre "la Paz" en Aru Hola totsuzen ni [De repente, un día].
GLEASON: Así que a finales de los sesenta, principalmente estabas escribiendo sobre la temática de la guerra y sobre la bomba atómica, ¿se basaban esas obras en tus propias experiencias?

NAKAZAWA: Oh, claro, un montón de cosas se basaban en mis propias experiencias. Pero no empecé a escribir acerca de lo que me había pasado personalmente hasta que la revista mensual Shonen Jump empezó a editar una serie de “autobiografías de historietistas.” Me preguntaron si podría escribir una. Al principio no quería hacerlo, pero insistieron. El resultado fue Ore wa Mita [Yo lo vi]. Cuando Nagano la leyó, me dijo: “deberías hacer una serie larga basada en tu historia. Puedes hacer tantas páginas como quieras y nosotros editaremos todo lo que hagas.” Difícilmente me lo podía creer. Fue la primera vez que un editor me decía algo parecido. Le estaba muy agradecido, y sentía que debería hacer el mejor trabajo que pudiese. Así es como surgió Hadashi no Gen [Barefoot Gen].

Si no hubiese sido por Nagano, Gen nunca habría llegado a aparecer. Pero después de un año y medio, lo promocionaron y convirtieron en director de su división, así que su cargo en Jump pasó a otra persona. El nuevo editor tenía gustos diferentes, así que decidió cancelar Gen. Después, la revista mensual Shimin [Citizen] se encargó de la serie durante un año. Quebraron, así que Gen se mudó a otra revista mensual llamada Bunka Hyoron [Cultural Criticism], donde estuvo apareciendo durante tres años y medio. Luego la revista se quedó sin dinero, así que Gen se mudó a Kyoiku Hyoron [Educational Criticism] otros tres años y medio. 

GLEASON: ¿A qué ritmo se serializaba Gen en esas publicaciones?

NAKAZAWA: Eran unas dieciséis páginas mensuales. Lo que condujo a que Gen completase su recorrido del todo, compuesto finalmente por un total de diez tomos.

GLEASON: Alguien me dijo una vez que creía que Jump había cancelado Gen por la presión que ejercía la derecha. ¿Hay algo de verdad?

NAKAZAWA: No, ninguna en absoluto, fue por capricho del nuevo editor. Esperábamos recibir mucha presión por parte de la derecha, pero nunca experimentamos ninguna. Cuando Gen apareció por primera vez, le advertí a mi esposa que debía estar preparada para recibir correos de odio y amenazas telefónicas. No ocurrió nada. Gen solo recibió elogios. ¡Incluso la gente de derechas lloraba cuando leía el manga!

GLEASON: Antes también has mencionado que la izquierda japonesa quería usar Gen para su propia agenda política, y que en un momento dado el Partido Comunista de Japón te estuvo importunando para que te unieses a ellos.

NAKAZAWA: Oh, claro, es cierto. Pero les contesté que no. Me hicieron el vacío después de decírselo. En realidad se podría decir que los comunistas también me rechazaron. Bunka Hyoron estaba afiliado al Partido Comunista, pero canceló Gen cuando se les acabó el dinero. 

GLEASON: Así que durante varios años estuviste muy ocupado con Gen. Pero también estabas haciendo otras obras durante esa época, ¿no?

NAKAZAWA: Oh, sí, unas cuantas. Hacía cosas para Monthly Champion y Manga Action. Muchas con comentarios parcialmente sociales, pero también hacía cosas más ligeras. Hice un manga titulado Yakyu Baka [Baseball Fool], sobre un chico que era demasiado tonto como para jugar al béisbol. ¡Uno también se cansa de hacer cosas serias todo el tiempo! Pero también estuve haciendo obras en la misma línea que Gen y Okinawa. Me encargué de una serie llamada Geki no Kawa [Río Geki] acerca de un niño que estaba creciendo en Manchuria cuando todavía era una colonia japonesa.

GLEASON: En algún momento también empezaste a dar charlas en público. ¿Cuándo fue?

NAKAZAWA: Supongo que después de que Gen apareciese por primera vez en un conjunto de cuatro volúmenes, así que sería a mediados de los setenta.

GLEASON: ¿Solías hablar sobre tus experiencias como superviviente de la bomba atómica?

NAKAZAWA: Si, y sobre temas relacionados con la Paz. Eran charlas para grupos de ciudadanos, en escuelas y con grupos de profesores por todo Japón.

GLEASON: ¿Lo sigues haciendo?

NAKAZAWA: Ahora no, estoy cansado. El año pasado todavía lo hacía, pero no quiero seguir. En los momentos de más éxito estuve dando como unas 20 o 25 charlas por año.

GLEASON: ¿Qué tipo de preguntas te hacía la gente?

NAKAZAWA: Querían saber cómo fueron realmente la Guerra y la bomba atómica. Era la primera vez en la que la gente podía escuchar la verdad. Es lo que me decían en todos los sitios en los que estuve.

GLEASON: He oído que los libros de Historia japonesa escolares no dicen gran cosa sobre la bomba, ¿Cuál puede ser el motivo?

(Continuará)

miércoles, 22 de julio de 2015

TINTA INVISIBLE, LOS INVISIBLES NÚMERO 11, VOLUMEN 1.

Tinta Invisible, correo de LOS INVISIBLES nº 11, por Grant Morrison, traducido por Frog2000.

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Sin firma.

Grant, he terminado ahora mismo el último número de LOS INCOMPRENSIBLES, eh... me refería a LOS INVISIBLES. Hey, sólo bromeaba. Parece que los más controvertido que se puede encontrar en tus historias es si la gente "pilla" o no las cosas. Estos tíos hasta se ponen a investigar listados del material que aparece en segundo plano, quizá con la esperanza de que les ayude a comprender mejor tu trabajo. Como si Los Invisibles fuesen un crucigrama o un puzzle, algo que tiene que ser resuelto.

Si estar familiarizado con los pesados tomos de Joseph Campbell me ayudase a entender mejor el cómic, leerlo no habría sido tan divertido. También te convertiría en un pésimo guionista. Significaría que no eres capaz de presentar tu trabajo de la forma lo suficientemente clara como para que cause un impacto inmediato en el lector.

Me he leído Los Invisibles por la misma razón que me suelo leer Superman, porque es divertido. Seguramente tus temas sean más cerebrales que los de La Verdad, La Justicia y El Estilo De Vida Americano. Pero este cómic es tan colorido y visceral como cualquier otro que logre lo que se propone.

Recuerdo la primera vez que escuché a Bob Dylan. Sus letras me molestaron mucho porque no era capaz de descifrarlas. Entonces, un día dejé de intentarlo y de repente adquirieron sentido. Estoy demasiado ocupado metiendo cuidadosamente mis cómics en bolsas de plástico con láminas de plástico en la parte posterior y documentando mi colección como para estudiar minuciosamente cada viñeta de estas historias, buscando pistas que descifren la conspiración y que nos ayuden a entender quiénes son sus protagonistas y por qué hacen lo que hacen.

Estoy incluso demasiado ocupado como para volver al comienzo de esta misiva y hacerme una idea de por qué he empezado a escribirla. Creo que con algo de suerte la veré impresa y tendré que afrontar una de tus irritantes respuestas.

¡Mantente lejos de mi vista!

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Grant Morrison.

¿Irritante? ¿Yo? Qué va. Este mes estoy demasiado deprimido como para responderte, John.

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El Viejo Verde.

Hola, colegas cabrones:

¿Cómo os encontráis hoy? Yo estoy genial. Gracias por preocuparos. 

