martes, 2 de junio de 2015

JAMES CHANCE ENTREVISTADO EN THE BLOW-UP, 2003 (Parte 2 de 2)

Entrevista traducida por Frog2000. 1º PARTE.

THE BLOW UP: ¿Qué te parecen los términos que se han usado para describir tu música? Estoy pensando en "no wave", "punk funk", "post-punk". ¿Prefieres uno a otro?
JAMES CHANCE: Bueno, creo que mi música es algo así como única y en realidad nunca he pensado que encaje en ninguna categoría. "No Wave" sólo era algo que se ideó para No New York [la recopilación seminal de "No Wave" grabada y producida por Brian Eno en la que aparecieron James Chance & The Contortions, Mars, DNA y Teenage Jesus & The Jerks.] 

THE BLOW UP: ¿Qué opinas sobre todo este renovado interés que se ha generado sobre los años de finales de los setenta neoyorquinos?
JAMES CHANCE: Bueno, para la gente que estuvo allí entonces, o para mí, supongo que era mucho mejor. Probablemente lo recuerdo de forma más afectuosa. Para la gente más joven que no lo vivió, creo que nunca van a poder conocer algo parecido. Nueva York se ha convertido en un lugar más domesticado. Ya sabes, en aquel momento la ciudad tenía verdadera ferocidad, algo que de alguna manera han terminado amputando. Pero nunca fue tan peligrosa como se cree la gente.

Recuerdo cuando llegué la primera vez, ¡la gente de Milwaukee me dijo que me llevase una pistola! "Mejor lleva un arma cuando cojas el metro," y todo eso. [Risas.] Aunque me robaron algunas veces a lo largo de los años, en realidad creo que L.A. es un lugar mucho más peligroso que Nueva York. Allí me robaron la ropa una de las veces en las que me pasé por la ciudad.

THE BLOW UP: Anteriormente, durante el período con los Contortions, el New York Times (si no me falla la memoria creo que fue John Rockwell), atacó tu presencia en el escenario diciendo que "demostrabas un montón de hostilidad", y que tus "postulados eran tan extremos y limitados que creía difícil que los Contortions fuesen a evolucionar alguna vez."
JAMES CHANCE: Creo que se equivocó. Puede que parte de las cosas que decía al comienzo en escena fuesen algo pueriles. Pero eran divertidas. Resultaba divertido estar allí y vernos en directo. Sabes, el odio es un gran motivador. Había un montón de odio y de desprecio por el mundo y también muchas emociones que motivaron mi primer material. Todavía se pueden ver ahora, aunque simplemente no pueda mantenerlas con la misma intensidad. Consumen demasiada energía.
THE BLOW UP: ¿Qué te inspiró para que la confrontación formase parte de tu experiencia en directo?
JAMES CHANCE: Una de las cosas fue que después de haber dejado atrás toda la escena del jazz y lo demás, la pasividad del público me molestó mucho. Quería ir más allá del concepto de un puñado de personas que se quedan plantadas frente al escenario. En cuanto a su transformación en ataques a la gente, al principio surgió como algo espontáneo. Ya sabes, al principio la gente que iba a los bolos de los Contortions eran esos tipos del Soho y Tribeca con aspecto de artista, y su actitud sencillamente me cabreaba, porque actuaban como si fuesen superiores al resto. La primera vez que me lancé fue en un concierto de presentación de una revista o algo así. La gente estaba sentada por el suelo y realmente me empecé a enfurecer. Decidí que iba a hacer que se levantaran y que por lo menos se quedaran de pie. Así que empecé a arrastrarlos por los pies. Supongo que se resistirían y ahí empezó todo.

THE BLOW UP: ¿Te excitaba el peligro o en realidad te aterraba?
JAMES CHANCE: Si, diría que me excitaba. A la banda no le gustaba. Recuerdo que una vez Adele me dijo, "¡estás jodiendo a la banda! ¡estás chuleando a la banda!" No sé exactamente lo que me quería decir con eso. Pero si, añadía toda una dimensión de peligro real que ciertamente llevaba las cosas hasta otro nivel. Pero después de empezar a obtener un montón de publicidad, cuando la violencia empezó a convertirse en algo que la gente venía a ver, cuando se esperaban que formase parte de la actuación, entonces dejé de hacerlo. Porque mi idea era la de hacer algo que fuese totalmente inesperado. Así que llegamos a un punto que era más inesperado que no lo hiciese.
THE BLOW UP: ¿Se extendieron tus provocaciones más allá del escenario? ¿Hasta las calles?
JAMES CHANCE: Si, en esa época me metí en algunas peleas. Hay algunas fotos que me han tomado con los ojos morados. No era maquillaje. Es otra de las razones por las que tuve que enfriar las cosas. Cuando empezó a impregnar mi vida real era algo que estaba empezando a escaparse de mi control.

