sábado, 7 de septiembre de 2013

DRUNKS WITH GUNS: HARDCORE AL RALENTÍ


DRUNKS WITH GUNS: HARDCORE AL RALENTÍ
Esquilmado de un foro, sin autor. Traducido por Frog2000.

"...A pesar de la aterradora evidencia de que en el mejor de los casos St. Louis es y siempre ha sido una ciudad de mediocre rock & roll, en torno a 1985 hubo una "bona fide" de punk rock bestia, tan duro, áspero y atormentado como todo lo que existía en ese mismo momento en el país. Y provenía de St. Louis.

...Su sórdida historia está llena de un montón de alcohol, conciertos teloneando a algunos de los grandes nombres del hardcore punk de antaño (Samhain, 45 Grave, Battalion of Saints), un par de cassetes, un total de tres singles de 7 pulgadas ("entre los más codiciados 45s de los años 80", según una recopilación de oscuro indie donde hicieron aparición) y en fin, un sinnúmero de demandas judiciales ridículas.

Drunks With Guns no disfrutaron de ninguna evolución, su música era una mezcla evidente de los pesados riffs de Black Sabbath y la furia del hardcore. Su sonido era, como su nombre, un poco tonto e infernal, eran borrachos idiotas. Pero mientras que a mediados de los años 80 la meta de la mayoría del hardcore era ser más fuerte - más fuerte -más rápido - más rápido, los Drunks tuvieron el descaro y el sentido común de ir frenando durante toda su carrera para continuar a paso de tortuga. Drunks With Guns hicieron en 1984 lo que los Melvins y Mudhoney y todas esas bandas malditas de Seattle, orgullosas como pavos reales, afirmaron inventar en 1987. Y mientras que los tipos de Seattle estaban esperando para que su pelo les creciese lo suficiente como para ser estrellas del rock, Doskocil estaba gritando desde la parte superior de sus pulmones cosas como "¡Domingo! ¡Domingo! ESTOY EN EL AUDITORIO KIEL... ¡jodido POR LA CERVEZA Y LAS DROGAS!"

Por supuesto, los Drunks With Guns no habían hecho nada demasiado novedoso; alguien, en algún lugar, tenía que reducir alguna vez la velocidad del hardcore. Pero había tal ira y energía dentro de su cabeza que cuando cogieron esos tres acordes, los resultados fueron pura magia primigenia. Repitieron dichos acordes una y otra vez, una implacable ralentización que conducía el riff hasta su extremo más lógico. Pero luego, después de la repetición constante del riff, cuando la mayoría de las bandas de la época se aburrían y se trasladaban hasta la siguiente canción, los Drunks llevaron un punto más allá el tedio hasta entrar en el reino del mantra insoportable.

Coge "Wonderful Subdivision", su obra acerca de la gloria que supone vivir la vida suburbana. La canción comienza a paso de tortuga mientras los instrumentos aparecen uno a uno: se inicia un lento y malévolo golpeteo de batería que continúa mientras un persistente y profundo bajo entra en la refriega para crear un ritmo tan sólido como el cemento. Los dos se mueven lentamente a lo largo de lo que parece una hora. Entonces la guitarra agotada de Seitrich se une al tema. Los tres están encerrados juntos en un único groove que da forma a la canción, no hay cambios. Nunca. La única variante es por parte de Doskocil, que se traslada de la condena de vivir en los suburbios a filosofar a base de puros gruñidos animales, culminando en eructos y náuseas y diciendo la palabra "Wonderful" durante todo un minuto, hasta que finalmente, ya que la canción está acabando, lo vomita todo.

Como hicieron Iggy Pop y los Stooges en su mejor momento, Drunks With Guns encontraron enormemente placentero revolcarse en su propia suciedad. Nunca hicieron algo que fuese suficiente, nunca fueron una maravilla. En sus canciones portan armas, reciben puñetazos en la cabeza, practican la asfixia auto-erótica y nadan en charcos de sangre. Pero en medio de todo este lío llegan tan cerca como cualquier otra banda lo haya hecho de tocar ese desagradable lugar donde residen la vergüenza y la degradación. Lo que los separa de todos los demás es que cuando llegaron allí, prosperaron.

Luego vinieron las demandas. Alguien renunciaba o era expulsado, ya fuese Seitrich o Doskocil, y el otro trataba de hacerse con el nombre de "Drunks With Guns". Alguien decía haber escrito todas las canciones, el otro no estaba de acuerdo, y así sucesivamente hasta que los dos se empezaron a aborrecer mutuamente y consiguieron que cada uno empezase a editar discos con el mismo apodo. Estaban los Drunks With Guns de Seitrich y los Drunks With Guns de Doskocil. La mayor parte de todo ello era una completa mierda, aunque en un momento dado Seitrich alquiló los servicios de una niña de 12 o 13 años llamada Melissa como cantante principal, lo que fue algo bastante eficaz, especialmente cuando ella gritaba: "Mamá, ¡soy una zombie!"

El resto es basura, pero sin embargo, supone una excepción junto con los otros grupos disidentes sin el nombre DWG y que junto a los Borrachos Con Armas forman la sagrada triada de freaks o bandas de rock que se han hecho seudo famosas fuera de la ciudad. Seitrich y un caballero llamado Fritz Noble comenzaron una banda con el pegadizo nombre de Strangulated Beatoffs, y por propia decisión se pasaron más tiempo pensando en nombres para sus canciones que componiendo las propias canciones, aunque su concepto era tan bueno como el de Sigue Sigue Sputnik. El bajista Mike Deleon pasó a formar parte de Fruitcake, una banda que lanzó cuatro o cinco notables singles, a pesar de haber decidido que lo dejaban.

Pero ninguno de dichos grupos disidentes capturó la furiosa angustia punk-rock adolescente como lo hicieron Drunks With Guns. Para cualquier persona interesada en la historia del punk rock, Drunks With Guns, el CD publicado por Behemoth Records es algo absolutamente esencial." 

*** Reseña en Head Heritage
*** Myspace

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