Vamos allá. Me gustaría hablar sobre la palabra "FUCK". Quiero decir, ¿de verdad que su uso es tan necesario? Cada vez que nos toca echar un vistazo a esas malvadas cuatro letras mi gato y yo nos sentimos ofendidos. Con toda sinceridad, creo que las letras C, F, K y U deberían ser borradas del alfabeto. Eso resolvería rápidamente nuestros problemas.

También me gustaría decir que tu forma de tratar a pequeños chicos y chicas desamparados en los tebeos, señor Morrison (¿debería llamarte señor o en realidad es Don?), me parece un acto que cualquiera debería tener en cuenta para siempre. Esos pensamientos se deberían mantener encerrados todo lo posible y no dejarlos escapar nunca. Es una norma personal de la que siempre hago uso (excepto el tercer martes de cada mes, por supuesto.)

He de admitir que por culpa de las presiones que he recibido por parte de mi gato (que a partir de ahora solo será conocido con un escueto "Chloe"), nunca me he comprado tu serie ni nunca lo haré.

Buenas noches y que Dios te bendiga.

Espero que te pudras.

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Grant Morrison.

Simplemente decid NO, lectores.

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Alex Gretlein.

El más querido de los Morrisons, el más dulce entre los Grants:

¿Por qué me hará esto la gente?

Hace cuatro años E compró "Holy Blood, Holy Grail", un libro que es bastante posible que conozcas. Este y otros libros ("The Messianic Legay", "The Holy Place", incluso el jodido "Dead Sea Scrolls Deception") del mismo autor me lanzaron en una búsqueda espantosamente terrible de todo tipo de Hermétismos, pseudo-Masones, Magick, Oabbalah, neo-Templarios, Paganismo Nórdico, Body Piercing, Chamanismo, Alucinógenos, Bekktashis, Ismaelíes y Asesinos, Raves, Terence McKenna, e incluso la mortal Syrian Rue. Shelley ha sido mi Dios personal desde hace tiempo. Hace dos semanas, mientras los Kabalistas de Provenza empezaron a salir a la superficie en un curso al que asisto, un colega del trabajo de mi madre al que no conocía, y sin razón aparente alguna, me preguntó qué es lo que sabía sobre los Cátaros. Llevaba sin pensar en Rennes-le-Chateau o "Et in Arcadia Ego..." desde hacía años. Terminé prestándole "Holy Blood" y el resto. Durante un tiempo tuve el hábito de hacerme casi con cualquier serie publicada por Vertigo. Estaba bastante desenganchado del coleccionismo, y cuando vi tu título la primera vez me sorprendió un montón, aunque me había leído los avances porque alguien me había dado el soplo (¿Invisibles? ¿qué?) Me lo compré (número ocho, Arcadia IV) y finalmente me he recuperado lo suficiente como para escribir esta carta. Hmmmm... es curioso que en realidad todo esto no tenga nada que ver, ni lo más mínimo, con mi propia imaginación (o hasta ahora eso es lo que me parece), sino más bien parece algo escrito por el autor de Arkham Asylum (No diré más.) ¿Quién eres? ¿Dónde te encuentras? ¿Eh? Si tuviese más tiempo... y más dinero... ¡OH, bueno! Supongo que te daría las gracias (¿o maldecirte?) Mejor dejarte en ascuas en cuanto a lo que te doy. (Me he puesto a) buscar los siguientes números y los anteriores, ¿qué pasa con la misteriosa paranoia de los números 1 a 7?)

""If you could understand,
Then you would take my hand,
And I would spread so far!"
Just like Arcadia!"

Hasta ahora, A-mo-R

(Posdata: "23: Things Fall Apart"?, ¡oh, tío!)

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Grant Morrison.

¿Quién soy? Soy el guionista que has creado para producir un comic book tan asombrosamente fiel a nuestros propios pensamientos y experiencias que podría servir como disparador zen, arrojándote hacia un estado iluminado donde de repente se es aún más consciente de la inmensa mayoría de coincidencias y sincronicidades que sostienen el mundo unido, una toma de conciencia que lleva hasta una creciente comprensión de que el Universo no es más que un constructo, una simulación, un laboratorio en el que las almas, a falta de una palabra mejor, se ponen a prueba, etcétera. 

Y tú eres uno de los lectores que he creado por la misma razón.

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The Consumer Queen.

para el consumidor: 

Al ver, como yo, el mundo desde los ojos de otro lector de correo aburrido, sin rostro ni vida, he elegido ser más productivo. Como en cuanto a corresponsal soy virgen, por favor, sed amables conmigo. De todas formas, a donde quería llegar es que Los Invisibles es otro maravilloso viaje espiritual y abstracto hacia un reino desconocido de preguntas retóricas como "¿Qué es Dios?" y "¿por qué existe la religión?" Hablando desde el punto de vista de un acuario, la religión en cualquier forma o estado es para todos los que son demasiado débiles, estúpidos o pesados como para diseñarse una ellos solos. El único propósito fijo de la religión es controlar a los que son lo suficientemente crédulos como para creer en ella (es muy parecido a los Gobiernos, y es probable que la religión esté diseñada por ellos, aunque soy alguien absolutamente hipócrita en cuanto a todo lo que estoy escribiendo, porque también soy un devoto consumidor, una oveja sin mente que olfatea el trasero del consumidor anónimo y hecho de plástico que tengo frente a mí en el camino hacia el completo materialismo, adorando subconscientemente a los fabricantes mientras mi mente se sumerge a diario en los productos de una generación retorcida y artificial. Después de todo, qué más podría ser una persona que es juzgada tan sólo por la cantidad y el coste de los productos que están pudriéndole lentamente la existencia. Su único deseo es el verdadero y absoluto consumo.)

Postdata: Esta carta no pretende ser ofensiva. Simplemente busco cartearme con alguien que se encuentre remotamente interesado en alguien tan aburrido como yo. Si estás aburrido también, puedes escribirme, porque no tengo vida alguna.

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Grant Morrison.

Por favor, escribid a Consumer Queen.

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Simon Lewis.

Querido Grant:

¿puedo mostrarte alguna de mis teorías sobre Los Invisibles y la verdadera historia secreta de la anarquía y la disidencia? He empezado a observar que están surgiendo algunos patrones muy interesantes.

Lo primero de todo: la iniciación de Dane. Después de quedarse absolutamente jodido descubre el Londres secreto que existe debajo de las aceras y por fin abre los ojos. Un flashback hacia la vida real, y nos encontramos en París en mayo de 1968. Inspirado por las teorías artístico-anarquistas de la Internacional Situacionista de Guy Debord, los estudiantes y los rebeldes de por vida toman las calles y se rebelan contra los gerontocráticos Gaullistas. Eslóganes crípticos y enardecedores empiezan a aparecer por la noche en los muros, el más famoso dice: "Debajo de los adoquines está la playa": es una llamada a los oprimidos para que abran los ojos ante el prodigio de la existencia. ¿Os suena familiar?

Alrededor de la misma época, ciertos miembros británicos de la Internacional Situacionista se escinden para formar su propio grupo, al que llaman... King Mob.

En la portada del primer número de King Mob Echo, su revista política, aparece un anarquista enmascarado agarrando un cóctel molotov. En la viñeta de apertura de Los Invibles aparece... Dane McGowan empuñando un llameante molotov. 

Y ahora, aquí tenemos algo que me dejó acongojado: había leído el poema de Adrian Henri de 1965, un artista underground de pensamiento anarquista. Consiste en una lista de figuras revolucionarias sacadas de la Historia, y empecé a pensar que todos esos tíos estarían cualificados para formar parte de Los Invisibles. Y entonces me fijé en la última línea del tercer verso: 

"Kropotkin, Ringo, George and John"

¿Kropotkin y John Lennon en la misma categoría? ¿Conocías este oscuro poema, Grant? Si no es así, las similitudes con el primer número de Los Invisibles son escalofriantes.