THE BLOW UP: Bueno, tengo curiosidad por saber cuál es tu punto de vista sobre la violencia. Porque por una parte, parece como si estuvieses enfadado con el mundo, en cierta forma parece que esa parte airada podría provenir del hecho de que el mundo está repleto de violencia. 
JAMES CHANCE: Ese no era el motivo de mi ira. Mi ira era contra lo que veía como estupidez y falta de talento. No contra la violencia per se. Me di cuenta de que la violencia era una cosa muy interesante. Son los extremos de la experiencia los que hacen que sea interesante, y la violencia es muy humana. No creo que existiésemos sin ella. La gente la suele buscar. Mira lo que está ocurriendo ahora mismo. Me refiero a Bush y a los otros, están completamente determinados a celebrar una guerra. Para mí casi es irracional. La violencia está arraigada en las personas de forma biológica. Especialmente en los hombres.

THE BLOW UP: Cuando cambiásteis el nombre por James White & The Blacks, obviamente estábais haciendo un comentario sobre la raza.
JAMES CHANCE: Si. Pero fue una cosa juguetona. Se suponía que no sería tan importante. De alguna forma, estaba intentando reírme un poco de algo con lo que la gente es susceptible de divertirse. Lo que ocurrió fue que cuando firmé con Ze Records, Michael Zilca, el presidente, aparte de fichar a los Contortions me dijo que quería que hiciese un LP de música disco por mi cuenta. Y eso fue todo lo que me dijo. Me indicó: "aquí tienes este presupuesto. Haz un LP de música disco." Y no lo definió más que de esa forma, ni siquiera se vino a las sesiones de grabación ni nada. Simplemente quería mi enfoque sobre la música disco. En realidad el nombre de James White & The Blacks se le ocurrió a Anya Phillips.
THE BLOW UP: ¿Qué opinabas sobre la música disco?
JAMES CHANCE: Me gustan algunos de sus conceptos. Creo que tiene posibilidades. Pero la música actual no me gusta demasiado. Me encanta la idea del beat hipnótico que va creando un cierto tipo de ambientación. En un montón de álbumes disco sonaba una especie de ruido que me gustaba, pero odiaba el resto por completo.

THE BLOW UP: En muchos sentidos, tu música es yuxtaposición y contradicción. ¿Estaba de alguna forma influida por tu enfoque de las artes visuales?
JAMES CHANCE: Bueno, responderé primero a lo último. No, creo que no. Estaba más influido por la literatura y el cine. Hay pintores que me gustan, pero no es algo en lo que haya indagado tanto. Especialmente en la época con los Contortions, realmente no estaba demasiado metido en el mundo de la pintura. Recuerdo que la primera vez que vine a Nueva York, lo máximo que se llevaba en el Soho en ese momento era el foto-realismo o algo así. Una cosa bastante dócil. Realmente, hasta principios de los ochenta no empezaron a ocurrir cosas interesantes. Y creo que en la escena en la que yo estaba metido los que más influyeron fueron la gente que formaba parte de ella, más que cualquier otra cosa.

Respecto a lo de la yuxtaposición y contradicción, la mayoría de cosas que me gustan tienen algún aspecto contradictorio. Por ejemplo me ocurre con Lester Young, uno de mis saxofonistas favoritos. Hay un montón de contradicciones entre esa especie de belleza melódica y su "swing". Resulta difícil expresarlo con palabras. Pero creo que la mayoría de cosas que me gustan expresan cierta contradicción, porque si no la hay, entonces todo se queda en algo un poco soso.
THE BLOW UP: ¿Qué películas o novelas te llamaban la atención?
JAMES CHANCE: Bueno, el material que yo hacía estaba muy influido por el cine policíaco. En realidad, el nuevo disco tiene algunas canciones con nombres de películas. Por ejemplo, "The Setup" [Combate trucado, 1949], "The Street with no Name" [La calle sin nombre, 1948]. El disco se llama Down and Dirty. El nombre del grupo es James White and the Sardonic Symphonics, pero lo he cambiado porque la gente no podía pronunciarlo. Ahora nos llamamos Terminal City. De alguna forma, la canción "Down and Dirty" se inspira en la escena de "The Man With The Golden Arm" [El hombre del brazo de oro, 1955] en la que Frank Sinatra repartía las cartas: "here they come now, down and dirty".

