lunes, 16 de julio de 2012

KEVIN O´NEILL EN THE COMICS JOURNAL (3 de 3)

Entrevistado por Frank Plowright para The Comics Journal nº 122, junio de 1988. Traducido por Frog2000. Parte 1, parte 2.

Plowright: Tu última obra junto a Pat Mills, Marshal Law, ha sido publicada por Epic y parece ser vuestro proyecto con mayor potencial de ventas.

O´Neill: Bueno, después de Metalzoic cualquier cosa puede ser un proyecto con un gran potencial de ventas.

Plowright: Es una serie que parece estar hecha a medida del mercado, con gran cantidad de disfraces y un enorme y violento personaje principal...

O´Neill: Si revisas lo que Pat y yo hemos hecho hasta ahora, te darás cuenta de que nunca hemos hecho superhéroes. Te puedes encontrar con robots, alienígenas y cadáveres pudriéndose, pero ningún héroe humano. En un principio, le dijimos a Epic que Marshal Law no era un título super-heróico, sino una obra que iba a tratar sobre el personaje de Marshal Law y sobre todo un montón de personajes extraños más parecidos a los que se podrían encontrar en 2000 A.D. Pero como nos pasamos tantos meses esperando parar firmar los contratos, tuvimos mucho tiempo para pensar mejor en la obra. Yo siempre estaba hablando sobre superhéroes, por lo que Pat pensó que podría ser una buena idea fijarnos en ellos, así que le empecé a enviar montañas y montañas de material. Se zambulló a fondo en el estilo. Lo único que le impresionó lo suficiente fue “Dark Knight”, aunque también le gustaron algunas cosas que había hecho Frank Miller en Daredevil, pero a diferencia de muchos de nosotros, Pat no ha crecido leyendo títulos super-heróicos, por lo que no tenía mucha idea sobre su idiosincrasia. Algunas veces había visto unos cuantos episodios de la serie de Batman de televisión y más o menos eso es lo que pensaba que significaba el cómic de superhéroes, pero tiene una gran capacidad para investigar un tema que previamente no haya llamado su atención, y es capaz de absorberlo por completo y de inmediato.

Después de leerse todos los cómics que le había enviado, empezamos a conversar sobre el tema y me dijo: “¿Por qué no hacemos superhéroes que se le opongan [a Marshal Law]?, y le contesté, “¿no querrás decir supervillanos?”, y me dijo: “No, superhéroes, porque entonces Law podrá matarles a hostias, porque los odia”. Me pareció estupendo, porque cuando pasas de cierta edad ya no puedes leerte tantos cómics de superhéroes durante tanto tiempo. Aunque la verdad, no hay nada como aquello con lo que has estado creciendo...
Plowright: Todos solemos afirmar cosas parecidas, pero supongo que tan sólo son percepciones empañadas por la nostalgia. Pero sí, suele parecer exactamente lo que has comentado.

O´Neill: Bueno, supongo que debe ser así, pero la forma en que describían a todos estos personajes en los sesenta era... parecían bastos trozos de metal sin pulir. Sin embargo, lo único que se puede ver ahora es a un montón de estatuas griegas volando por todos lados...

Pat sugirió que los superhéroes deberían ser el enemigo, pero le dije que entonces deberíamos llamarlos supervillanos, y me contestó: “No, si no son superhéroes, cuando el protagonista les meta una buena paliza no parecerá tan divertido”. Pensaba que podría disuadirle antes de empezar, pero al final tenía toda la razón. Son superhéroes creados por el Gobierno. Sencillamente, el trabajo de Marshal Law es purgar a esa comunidad que ha vuelto de una Guerra en Centro-América, porque ya no son capaces de encajar en esta Sociedad.