A lo que me refiero es que existe toda una red de movimientos anarquistas interrelacionados entre sí a lo largo de la Historia del Mundo, al igual que ocurre en tu comic book. Quizá podrías expandir la historia actual de viajes en el tiempo para investigar algunas de las conexiones.

Por ejemplo, King Mob toma su nombre del título de un libro de 1958 escrito por Christopher Hibbert que trata acerca de los escasamente conocidos Gordon Riots londinenses de 1780, también conocidos como "Great Libery Riots". Cientos de funcionarios, soldados, marineros y trabajadores tomaron las calles de Londres, destrozando las casas de ricos y privilegiados. Las cinco prisiones de Londres también fueron incendiadas. 

Verás, lo que querían era deshacerse de todo lo que les negaba la diversión y que les hacía ser infelices. Estoy seguro de que ese sentimiento también les resultará muy familiar a los lectores de Los Invisibles.

¿Veremos a King Mob y a su grupo surgiendo de la nada en mitad de históricas crisis inglesas como la mencionada? Nos has mostrado que los gobernantes ingleses son bastardos deshonestos y diabólicos, algo que, de todos modos, ya sabíamos. Ahora deberías enseñar algo del incandescente espíritu anárquico y su petulante superioridad que siempre ha estado presente en el lado opuesto. Es un tema que me toca de cerca, al igual que tengo claro que también te ocurrirá a ti. (Por otro lado, si algún lector americano quiere ver algo de seria acción anti-gubernamental, que visite Inglaterra este verano mientras se pone en marcha la temporada de festivales, y veréis cómo la repelente Ley de Justicia Criminal estalla en la cara de los Tories.)

Para acabar les ofreceré a los chavales punk una anécdota relacionada con Los Invisibles. Años antes de que se juntaran los Sex Pistols, Malcolm McLaren fue miembro de King Mob. En diciembre de 1968, veinticuatro colegas y él arrasaron el departamento de juguetes de Selfridges y distribuyeron juguetes gratis a los críos, como si fuesen una guerrilla de Santa Claus. Ahora que lo pienso, sería digno de ver a Los Invisibles apareciendo en 1976 -qué mierda más excitante- mientras King Mob susurra "Anarchy In The UK" en el oído de Johnny Rotten.

Mejor me callo y permito que algún otro meta baza. Adelante, Grant. Estoy contigo desde el principio hasta el final.

Mucho amor.

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Grant Morrison.

No creo que se pueda añadir mucho más, Simon. Umm... sí. ¡Sí! A cierta escala todo está conectado, y no hay nada parecido a una coincidencia excepto por esa frase de Adrian Henri, a menos que tal vez la recordara de los días en los que calzaba botas chelsea en el Mersey...

Realmente esta es la mejor sección de correo de los cómics...

lunes, 20 de julio de 2015

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA (PIES DESCALZOS), 2003. Parte 2 de 5.

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA EN THE COMICS JOURNAL Nº 256, OCTUBRE DE 2003. Parte 2 de 5. Traducida por Frog2000. Parte 1. 

NAKAZAWA Por mucho que fuese agosto, nunca disfrutábamos de vacaciones. Los niños teníamos que ir a clase todo el verano, la idea era la de que tenían que convertirnos en “ciudadanos fuertes”. Ese día me dirigía a la escuela primaria de Kanzaki por mi ruta habitual. Si hubiese cruzado la puerta de la escuela un momento antes puede que ahora no estuviese vivo. Una cosa tan insignificante y... a menudo suelo pensar en ello. La suerte o el destino son algo extraño.

Según estaba entrando por la puerta la madre de uno de mis compañeros de clase me llamó. Me preguntó si nuestra clase se quedaría ese día en la escuela o si iríamos a un templo cercano como hacíamos a veces. Siempre cambiaban de sitio porque a veces, durante las incursiones aéreas bombardeaban algunas escuelas. Le dije que no lo sabía, que tenía que preguntárselo al profesor. Me quedé ahí plantado y la señora se adelantó como un metro por delante. Justo entonces pudimos ver a un solitario avión volando sobre nuestras cabezas. “¡Es un B-29!”, grité. “Si, lo es,” respondió. Pero todavía no habían sonado las alarmas anti-aéreas, como era habitual. La señora dijo que era muy extraño. Y entonces, justo en ese momento se produjo un fuerte destello. Parecía como si se precipitase directamente sobre mí. Recuerdo que el centro era de color blanco puro, luego de blanco-azulado y rojo-anaranjado por los bordes. Pude ver el destello durante un instante y después ya no recuerdo nada más.
Lo siguiente que recuerdo es una tonalidad oscura. Parecía que era de noche. Pero un momento antes el cielo estaba completamente azul. Sentí que algo se clavaba en mi mejilla, un clavo, y aún sigo teniendo la cicatriz, ¿la ves? Me pregunté qué era lo que había ocurrido. Cuando intenté levantarme estaba enterrado bajo un montón de tejas y tablas. El muro de la escuela se había derrumbado encima de mí. Me arrastré para poder liberarme. Enfrente estaba la señora con la que acababa de hablar, pero ahora se encontraba tirada en mitad de la calle. Su pelo estaba completamente quemado, su cara y su piel eran de color negro, y me estaba mirando directamente.

Salí al exterior. La calle era una ancha avenida con los raíles del tranvía discurriendo por la mitad. Todas las casas de ambos lados se habían derrumbado, y los cables del tranvía que estaban por encima nuestro se habían retorcido como si fuesen telas de araña. Supongo que me asedió el instinto animal y me impulsó a regresar a casa cuanto antes. No podía pensar en nada más excepto en que tenía que volver a casa. Mientras estaba corriendo, las primeras personas que pude ver fueron a seis o siete mujeres que caminaban a ambos lados de la calle y que tan solo iban vestidas con su ropa interior. Todas tenían cristales clavados en su cuerpo en ángulos diferentes, alguna en el lado izquierdo, otra en el frontal de su cuerpo, algunas en el lado derecho, otras en la espalda. Las había golpeado el cristal de las ventanas que se habían roto. Luego pude ver a gente cuyos cuerpos parecían haber sido coloreados de azul. Cuando los mirabas más de cerca, te dabas cuenta de que estaban completamente cubiertos de fragmentos de vidrio. Más adelante llegué a un lugar donde las personas estaban tiradas a lo largo del borde de la carretera, como si fuesen una alfombra humana. Su piel estaba quemada y se había vuelto negra por completo. Otras personas se estaban arrastrando por la carretera para poder beber agua de una bomba de agua que estaba al otro lado. Seguí adelante. No entendía lo que había ocurrido. Lo más extraño es que nadie lloraba. Algunos estaban bebiendo en silencio tan rápido como podían, otros estaban sentados quitándose los cristales del cuerpo. Seguí corriendo a lo largo de la calle hasta que llegué a mi barrio, pero se encontraba en llamas y no pude acercarme hasta mi casa. Supongo que fue entonces cuando empecé a percibir algo de lo que estaba ocurriendo. Corrí hasta mi calle y empecé a gritar con toda la fuerza de mis pulmones, “¡Mamá! ¡Papá!”, los busqué a lo largo y ancho de toda la calle.