THE BLOW UP: En cuanto el enfoque en el escenario de James White & the Blacks, ¿qué es lo que te atraía más? Un montón de gente dice que estabas enormemente influenciado por James Brown. Así que cuando te pusiste esmoquin y te dejaste tupé, ¿fue para emularlo, o en realidad te atraía el espectáculo de variedades?
JAMES CHANCE: En primer lugar, si, estaba muy influenciado por James Brown. En el caso de James White and The Blacks, todo empezó con la música disco. Al principio tan sólo iba a ser una broma. Anya tenía un montón de ideas para el show y para nuestra imagen. Más o menos fue ella quien dio con el aspecto que prácticamente he tenido desde entonces. Tan pronto como dio con él, me di cuenta de que era lo que siempre había estado buscando, pero que no había sido capaz de concebir. Me encantaba toda esa idea del antiguo negocio del espectáculo. O la de convertirme en un entretenedor en oposición a la de ser un artista. No ser sólo un tío que sale a escena. Y como ya no quería seguir con todo ese tema de la violencia, incluso aunque ahora siga saltando sobre la audiencia, fue como una especie de reemplazo, un elemento teatral diferente que reemplazaba lo anterior. Aún sigo con el tupé. A veces dejo que mi cara se caiga como un muñeco roto. Como si fuese una Veronica Lake masculina o algo así. [Risas.] 

THE BLOW UP: ¿Sueles escuchar música actual?
JAMES CHANCE: No, la verdad es que no me pongo a investigar las novedades. Escucho un montón de material anterior a 1975. Todo el mundo me dice que hay bandas que están influidas por lo que yo hice, y estoy seguro de que finalmente las terminaré escuchando. Pero no veo que haya motivo para rastrearlas en este momento. Llevo mucho tiempo queriendo volver a las fuentes. De ahí es de donde quiero que provenga mi música. Y no de algo que algún contemporáneo haya hecho.

Me he convertido en una especie de... odio usar el término "conservador"... pero estoy muy metido en toda la tradición de la música afro-americana. No sólo de los afroamericanos, porque ahora la gente les da demasiado crédito. También hay gente blanca que estuvo ahí, en los comienzos. La gente blanca escribió casi todas las canciones, ya sabes, los estándares. Así que al principio todo estaba mezclado. La mayoría de gente joven no tiene ni idea de nuestra tradición musical. Incluso aunque nos vayamos hasta los sesenta, la música rock de esa época tiene mayores cualidades que el material que está apareciendo ahora. De vez en cuando escucho algo que me gusta. Hay una banda que han hecho unos amigos míos que me gusta bastante. Se llaman Speedball Baby. He tocado algo para su nuevo disco. Pero no tengo mucho interés en indagar hasta encontrar algo que me guste.
THE BLOW UP: ¿Y si un grupo te dice que toques el saxo en su disco?
JAMES CHANCE: Bueno, claro, si me pagan probablemente lo haré, a menos que sean completamente horrorosos.

THE BLOW UP: Existe la tendencia de clasificar a los grupos de la escena de finales de los setenta dentro de una escena integrada. ¿Ves alguna vez a esas personas?
JAMES CHANCE: Si, el años pasado los Contortions nos volvimos a reunir. En realidad no había pasado mucho tiempo con la mayoría de ellos. Me he convertido en un verdadero recluso. Me quedo en casa con mi novia, con la que llevo quince años. De vez en cuando charlo con alguien. El otro día vi a Ivan Julian. De hecho, estamos grabando algunas cosas en Chicago. Pero hay mucha gente a la que conocía que ha fallecido. Hay un montón de gente que se ha marchado de Nueva York. Hay un montón de personas que incluso aunque vivan en la ciudad, han abandonado el negocio de la música. En realidad me siento como si fuese uno de los pocos supervivientes de aquella época que sigue haciendo música.  

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