Al principio no se lo mencionamos a Archie [Goodwin], porque Pat se pensaba que si le decíamos que estábamos haciendo superhéroes se enfadaría un montón, así que Pat escribió el argumento del primer número y de esa forma se ganó a Archie. No teníamos ni idea de que en aquel mismo momento se estaba planeando la línea Shadow Line de Epic, su propia línea super-heróica, así que si lo pienso bien, le estoy muy agradecido a Archie que nos permitiese seguir adelante con nuestra serie de superhéroes mientras interrumpía su propia línea entre seis y ocho meses. Pat consiguió su apoyo porque es un tío muy convincente, porque Pat escribe Marshal Law tal y como cree que tiene que hacerse, y Marshal Law odia a los tipos que visten con trajes ceñidos.

Plowright: Tengo la sensación de que si bien existen algunas diferencias, obviamente Marshal Law es un intento de recrear al Juez Dredd con superhéroes.

O´Neill: Cuando se anunció el título todo el mundo pensaba que iba a ser una copia de Dredd. Sabíamos que la gente se precipitaría y asumiría que la serie iba a así. Pero si te das cuenta, en Dredd nunca salen superhéroes. Cuando John [Wagner] y Alan [Grant] han metido a un superhéroe en Dredd, termina por no funcionar, porque sabes que no tiene sentido, que el superhéroe es una figura con la que te tienes que divertir y que no encaja en el cínico mundo de Dredd. Intentaron hacer una serie de historias con las que convertir al Juez Dredd en un personaje americano, pero ninguna funcionó. Supongo que es porque Dredd es un personaje único. No se puede copiar. Es un tipo que parece un autómata y que obliga a obedecer cualquier ley que le pongan delante de la nariz, sin importar lo ridícula que sea. Es un personaje de una sola característica y es perfecto para el sentido del humor que gastan John y Alan.
Plowright: Pero supongo que la comparación sigue siendo válida. Hay un montón de elementos parecidos. [Law] persigue a los superhéroes de la misma forma implacable que Dredd, vuela a la gente por los aires, es grande y brutal, se viste con cuero negro y está patrocinado por el Gobierno.

O´Neill: Las diferencias serán más pronunciadas según evolucione la serie. Tuvimos que empezar con un personaje de acción que se presentase golpeando a sus enemigos con sus propios puños y utilizando las armas que llevaba encima. En el segundo número se desenmascara y nos damos cuenta de que su personalidad no es la misma que cuando está disfrazado, que tiene una vida completamente separada de su trabajo. Muy pocas personas saben quién es en realidad, pero no es un rollo al estilo Clark Kent. A nadie le importa una mierda quién es en realidad. Si desapareciese, a nadie le importaría gran cosa. Marshal Law no es alguien legendario, tan sólo es un tipo que sale a realizar su sucio trabajo desde su estación policial secreta. En realidad ni siquiera es un policía normal. No sufre las mismas restricciones que el resto de policías, y no hay muchos más como él, sólo hay otro y no es que esté especialmente entrenado, así que según continúe la serie, tendremos la sensación de que el trabajo que está haciendo en ese momento es una especie de labor provisional, que probablemente con el tiempo acabará haciendo alguna otra cosa.

Plowright: ¿Como qué?

O´Neill: Oh, probablemente terminará trabajando en Pizzalandia o en otro de esos trabajos honestos del estilo de los que puedes mirarte todas las mañanas en el espejo sin vomitar.

Plowright: Como Pat no estaba tan familiarizado con los mitos super-heróicos, fuiste tú quien creó a un montón de los personajes secundarios de Marshal Law.

O´Neill: Después de charlar unas cuántas veces sobre el tema, Pat le cogió rápidamente el tranquillo, era muy bueno poniendo nombres a los personajes. Le sugerí que incluyésemos a un personaje que estuviese tan obsesionado con perder su identidad secreta que había terminado cosiéndose el uniforme a la piel, por lo que tiene una solapa que puede abrirse por la parte trasera y otra por la delantera para poder hacer sus necesidades, aunque también viste un uniforme que directamente podría lucir en un combate. Además, siempre lleva un váter portátil consigo. Sé que algún día, a este bastardo alguien le quitara el uniforme a base de hostias, y creo que ese tío será Marshal Law.
Plowright: Hitler Hernández es muy interesante.