Había una multitud de personas caminando en silencio, como si fuese un desfile de fantasmas. Toda su piel estaba en tiras. El calor de la bomba atómica alcanza alrededor de los 5.000 o 6.000 grados, ya sabes. La piel se te derrite justo al instante. Pero la piel humana es una cosa bastante increíble. Se pela por completo hasta llegar a las uñas y se queda colgando. Así que las personas caminaban con las manos enfrente suyo, y arrastrando la piel de los brazos por el suelo. Como si fuesen un puñado de fantasmas. Cuando la explosión de la bomba alcanzó la cara de la gente, sus ojos saltaron y se quedaron colgando de las órbitas. Así que la gente se tambaleaba mientras sostenía sus globos oculares con las manos. Si la explosión te había golpeado en el vientre, este se había abierto por la mitad, por lo que algunas personas tenían sus intestinos derramados en el exterior y estaban intentando meterlos dentro de nuevo. Otra cosa que noté fue que las personas que vestían ropa blanca tenían la ropa intacta. Pero el resto de ellos se había quemado por completo. Más tarde me enteré de que el calor de la explosión se comporta como la luz cuando rebota en un espejo. Se reflejaba en la ropa blanca, pero era absorbida por la ropa oscura. Desafortunadamente, en ese momento de la guerra la mayoría de la gente tenía el hábito de usar ropa oscura para no ser visibles por la noche cuando nos sobrevolaban los aviones enemigos.
Así que yo estaba corriendo en medio de ese escenario, llamando a mi madre y a mi padre. Milagrosamente, una vecina me reconoció. Ella estaba de pie completamente cubierta de cristales, presionando partes de su cuerpo para intentar detener la hemorragia. Me dijo que mi madre estaba junto a las vías del tranvía cerca de cierta intersección. Ni me lo pensé, empecé a correr. Cuando llegué a dicho cruce encontré a mi madre sentada en uno de los futones que habían distribuido a un lado de la calle. Estaba sentada con la mirada perdida. Recuerdo que simplemente nos quedamos mirándonos uno al otro, no teníamos energía ni para hablar. Entonces me di cuenta de que estaba sosteniendo algo en sus brazos. Era un bebé. La sacudida de la explosión había provocado anticipadamente su nacimiento.

GLEASON: ¿Así que dio a luz justo ahí, en uno de los lados de la carretera?

NAKAZAWA: Sí, sólo un poco antes de que yo llegase. El bebé era una niña. Nos sentamos allí mirando el desfile de fantasmas mientras pasaban a nuestro alrededor. Las personas huían del epicentro. Vivíamos algo retirados de la ciudad. Cerca de donde vivíamos había campos de hortalizas a ambos lados de la carretera, completamente cubiertos de cuerpos. La gente se había derrumbado encima de las verduras. Supongo que buscarían el frescor para aliviar sus cuerpos quemados.

En algún momento la lluvia empezó a caer sobre nosotros. Tenía la consistencia pesada del petróleo. Nadie sabía lo que era. Alguien dijo que los estadounidenses debían estar tirando petróleo sobre Hiroshima para hacer que el fuego se propagase más rápido. Pero tuvimos mucha suerte. Si hubiésemos huido hacia el oeste, nos habríamos quedado completamente expuestos a la lluvia negra y habríamos muerto por culpa de la radiactividad. Pero nos marchamos hacia el sur, y sólo unas pocas gotas cayeron sobre nosotros. Algunos huyeron hacia el oeste, por lo que muchas personas murieron de enfermedad por grave envenenamiento radioactivo o de leucemia. Así que nos pasamos el resto del día sentados allí mismo. Luego, por la noche, la gente a nuestro alrededor comenzó a gemir de sed. No podíamos dormir. Mi madre se apiadó de ellos y se dirigió hasta la bomba para sacar agua para dársela. Ellos agarraban la cuchara y se la metían en la boca lo más rápido que podían, y a continuación, en cuestión de segundos, caían muertos. Tal vez se produjese un shock en su sistema o tal vez hubiesen estado esperando ansiosamente el agua con un hilo de vida, así que cuando finalmente algunos la conseguían, ya podían dejarse ir y fallecer.
Cuando amaneció al día siguiente, casi todo el mundo que se había quedado tirado en los campos había muerto. El hedor de los cadáveres era horrible. No se podía respirar, especialmente por todo lo que calentaba el sol a mediados del verano. Decidimos subir hasta una colina cercana, Sarayama, donde los árboles nos podrían proporcionar algo de sombra. Pero la colina estaba tan repleta de gente que no pudimos encontrar ningún espacio para sentarnos, así que nos dimos por vencidos y nos fuimos de la zona. Justo entonces me di cuenta de que sentía que me picaba mucho la parte posterior de la cabeza y el cuello. Resulta que allí había sufrido quemaduras de la bomba. La pared de la escuela no había bloqueado por completo el fogonazo y me había quemado la cabeza y el cuello. En la parte inferior de la colina el Ejército había instalado en una carpa un puesto de primeros auxilios, así que fuimos para que pudiesen darme algún tratamiento. Pero no tenían ningún tipo de medicamento. Le dijeron a mi madre que me emplastara las heridas con jugo de una planta de calabaza. Lo estuve haciendo durante un año y se me curó.

No había ningún lugar donde ir, pero teníamos que lograr que mi hermano mayor Yasuto supiese que estábamos vivos, así que volvimos a la calle principal, cerca de donde había estado nuestra casa, y esperamos a que regresara. Mi hermano había sido reclutado para trabajar en el astillero Kure, a las afueras de Hiroshima. Había ayudado a construir el acorazado Yamato, por lo que no estaba en Hiroshima cuando cayó la bomba. Finalmente hizo que nos encontraran, y luego nosotros cuatro, incluyendo al bebé, nos marchamos a un pueblo a las afueras de Hiroshima llamado Eba, donde teníamos parientes. No estaban demasiado contentos de vernos porque estaban cortos de alimentos.

GLEASON: Describes esa misma situación en Pies Descalzos. ¿Se desarrolló tal y como aparece en la obra?

NAKAZAWA: Si, exáctamente de la forma en que la describo en “Gen”. Nos dejaron quedarnos en un almacén de su propiedad, pero se portaron de una forma verdaderamente desagradable.

GLEASON: ¿Cuando te enteraste de que el resto de tu familia había perecido en el fuego?

NAKAZAWA: No fue de inmediato. Después de llegar a Eba y de tranquilizarnos un poco, mi madre me dijo por primera vez la forma en que habían muerto, fue tal y como lo describí en “Gen”. Se quedaron atrapados bajo las vigas derrumbadas de nuestra casa y estuvieron quemándose hasta que murieron. La cabeza de mi hermano pequeño Susumu se había quedado atrapada en una puerta que se había derrumbado, pero todavía podía mover las piernas. Mi madre trató de sacarlo, pero no pudo. Mi hermano estuvo llorando y llorando por lo mucho que le dolían las quemaduras, y mi padre le estuvo gritando a mi madre que hiciese algo. Pero no había nada que pudiera hacer. Perdió temporalmente el juicio. Ellos se estaban muriendo justo enfrente suyo. Decidió que moriría con ellos, pero mientras las llamas seguían quemando nuestra casa, vino un vecino y la arrastró hasta llevársela lejos. La dijo que no tenía sentido que ella también muriese. Todavía podía oír los gritos de mi hermano y de mi padre desde el interior de las llamas mientras él la estaba apartando. Gracias a Dios, mi hermana Eiko había muerto al instante.

