sábado, 13 de abril de 2013

RUTA 66, NUMERO SETENTA Y UNO


RUTA 66, NUMERO SETENTA Y UNO (Marzo, 1992)
BAJAR AQUI.

José Boix relataba el concierto que Honeymoon Killers ofrecieron en la sala Babel 13, en Tarrasa:

"Parece mentira que esto ocurra tan a menudo, pero otra vez tuvimos que enfrentarnos, por la manifiesta ineptitud de los técnicos de sonido, con  la necesidad de suplir a fuerza de imaginación lo que sabíamos que estaba ahí pero que costaba constatar. Así que, olvidando el penoso sonido que nos tocó soportar tanto a nosotros como a la banda, podemos decir que los neoyorkinos estuvieron en su punto, todo lo arrasadores que cabía esperar y un poco más, dadas las circunstancias. Las circunstancias eran que las recientes nevadas les habían impedido llegar a tiempo para realizar los conciertos previstos en Llodio y Madrid, teniendo que contentarse con éste de Barcelona, y después de tirarse nueve horas para recorrer poco más de cien kilómetros. Pero demostrando un notable estoicismo, Jerry (voz y guitarra), Lisa (bajo, único miembro original junto al anterior), Russell (batería) y un nuevo guitarrista cuyo nombre siento no recordar pero que ha militado hasta hace poco en Pussy Galore, salieron al curioso escenario (completamente rodeados por una siniestra reja) a darlo todo. El repertorio consistió en catorce temas, que pusieron de manifiesto sus anteriores influencias de Cramps, su actual inclinación hacia Sonic Youth (particularmente en la labor de la bajista, que en cierto momento se entregó a una pequeña orgía de feedback con su instrumento) y hasta ramalazos hardcorianos cuando la ocasión lo requería. "Kansas City Milkman", "Madwoman Blues", "Whole lotta crap" o "Vanna White" fueron los temas más sobresalientes entre los de última hornada, complementados por un par de sorprendentes versiones, la de-mo-le-do-ra "Guess I´m fallin´ in love" de la Velvet y el un tanto atropellado "Teenage Head" de Flamin´ Groovies. Como curiosidad, señalara que el batería y el guitarra intercambiaron sus respectivos instrumentos hacia el final en un par de temas. Si la cosa no dio más de sí, insisto, fue por el deleznable sonido que se les impuso, porque el grupo demostró que pueden descargar rock´n´roll guarro y cloaquero como el que más, y eso es algo que siempre cabe apreciar. Dicho de otra manera, un concierto muy interesante, de los que justifican el desplazamiento pese a todo."

No hay comentarios:

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...