O´Neill: Ese es de Pat. A Pat le interesaba que algunos personajes hubiesen estado en Centro-America y Sudamérica, y Hitler Hernández y Judas S. Cariot están basados en tipos indescriptibles en los que no deberías confiar demasiado, personajes que van por ahí repartiendo dulces contaminados a los pobladores nativos y mantas plagadas de viruela y cosas parecidas. El problema es que lleva un tiempo presentar todas esas ideas al lector para que las entienda bien. El primer número rebosa de acción, y en el segundo se puede atisbar un pedacito de la vida [de Marshal Law]. El tercer número es un poco más extraño y está lleno de actos violentos en contra del Durmiente. Parece que el causante de todos nuestros problemas fue el segundo número, porque era en el que aparecía la escena de la violación.

Plowright: Lo dibujaste como parodia del anuncio de Durex, ¿no es cierto?

O´Neill: Lo siento, creo que no.

Plowright: Vale, puede que no. Pero en ese anuncio también aparecía una pareja caminando al lado de un cercado de alambre, y al final del mismo se abrazaban apasionadamente. En la escena de la violación aparecía otra pareja al lado de un cercado, por lo que supuse que era una parodia, que era otra de vuestras perversas bromas.

O´Neill: Tienes razón, no me acordaba. Aparecía escrito de esa forma en el guión, así que deberíamos preguntarle a Pat sobre el tema, pero sospecho que la escena estaba escrita mucho tiempo antes de que apareciese el anuncio en televisión. Quizá fuese un rollo subliminal, puede que haya cierta conexión con ese anuncio de Durex. En realidad, en el tercer número hay una exhibición bastante destacada de Durex, porque aparece otro personaje que se llama Rubber Johnny, parecido a Plastic Man, alguien que es la imagen de algunos productos fabricados con una goma de una naturaleza especial. De hecho, de una naturaleza muy a la francesa.

Plowright: Antes me has comentado que los encargados de color de Marvel no estaban demasiado interesados en Marshal Law.

O´Neill: Lo que ocurrió fue que cuando enviamos Marshal Law para que le aplicasen el color, ya era demasiado tarde y el proceso de separación se tuvo que hacer en dos sitios diferentes. Ocurrió tan rápido que nadie se enteró, pero en el segundo número las separaciones de color se tenían que hacer en Nueva York, pero los tíos que tenían que hacerlas se negaron. Pensaban que el cómic era demasiado desagradable y que hería su sensibilidad, aunque es probable que mientras tanto siguieran haciendo las separaciones de "Hustler" y “Spank A Go-Go”. Rehusaron hacer las nuestras, pero el jefe de planta les dijo que tenían que seguir adelante. Entonces ellos se quejaron al director del departamento de producción de Marvel, que a su vez se lo transmitió al departamento editorial, que me lo contó a mí y me hizo carcajearme. Se lo conté a Pat y él también se echó unas risas. Aparentemente les pasaron un mensaje en el que decían que si el tercer número era más fuerte que el segundo, nunca se encargarían de él, y que tendríamos que hacer las separaciones de color en otro sitio.

Plowright: ¿Y que ocurrió al final?

O´Neill: Si te soy sincero, creo que desembocó en una situación bastante chunga. Algunas de las situaciones que hemos tenido que afrontar me han dado mala espina, pero es mejor que cualquiera se de cuenta de una vez de que esto no es ALF.
Plowright: ¿Pero qué te parece que esa gente haya sido capaz de ralentizaros?

O´Neill: Ha sido como una jodida patada en la cabeza. La gente que hace las separaciones de color no deberían tener el mismo papel que el editor, particularmente en el mundo del cómic. Afrontémoslo, en los cómics Epic no se van a ver preciosas postales de castores. Ni tampoco un bonito burro, ni nada así. Así que me quedé un poco estupefacto. No es que me ofendiese ni nada de eso, pero me parece hilarante. En el segundo número no hay nada que pueda ofender a nadie, pero... creo que tampoco quieren vender el título en Waldenbooks, porque un padre escribió a la cadena después de que su hija se hubiese comprado una copia de Marshal Law que habían puesto al lado de un ALF y un Thundercats y otras almas gemelas de la cuatricomía por el estilo. Se compró el cómic asumiendo con toda su inocencia que se parecía a Superman, y Waldenbooks se fijó en él y escribió a Marvel argumentando que se mostraban algunas escenas gráficas de necrofilia. También me sorprendió mucho, porque en realidad en el cómic no aparece ninguna escena de necrofilia.