Después de unos días, volví con Yasuto al lugar donde había estado mi casa, y encontramos los huesos de mi padre, mi hermana y mi hermano pequeño allí donde habían fallecido. Pusimos sus cráneos en un cubo y nos los llevamos con nosotros. Cuando sostuve el cráneo de mi hermano pequeño en mis manos, aún recuerdo el escalofrío que sentí por todo el cuerpo, incluso en aquel caluroso día de verano. Estuve pensando en lo terrible que debía haber sido para él, reclamando la ayuda de mi madre con la cabeza atrapada bajo esa viga, con el cuerpo ardiendo. Esa fue la primera vez que veía Hiroshima desde que nos habíamos marchado a Eba. Todo lo que quedaba de la ciudad era una vasta llanura arrasada. Las únicas estructuras que quedaban en pie eran las cisternas de cemento llenas de agua para poder extinguir incendios. Esos tanques estaban llenos de cadáveres de personas que habían intentado escapar de los incendios. Se podía ver a padres e hijos aferrados unos a otros. Incluso muertos, parecían humanos. Según te acercabas al epicentro de la bomba, las cisternas se habían desbordado con los cuerpos. La gente había saltado en el interior de los tanques, una persona tras otra, cayendo encima de la anterior. La forma en la que los cadáveres se habían quedado amontonados era muy simétrica. Las únicas cosas que se movían sobre las ruinas eran las moscas. Había nubes de moscas por todas partes. Te seguían en enjambres. Pensé que me iban a comer vivo. En el centro, debajo del puente cerca del epicentro de la explosión, el río estaba lleno de cadáveres hinchados en descomposición. Aparecían y desaparecían bajo el agua con la marea. De vez en cuando se oía un fuerte chasquido cuando el gas hinchaba el cadáver y abría su vientre de golpe. Toda la ciudad estaba llena de cuerpos. Por todas partes por las que estuve se podían ver cadáveres carbonizados, ennegrecidos. 

GLEASON: ¿Así que os quedásteis una temporada en Eba después del bombardeo?

NAKAZAWA: Sí, pero la gente de ese pueblo nos trató muy mal, claramente no nos querían cerca, así que decidimos irnos tan pronto como pudiésemos. Empezamos recogiendo madera, y cuando tuvimos suficiente regresamos a la ciudad y nos construimos una choza entre los escombros, no lejos de donde está la Cúpula de la Bomba Atómica [Cúpula Genbaku]. 

Un mes después del final de la Guerra volvieron a abrir una escuela en Hiroshima. Pero no teníamos nada con lo que estudiar: no había papel, ni libros de texto, ni pupitres. Pasábamos nuestro tiempo libre rondando por las ruinas, también cerca de la Cúpula de la Bomba Atómica. Desde allá arriba se podía ver todo el panorama de lo que quedaba de Hiroshima. En esa época se podían ver piras crematorias ardiendo sin parar. Por doquier se podían ver hectáreas y hectáreas de huesos apilados producto de dichas cremaciones.

GLEASON: ¿Tenías amigos con los que hacer piña, alguien como el mejor amigo de Gen, Ryuta?

NAKAZAWA: Bueno, yo era el chico que peor se comportaba de toda mi escuela. Siempre estaba metido en peleas. Era el jefe de mi propia pequeña pandilla. Nos gustaba deambular por las ruinas recogiendo chatarra para venderla en el mercado negro y disponer de efectivo en el bolsillo. El mercado negro era el único lugar donde podías conseguir la mayoría de los artículos de primera necesidad, y por supuesto, estaba manejado por la Yakuza. No lo podías evitar. Así era como funcionaban las cosas en ese momento. Todo el mundo estaba desesperado.

GLEASON: ¿Cuándo descubriste los cómics y empezaste a dibujar?

NAKAZAWA: Creo que sería en tercer grado, en torno a 1948, cuando pude ver por primera vez el cómic “Shin-Takarajima” [La Nueva Isla del Tesoro] de Osamu Tezuka. La primera vez que escuché hablar de él fue cuando me enteré de que uno de mis compañeros de clase poseía un ejemplar. Le importuné todo lo que pude para que me lo prestase, pero no me lo dejó. Lo deseaba tanto... Así que ahorré el dinero que sacaba de la venta de chatarra y finalmente me compré mi propia copia. Pasaba todo mi tiempo libre leyéndolo una y otra vez.
GLEASON: ¿Habías oído hablar antes de Tezuka?

NAKAZAWA: No, nunca.

GLEASON: ¿Por qué querías leer cómics tan desesperadamente?

NAKAZAWA: En ese entonces no teníamos otras formas de entretenimiento. Los cómics eran algo nuevo y excitante. Además, nunca había habido antes grandes y gruesas revistas de historietas, tomos de buen tamaño como Shin-Takarajima, sólo cómics mucho más escuetos. Su tamaño también me parecía muy emocionante.

GLEASON: ¿Eran comos los grandes mangas semanales que vemos hoy en día, al estilo Shonen Jump?

NAKAZAWA: Claro, de unas 250 páginas. El de Tezuka fue el primer manga que recuerdo haber visto, y fue con el que crecí.

GLEASON: ¿Solía dibujar antes de ver por primera vez la obra de Tezuka?

NAKAZAWA: Siempre había sido bueno dibujando, incluso de niño, gracias al ejemplo de mi padre. En el colegio también era bueno dibujando. En cuanto me hice con los manga, empecé a intentar copiar dibujos de Tezuka. Con el paso del tiempo me iba convirtiendo cada vez más en un fanático del manga. En quinto o sexto curso envié una caricatura que había dibujado en una postal para un concurso de un editor de Tokio. Obtuve una mención de honor y mi nombre apareció en su revista. ¡Me alegré muchísimo!

GLEASON: ¿Pensaban tus compañeros que eras raro por ser un tío duro que también dibujaba cómics?

NAKAZAWA: Oh, eso me hizo más popular. Los niños se ponían en fila en la escuela y me pedían que dibujase caricaturas para ellos ¡estaba muy bien! Creo que era algo que estaba en mi sangre, es algo que heredé de mi padre. Me encantaban los dibujos. Podía dibujar durante horas y horas, completamente inmerso en mi propio mundo. Si sigues haciendo algo que te gusta, finalmente te obligas a mejorar.

Cuando entré en la escuela secundaria me empecé a obsesionar aún más con el manga. Para entonces había puesto todo mi corazón en convertirme en un dibujante profesional cuando creciese. Quería ir al Instituto, pero mi familia no se podía permitir el lujo de pagarme la matrícula. Así que cuando me gradué en la escuela secundaria sólo tenía quince años, pero tenía que encontrar un trabajo. Quería hacer algo que me ayudase con mis dibujos, así que decidí ser pintor de cartelería. Pintar señalizaciones te da más práctica en el dibujo, el rotulado y el coloreado, todas las habilidades que necesitas para dibujar manga. Así que estaba pintando señalizaciones durante todo el día, y cuando llegaba a casa me gustaba ponerme a dibujar manga. Lo hice hasta que tuve 22 años. Seguí enviando mi trabajo a los editores de manga de Tokio, gané una ristra de premios y adquirí gradualmente más y más confianza en mi trabajo.

GLEASON: ¿Qué tipo de obras dibujabas en ese entonces?

(Continuará)

viernes, 17 de julio de 2015

RUTA 66, NÚMERO CIENTO VEINTICINCO


RUTA 66, NÚMERO CIENTO VEINTICINCO (Febrero, 1997)

"Ferrara -al igual que Scorsese y, salvando todas las distancias, Woody Allen- siempre ha ejercido como neoyorquino activo. La mayoría de los títulos que nutren su filmografía -en concreto los que vertebrarán la parte central de estas páginas- conforman un apasionado y apasionante fresco de la geografía neoyorquina examinada desde su vertiente menos complaciente. Una visión, no obstante, no exenta de fascinación. 

El de Ferrara es un Nueva York permanentemente nocturno, tenebroso, inhóspito y despiadado. Es la Babilonia particular en la que este heterodoxo cineasta -unos dirán que ferozmente nihilista, para otros sencillamente realista- ubica sus historias al límite, habitadas siempre por individuos inestables enzarzados en una lucha desigual contra un entorno adverso y cruel."

Carlos Riobó se encargaba del peligroso director cinematográfico Abel Ferrara en este Ruta 66 número ciento veinticinco.

miércoles, 15 de julio de 2015

TINTA INVISIBLE, LOS INVISIBLES NÚMERO 10, VOLUMEN 1.

Tinta Invisible, correo de LOS INVISIBLES nº 10, por Grant Morrison, traducido por Frog2000.

Grant Morrison.

Introducido por el incansable Raouul Duke.

En cuanto a ciertos elementos de la historia de este mes, estoy en deuda con "Divine Horsemen" de Maya Deren, "Voodoo y Hoodoo" de Jim Haskins, "Mama Lola", de Karen McCarthy Brown, "The voudoun Gnostic Workbook", de Michael Bertiaux, y mis investigaciones personales en el espeluznante mundo de Les Mysteres.

Y ahora, porque así lo has exigido...

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Sky Woodruff


Querido Grant,

Me quedé enormemente sorprendido cuando mencionaste a Wilheim Reich en una de tus respuestas a una de las cartas del sexto número. Es muy raro encontrar a alguien que conozca su trabajo, sus teorías y cómo fue tratado por el gobierno americano. Y es mucho más raro dar con alguien que ha experimentado la terapia orgónica, o incluso cualquier cosa basada en ella. ¿Te gustó la experiencia?

Durante la mayor parte de mi vida he sido consciente de la obra de Reich. Su cuñado fue Robert Ollendorff, un psicólogo inglés que fundó la Escuela Summerhill. Mis padres se hicieron amigos de Robert cuando estuvo viviendo en Inglaterra, y se convirtió en el padrino de mi nacimiento. También se hicieron grandes creyentes y seguidores de la obra de Robert y Willie, incluyendo sus teorías sobre educación infantil. Por lo tanto, no sólo soy seguidor de las ideas de ambos psicólogos, sino que de alguna forma soy su producto, por lo que me encanta haber encontrado a alguien que también conoce su obra, la aprecia, y cree en las ideas de Reich, por lo que me gustó mucho descubrir que tu eres ese tipo de persona. De esa forma, lo que escribes es más revelador.

Me encanta el cómic, pero me gustaría saber más cosas acerca de la naturaleza de la conspiración subyacente y más rápidamente. Si no es así, sigue con tu buena labor en la colección.

"Confundir impudicia con libertad siempre ha sido uno de los signos del esclavo." Wilheim Reich. "Escúchalo, pequeño hombrecito".

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Grant Morrison. 

Me temo que no puedo prometer que vaya a explicar la naturaleza de la conspiración hasta el último número de esta colección, Sky, pero en las historias del segundo año examinaré un buen número de interpretaciones diferentes de las fuerzas detrás de la conspiración.

Mi terapia Reichiana sigue en marcha, y la encuentro tan fascinante como productiva. Las ideas de Reich me parecen eminentemente lúcidas y muy prácticas, y creo que la medicina del S. XXI estará de acuerdo conmigo y le dará el respeto y el reconocimiento que se merece.

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Cody Schell.


Querido Grant,

el año pasado descubrí Doom Patrol, Animal Man y Kid Eternity. Acabo de terminar de leer Invisibles número 6 ¡y me encanta cómo se está desarrollando la historia! Me doy cuenta de que esta nueva serie tiene muchísimo potencial... Espero más con impaciencia, pero mientras tanto te ofreceré mis primeras reflexiones sobre la colección.

Lo primero que me conmocionó fue lo que yo llamo el "equilibrio de géneros" del equipo. Dos chicas, tres chicos... espera, ahí tenemos a Boy, emmm, y a Lord Fanny... Aún así los ropajes de Boy son "aceptablemente" femeninos para los estándares sociales. En contraste con el atuendo de Boy, las ropas de Lord Fanny no son, por lo general, aceptables en nuestra sociedad. ¡Lord Fanny es el punto intermedio en el "espectro de género de Los Invisibles"! Existen dos paralelismos obvios entre los primeros personajes de Morrison y Lord Fanny: Danny la Calle y Rebis. Rebis era un hermafrodita, Lord Fanny es presumiblemente de género masculino, un travestí. La actitud de la sociedad en cuanto a ambos ejemplos se puede ver al revisar a cada personaje. Rebis es la mezcla homogénea perfecta de masculino y femenino. El hermafroditismo es algo que nos parece alienígena, ¡porque es extraño y no encaja con nuestra idea de lo que es el género! Incluso Rebis refleja este punto de vista a través de su actitud distanciada y alienada. Rebis también era alguien muy individual, muy especial.

Lord Fanny es un hombre, aunque tenga ciertos rasgos de comportamiento femenino. Encaja en nuestra idea sobre el sexo y no sólo en cómo la sociedad espera que actúe cada sexo. Lord Fanny navega a contracorriente, pero de la forma esperada. ¿Has notado cómo los drag queens a menudo se visten (tal como uno de mis compañeros de trabajo describiría) como putas? Si vieses a una mujer tan maquillada pensarías: "oh, tío..." Aunque no siga las convenciones de cómo cree un hombre que tiene que vestir una mujer, Lord Fanny sigue confinado por las convenciones de género al seguir los pasos de los travestís de los que acabo de hablar y de la idea de la sociedad de lo que es "femenino" (por ejemplo, el maquillaje excesivo significa feminidad y ser sexy, jaja). Espero que Lord Fanny muestre algún rasgo de individualidad y más personalidad que el del drag queen habitual . De acuerdo, así que se pone vestidos, ¡ahora fijémonos en él como individuo! Como decía, ¡aquí hay mucho potencial!

Para terminar te diré que estoy entusiasmado con lo que he visto hasta ahora en la serie, ¡y también estoy muy entusiasmado con lo que va a aparecer a continuación! Además, ¡el potencial de su forma de vestir también me parece genial! ¡Son trajes de abrigo, ceremoniales, identitarios, para disfrazarse, para divertirse! ¡Al igual que lo que se pone King Mob! (Veamos más cosas por el estilo, [su disfraz] fue algo que me pareció un buen detalle.)

Postdata: Te envío una fotografía de mi gato, Mason. Recórtala y añádela a tu colección. El número 26 de Animal Man es uno de mis favoritos. ¡Esta mañana encontré dos parches triangulares de pelo de gato que faltaban en su lado izquierdo! Probablemente fuese por una pelea... nada relacionado con alienígenas, espero....

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Grant Morrison.

Trágicamente, las cartas de este mes me las han enviado por fax, y en mi copia, la fotografía de Mason parece un rectángulo ennegrecido. Pero aún así la he pegado junto a mi gato del mes, "Silver", de mi Calendario de la Asociación de Protección de los Gatos.

En el próximo arco argumental titulado "Sheman", que empezará en el número 13, sabremos mucho más sobre Lord Fanny , Cody.

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Sven Voton Undersmuhl.

Grant Morrison:

Esa mierda del viaje en el tiempo fue todo un zumbido...

Lo que estás haciendo en Los Invisibles me llega del todo, tío. Te juro por Dios que me encanta la mierda rara, colega. Echo de menos ir a por Doom Patrol cada mes, y siempre he tenido una eterna pregunta procesándose en mi cabeza, ¿por qué el verde?

¿Qué es lo que sabe Willoughby Kipling sobre la cabeza de San Juan Bautista? La querida Fanny es verdaderamente molona, y sería una gran cita para irse de fiesta. Me acuerdo cuando me encontraba en Nueva York y me leía el periódico cada mañana, y si yo no aparecía en él, el día se había perdido... nos quedábamos completamente deprimidos.