Plowright: El Durmiente mata a la chica a la vez que la está violando. Es una distinción bastante leve.

O´Neill: Bueno, se puede ver que sigue hablando en “off” hasta la cuchillada final, y eso significa que sigue viva mientras la está violando. La verdad es que sería bastante desafortunado decir que han hecho una montaña de un grano de arena. Creo que en parte fue culpa mía, no por el dibujo interior, sino por la portada, porque desmentía lo que se podía encontrar dentro. Está diseñada con toda la intención de que parezca un cómic normal de superhéroes para atraer a la gente que compra ese tipo de tebeos.

Plowright: ¿No se avisa en ningún sitio de lo que puede encontrarse en el interior?

O´Neill: No. En realidad se podía solicitar específicamente como producto no dirigido a los niños, pero en la portada no se indica de ninguna forma. En realidad fue un fallo de Waldenbooks, por no separar el título del resto. No creo que sea muy normal poner el título más salvaje al lado de los Enyd Blytons de turno.
Plowright: ¿Marvel os ofreció su apoyo?

O´Neill: Tengo entendido que sí, aunque Waldenbooks ha dicho que no pondrán a la venta más números de Marshal Law. Eso significa que se perderá la venta de unas 200 copias. La verdad es que me sorprende bastante que lo hayan puesto a la venta en ese sitio, pero, ¿a quien le importa? Me parece que tampoco íbamos a vender mucho más.

Plowright: Adonde yo quería llegar era a saber si Marvel había recibido quejas sobre ese número de más de dos fuentes distintas y si...

O´Neill: Oh, claro que han recibido más de dos quejas. Creo que uno o dos vendedores de cómics también se han quejado por el contenido. Pero me gustaría decir que Marvel nos ha respaldado todo el tiempo. Nunca nos dijeron que nos refrenásemos, y por eso el título no ha quedado debilitado. La trama no se ha diluido ni nada así, por lo que sencillamente, cuando hemos ido demasiado lejos ha sido el propio título el que se ha dado un cabezazo contra la inevitable pared. Creo que simplemente es una cuestión de auto-control. Por lo que sé, la escena de la violación de Watchmen no causó ninguna controversia.

Plowright: Era un poco más sutil.

O´Neill: Pero entonces llegamos al tema de si este tipo de cosas han de estar realizadas de una forma más sutil. En los setenta hubo una época en la que las películas tenían que presentar obligatoriamente una escena de violación, sólo para que pudiesen despojar de ropa a la chica y para que todo el mundo pudiese comérsela con los ojos, pero como ya no eres un adolescente, cuando ves ahora esas escenas te parecen realmente desagradables. Ha sido cuando han empezado a emitir esas películas en la televisión cuando te has podido dar cuenta de que esas escenas son de muy mal gusto. Por eso, nosotros mismos determinamos que se vería poco porcentaje del cuerpo desnudo en nuestra escena. No es una escena picante, sino horrible. El Durmiente hace cosas horribles. Son cosas capaces de perturbar a la gente, y eso significa que funcionan muy bien.

Plowright: También podría decirse que existe un problema relacionado con que toda la obra está obviamente producida con ironía, por lo que puede que la gente asuma que habéis tratado la escena de la violación de esa misma forma, que os intentáis reír del tema.

O´Neill: Sí, puede que lo hagan. Pero a la gente de Epic les gustó mucho la serie y la entendieron bastante bien, todo el mundo con el que ha hablado sobre la serie entiende la diferencia entre la parodia y lo que directamente son interludios dramáticos, son capaces de ver que hay cierta separación. La respuesta ha sido muy positiva. Sólo hemos recibido dos o tres cartas de quejas, pero parece que al resto le ha gustado mucho.