Así que... Grant, ya que King Mob es un asesino y tú lees el tipo de libros que lees, ¿viajaremos hasta Alamut y veremos qué ocurre en ese lugar? Eso es lo que grita Grant Morrison por los cuatro costados... locos fumadores de hierba (que probablemente se parezcan al hombre zigzag) de una despiadada liga de asesinos.

¡El Marqués de Sade mola un montón! Ese número fue salvaje, ¿verdad? Los Cyphermen son los "stormtroopers" definitivos... El Castillo de Silling está demasiado lejos... Por fin me puedo hacer con otro cómic cada mes. Y lo mejor es que podré echar un vistazo a años de retorcidas aventuras. Eso es lo que va a ocurrir, tío.

Espero que el nuevo milenio no sea muy decepcionante. 1997 está al caer, podría ser la hora del Helter Skelter. Si King Mob fuese real, Genesis y Paula P-Orridge serían sus colegas, y espero que el Sr. Nadie fuese auténtico mientras sigo deseando que aparezca de una vez la miniserie de Flex Mentallo.

Lo siento por todo este caos... odio teclear.

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Grant Morrison.

La serie de Flex Mentallo no debería tardar mucho en aparecer, Sven. El dibujante escocés Frank Quitely acaba de terminar el primer número. Posiblemente sea el dibujo más bonito que haya agraciado mis guiones alguna vez. 

¡Muchas gracias al leal John Ridgway por su hermoso y clásico trabajo en este primer número de Los Invisibles sin juramento alguno!

Por mi parte acabo de regresar de Australia, aún con el rojísimo polvo del desierto antipódico pegado en mis partes. Después de un par de semanas de bonitas puestas de sol, adorables islas y magníficas estrellas en el Cielo del Sur, he llegado a casa sin dinero en la cuenta para afrontar el triste fallecimiento de Princess, mi tremendamente adorado gato, y sin una razón demasiado convincente como para no acabar con todo con un mortífero puñado de pastillas.

Pero de nuevo... ¡siempre me quedarán vuestras cartas!

martes, 14 de julio de 2015

BALLROOM - DEMOS AND SUCH, 2014


Con músicos de los difuntos Woman neoyorquinos (te recomiendo el estupendo disco que les editó Bang Records en 2009), puede que el 12" de Ballroom (ever/never records) sea la sensación noise rock punk del año. Esta es la maqueta y una grabación en directo en la WFMU. 

1-I´ll be coming back again (demo)
2-Corridor (demo)
3-Nail´s Head (demo)
4-Anti-hole (WFMU 10-19-14)


Dos cosas más: no te pierdas los segundos de vídeo que Ever-Never Records ha incluido en su tumblr (el resto de grupos que edita han sido todo un agradable mundo por descubrir) y solázate con los carteles que anuncian los directos de la escudería, con olvidados personajes de la Marvel de los ochenta.

lunes, 13 de julio de 2015

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA (PIES DESCALZOS), 2003. Parte 1 de 5.

ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA EN THE COMICS JOURNAL Nº 256, OCTUBRE DE 2003. Parte 1 de 5. Traducida por Frog2000.

Keiji Nakazawa nació en Hiroshima en 1939 y acababa de cumplir seis años cuando arrojaron la bomba en su localidad. Aunque se encontraba a tan sólo una milla de distancia de la zona del impacto, sobrevivió milagrosamente con heridas mínimas, pero perdió a su padre, a su hermano y a su hermana en el consiguiente holocausto. Creciendo entre la devastación y la pobreza en un Hiroshima post-guerra, encontró consuelo en los manga de Osamu Tezuka. Inspirándose también en su padre fallecido, que había sido artista, mostró talento para el dibujo a una edad muy temprana. Después de dejar la escuela para trabajar como pintor de señales, empezó a entregar algunos “cartoons” a revistas de manga, hasta que finalmente se mudó a Tokyo para proseguir su carrera como dibujante a tiempo completo. En Tokyo dibujó mangas de deporte y aventuras durante varios años hasta que un editor iluminado le instó para que escribiese y dibujase acerca de su propia experiencia como superviviente de la bomba atómica. El resultado fueron cincuenta páginas autobiográficas en forma de cómic, "Ore wa Mita" (I Saw It), donde se describía el bombardeo y sus consecuencias con un detalle gráfico desgarrador. El trabajo inspiró al editor de Nakazawa a darle su propio espacio para que crease una épica novela gráfica que se convertiría en el trabajo de su vida, "Hadashi no Gen" [Barefoot Gen, "Pies Descalzos", obra publicada por Mondadori].

Protagonizado por un joven, Gen Nakaoka, que está diseñado con el propio autor como molde, Gen es el recuento único y algo novelado de la vida del propio Nakazawa en Hiroshima durante la época de la guerra, antes, durante y después del bombardeo. Fue serializado entre 1972 y 1973 en la exitosa revista semanal para chicos Shonen Jump, y luego recogida de forma antológica en cuatro volúmenes, convirtiéndose en todo un éxito entre los lectores jóvenes, sus padres, así como entre los profesores. Finalmente Gen llenaría diez tomos con la crónica de su mundo de posguerra en el que Nakazawa estuvo viviendo hasta la muerte por leucemia de su madre en 1966.

En 1976, un grupo de jóvenes japoneses activistas por la paz acudieron a una marcha a Estados Unidos que formaba parte del Transcontinental Walk for Peace & Social Justice de ese año. Durante los actos les preguntaban bastante frecuentemente acerca del bombardeo de Hiroshima, y uno de ellos se acordó de que llevaba una copia de “Hadashi no Gen” en la mochila. Los americanos que estaban en la marcha se quedaron anonadados de que alguien hubiese escrito un cómic sobre el holocausto nuclear, y les rogaron a sus amigos japoneses que lo tradujeran al inglés. Después de regresar a Japón, varios de los activistas formaron el Proyecto Gen, un grupo sin ánimo de lucro y voluntario para convertirlo enrealidad.
En 1977 me topé con "Project Gen" casi por casualidad. Acababa de llegar a Tokyo para estudiar música japonesa y allí conocí a unos hippies que vivían en una comuna cerca de mi apartamento. Me instaron a que me pasara por su casa y les echase una mano en algún tipo de proyecto de traducción en el que estaban ocupados. Un día me presenté en su casa y descubrí una habitación repleta de jóvenes japoneses y americanos entintando febrilmente letras en inglés sobre bocadillos blanqueados en las fotos de las páginas completas del primer tomo de Gen. Solo tuve que leer un poco de la historia para convencerme de que era un proyecto que iba más allá del voluntariado, y desde entonces también me involucré en la traducción y publicación de Gen.

Además, a lo largo de estos años he tenido la oportunidad de conocer bien a Keiji Nakazawa. (E incluso le enseñé inglés a su hija cuando estaba en el Instituto.) Es un hombre decidido, terco y de buen corazón que parece notablemente poco traumatizado por las irreproducibles experiencias de su infancia. Lo más llamativo es la pasión con la que habla sobre la necesidad de que la gente de todo el mundo conozca el horror y la injusticia de la guerra. Sin embargo, también pude sentir su rabia, articulada con calma, aunque también diluida por el paso del tiempo, contra los que perpetran tales horrores contra civiles inocentes.

Retirado ahora de la creación de manga, Nakazawa vive con su esposa en la zona residencial de Tokyo, pero sigue pasando mucho tiempo al año en su pueblo natal. Su más reciente proyecto ha sido una película con actores reales que ha escrito y dirigido sobre los niños que crecieron en Hiroshima después de la guerra. Actualmente está trabajando en otra obra fílmica.

Finalmente “Project Gen” llegó a traducir al inglés cuatro tomos de Barefoot Gen, uno o más de los que a continuación han sido publicados al francés, alemán, italiano, portugués, sueco, noruego, ruso, coreano, indonesio, tagalo y esperanto. La traducción de los diez volúmenes sigue actualmente en proceso. Gen también se ha convertido en una trilogía en imagen real, una película de animación, una ópera y un musical que fue estrenado en Nueva York, siendo aplaudido por la crítica.

—Alan Gleason

[Esta entrevista se llevó a cabo en dos sesiones diferentes, una en persona el 11 de enero de 2003, y otra a través de conversación telefónica el 28 de marzo del mismo año. La entrevista fue transcrita y traducida por el señor Gleason, que la copió y editó con la ayuda de Milo George. Todas las imágenes son propiedad de Keiji Nakazawa.)

NOTA DEL TRADUCTOR: esta traducción al castellano está realizada sin ánimo de lucro y con enorme alegría porque tengamos la oportunidad de volver a leer esta obra en nuestro idioma. La anterior edición fue en 2002 por parte de Otakuland, en siete volúmenes y con el título de Hiroshima. Por supuesto, está completamente agotada.
ALAN GLEASON: Entre el manga que se ha traducido al inglés, "Pies Descalzos" (Barefoot Gen) destaca por varios motivos. No solo porque sea el primer manga extenso traducido a dicho idioma (en 1978), sino porque su importante temática ha atraído la atención de lectores y críticos de fuera del medio del cómic. Los lectores saben que Gen es primordialmente biográfico y que se basa en tus propias experiencias mientras crecías en Hiroshima en tiempos de guerra y durante la posguerra, además de tu experiencia directa con la bomba atómica. ¿Puedes hablarnos sobre cómo era tu infancia antes de la bomba?

KEIJI NAKAZAWA: Nací en Hiroshima en 1939, a menos de una milla del epicentro de la bomba. Era el cuarto de cinco hijos. Mis primeros recuerdos tienen mucho que ver con que estábamos en mitad de la guerra. No teníamos comida suficiente: recuerdo que siempre estábamos hambrientos, siempre estábamos buscando comida.

GLEASON: ¿Así que tus primeros recuerdos son de una época en guerra?

NAKAZAWA: Fue hacia el final de la Guerra. Estábamos hambrientos, las incursiones de la aviación eran lo cotidiano, nos escondíamos en los refugios. Esa era nuestra vida cotidiana.

GLEASON: ¿Te parecía normal entonces?

NAKAZAWA: De niño pensaba que era normal. No recuerdo sentir miedo, no conocía una vida diferente.

GLEASON: A pesar de la Guerra, ¿erais chicos que vivían normalmente, solíais jugar y divertiros?

NAKAZAWA: Sólo éramos chicos normales. Jugábamos a juegos basados en la Guerra, Japón contra el Enemigo. ¡Más o menos es lo que hacíamos durante todo el santo día!

GLEASON: ¿Cuál era la ocupación de tu padre durante la guerra?

NAKAZAWA: Era artista, un verdadero excéntrico. Cuando era joven se había marchado a Kyoto y había estudiado trabajo con laca y Nihonga (pintura tradicional japonesa en la que se usan pigmentos naturales). También pertenecía a una compañía de teatro underground, donde también estaban los actores Osamu Takizawa y Eitaro Ozawa. Se inventaron un montón de obras de drama contemporáneo.

Si te cogían durante la Guerra haciendo obras subversivas como esas, te podían arrestar. Bueno, ellos eran partícipes del movimiento en contra de la Guerra y por eso arrestaron a toda la troupe. Cogieron a mi padre y lo encerraron en prisión durante un año y medio. Cuando nos preguntaban dónde estaba, mi madre mentía y decía que se había alistado en el Ejército. Lo encerraron en la prisión de la prefectura de Hiroshima. Aparentemente también lo torturaron.
GLEASON: De niño, ¿qué pensabas de la policía, del Gobierno, de los militares?

NAKAZAWA: Mi padre siempre decía que la Guerra era un error, que estaba seguro de que Japón iba a perder y que quizá entonces y solo entonces, al país le iría mejor. Fue una de las personas que hicieron que cambiase mi punto de vista sobre la Guerra.

GLEASON: ¿Hizo eso que te metieras en problemas en la escuela o con el resto de chicos? ¿Te dabas cuenta de que tus puntos de vista eran diferentes del de otras personas?

NAKAZAWA: Estaba en primer curso, así que todavía no era capaz de juzgar nada, pero pude darme cuenta de que mi padre pensaba de forma diferente que cualquiera sobre la Guerra. Puede que me sintiese un poco orgulloso.

GLEASON: ¿Por qué tu padre se posicionó en contra de la Guerra?

NAKAZAWA: Supongo que le influyeron sus amigos y colegas. Cuando estuvo en Kyoto, un montón de sus amigos eran gente de izquierdas que se oponía a la Guerra. Mi madre se preocupó terriblemente al escucharlo criticar al Emperador. Mi padre decía que el sistema imperial era peligroso, y que había dado lugar a la creación de la institución militar que nos estaba arrastrando hacia la Guerra. Solía decir: "¡Abajo el sistema imperial!"

GLEASON: ¿Y eso le preocupaba a tu madre?

NAKAZAWA: Oh, si. Mi madre intentó que sus puntos de vista no se conocieran en el vecindario. Hasta después del conflicto nunca pude entender lo radicales que eran sus opiniones. 
GLEASON: Así que no entendiste su punto de vista hasta que fuiste un poco más mayor.

NAKAZAWA: Si, puede que me dijese: “¡así que es de esto de lo que hablaba siempre mi padre!” En su momento no lo entendía.

GLEASON: ¿Crees que el hecho de vivir en el Hiroshima de posguerra hizo que te calasen más los puntos de vista de tu padre sobre la Guerra?

NAKAZAWA: No, todavía era un niño. No era capaz de pensar tan profundamente en esas cosas. Pero puede que pensara algo en plan: “tal y como decía mi padre, todo esto debe ser un error del Emperador. Que no tengamos suficiente comida y que tengamos que buscarla cada día debe ser un fallo del sistema imperial.” Es lo primero que aprendí de él.

También tenía un tío, el hermano de mi madre, que se llamaba Miyake Yoshio, y que era oficial en un submarino de la Armada. Participó en el ataque a Pearl Harbor. Cuando acabó la guerra vino a nuestra casa y me dijo: “tu padre estaba en lo cierto.” Me dijo que en su momento estaba listo para ir a la guerra y morir por el Emperador. Justo antes de embarcarse para ir a Pearl Harbor, vino a ver a mi padre. Estuvieron hablando, pensando que era la última vez que se verían. Pero justo cuando el ataque estaba a punto de empezar, su submarino golpeó contra algo en el fondo del mar y se quedó averiado. Finalmente consiguieron arreglarlo, pero cuando salieron a la superficie el ataque había terminado. Después de la Guerra vino a vernos y nos contó lo que había hablado con mi padre antes de que él partiese hacia Pearl Harbor. “¿Crees que Japón puede ganar esta guerra? Eso es absurdo. Estoy seguro de que perderemos. Vuelve con vida. No te hagas matar por ningún motivo. ¡Abajo con el sistema imperial!”

Cuando lo escuchó, mi tío me dijo que casi se le paró el corazón. Pero Japón perdió, exactamente como había predicho mi padre. Eso es lo que mi tío quería decir cuando me comunicó que mi padre tenía razón. Así fue como me crió mi padre hasta el 6 de agosto 1945.

GLEASON: Cuéntame qué es lo que ocurrió ese día.

(Continuará)

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...