Lo que más me gusta de la serie es que el guión de Pat es muy divertido. A él no le gustan mucho los superhéroes. No tiene ninguna reverencia por ningún glorioso pasado. No le importan una mierda ni la Legión de Super-Héroes, ni Krypto, ni nada así. Cuando le mencioné a Krypto me dijo “¿Quién es ese?”, y le respondí “es el perro de Superman”. “¿Tiene un perro?” “Solía tenerlo.” “Bueno, ¿y qué hacía?” Le conté que volaba por los cielos con una capa y no se lo podía ni creer. Si lo piensas bien, parece jodidamente estúpido, un perro con una capa y con bocadillos de pensamiento que vive aventuras con sus super-poderes y su visión de rayos-X. En cuanto le metes a la gente en el coco todo eso de los disfraces y los bañadores, pueden empezar a creérselo y que les guste que alguien como George Perez los dibuje de una forma tan estupenda y que se lleve el mayor de los respetos por ello, pero también te lo puedes tomar de otra forma. ¿Cómo sería ir disfrazado de esa forma por el mundo? Imagínate pasear disfrazado por la calle y ser un poco más poderoso que cualquier otra persona y poder meter de hostias a la gente y hacer lo que tú quisieras.
Plowright: Y es en ese punto cuando surge la parodia. Me gustaría mencionar que hacéis varios homenajes y parodias en el título, empezando con el final del anuncio de Durex.

O´Neill: Es gracioso, porque Pat ya lo tenía guionizado mucho antes. La verdad es que no me esperaba algunas de las cosas que Marshal Law hace a lo largo de la serie. Hay una escena que recuerda a la primera portada de Superman, cuando levanta el coche por encima de su cabeza. Pat nunca se había leído una historia del personaje hasta que se la envié para que la leyera, y no sé si estuvo o no considerando incluir una parodia de un momento clásico en particular, pero yo sí que lo he hecho. Creo que es una portada maravillosa, y esa viñeta de Marshal Law en concreto era un homenaje al primer número de Action.

Plowright: Para hacer la serie habéis investigado el medio con mucho detalle. En la entrevista en Amazing Heroes comentabas que habías acumulado un montón de dibujos y de bocetos.

O´Neill: Antes de que se terminara convirtiendo en una serie de superhéroes quería que estuviese ambientada en una ciudad americana real, aunque no queríamos que fuese Nueva York porque ya se había hecho anteriormente hasta la extenuación. Cuanto más lo pensaba, más me atraía la Costa Oeste, y concretamente San Francisco. A Pat le encantan los orígenes de la "Barbary Coast", la ciudad tiene raíces históricas mucho más profundas que el resto de ciudades americanas, y además en la zona han ocurrido hechos verdaderamente malvados. Estuvimos husmeando todo ese material y lo empezamos a acumular, aunque no vamos a poder incorporar nada de lo que hemos investigado para la serie durante el próximo año, pero estoy seguro que más tarde o más temprano lo terminaremos utilizando.

Cuando nos pusimos a hacer el cómic pensamos: “Es mejor no hacer nada que se parezca a las películas de Sherlock Holmes que hace Hollywood.” Con todas esas farolas chungas, esas bocas de riego chungas, y esos buzones de correo sospechosos. ¿Está ese coche en el lado correcto de la calle o en realidad debería circular por el otro lado?” Me compré toneladas de libros sobre San Francisco, y Pat utilizó el sistema BART. Además, Dan Chichester, de Epic, contactó con la gente de BART y nos suministraron un montón de material. Apenas hemos podido utilizar una pequeña parte de lo que hemos recogido o leído sobre la zona.
Plowright: El segundo número de Marshal Law apareció con algo de retraso, y el tercero más aún.

O´Neill: Hace que Ms. Mystic parezca una serie regular, ¿verdad? Si pudiésemos hacer una comparación que no le importe mucho a Dave Gibbons (de todas formas, él es un dibujante mucho más rápido que yo), sé que él fue capaz de completar cinco números de Watchmen antes de que empezaran a publicar su serie, pero cuando nosotros firmamos el contrato, recibimos una llamada de Archie y nos preguntó cuándo estaríamos listos para empezar, para poder comenzar a programar los números. Le dije que me gustaría empezar con el primero y observar cuánto tiempo me llevaría hacerlo, porque nunca había hecho un cómic a todo color, y me respondió, “bueno, deberíamos programar cuanto antes una fecha concreta”, y le dije, “de acuerdo, estará para finales de verano”. En marzo ese tiempo parecía bastante razonable, pero Dios sabe cuán equivocado estaba. El primer número no estuvo finalizado hasta finales de julio. Me llevó diez semanas hacerlo, así que el primer número de Marshal Law ya empezó diabólicamente tarde, aunque no sufrió ningún retraso y se lanzó con el formato de un comic book a color cada dos meses, así que directamente nos encontramos en un brete desde el mismísimo comienzo.

Otra cosa que también trabajó en contra nuestra fue que a la gente de publicidad de Marvel le gustaba mucho el título y estuvieron presionando bastante para que se editara en agosto, pero lo único que pudimos decirles fue: “Bajad los bates de béisbol por un momento, porque no vamos a poder aparecer en esa fecha.” A ti te puede parecer razonablemente tarde, pero Steve McManus, de 2000 A.D., habría sufrido cincuenta ataques al corazón si hubiese visto lo rápido que iban saliendo las páginas, una detrás de otra. Es una velocidad con la que sólo podrías haber soñado.

Plowright: Pero aún así, promocionaron el cómic como una serie bimestral.

O´Neill: Y lo fue durante todo un trimestre. La mitad de la serie ha salido de forma bimestral. En algún momento de esa mitad se convirtió en bimestral porque nos empezamos a dar mucha más prisa. Pat completó la primera parte, así que me llegó rápidamente y me puse con ella.

Plowright: Supongo que siempre has estado trabajando mediante un sistema en el que sólo te pagaban según ibas acabando el trabajo, sin adelanto monetario alguno.

O´Neill: No. En realidad nos dieron un adelanto por Metalzoic, pero ¿funcionó? Creo que se podría decir un par de cosas en contra de poner fechas de entrega a la gente y atosigarla con la intención de que las cumpla. Le dije a Dan que tendría que haberle dicho a Mike Hobson que viniese aquí con un bate de béisbol para darme una jodida paliza. Y yo habría estado de acuerdo. Soy capaz de de lamer sus botas para disculparme.
Plowright: Entonces es el sistema con el que mejor trabajas.

O´Neill: Es el sistema con el que he crecido. Soy un ex IPC y estoy orgulloso de ello. Creo que lo mejor es sacar las cosas a golpes de la gente. Afrontémoslo, la serie no iba a salir de forma mensual, eso no parecía razonable para nada. Cada ocho semanas es bastante más razonable y deberían habernos dejado esa cadencia.

Plowright: El último tópico que me gustaría mencionar sobre Marshal Law es el coloreado. Has desarrollado lo que considero toda una nueva forma de dar color y que funciona perfectamente en esta serie.

O´Neill: No sé si será novedoso, pero es la única forma práctica de que pudiera considerar hacer el título y conseguir que saliese de una forma regular. Archie me preguntó si quería dar yo mismo el color, y le sugerí que me gustaría aplicar el sistema de fotostato, y me contestó, “Bien, es una serie de un dólar noventa y cinco, y la gente no querrá pagar todo ese dinero por el sistema habitual, ¿podrías darnos una muestra de color?” Mi experiencia en IPC había sido muy buena, pero cuando hicimos Metalzoid para DC fue abominable. Me lo pensé mejor y le contesté que quería colorear yo mismo toda la serie, y Archie, más bien muy cínicamente, me dijo “Oh, ¿así que me vas a dar algo más que tus dibujos?” En ese momento parecía que me lo estaba diciendo con un tonillo bastante poco cristiano para ser la gran personalidad de la industria que era. Por supuesto, le dije que yo haría todo el color, y ahí teníamos a Archie riéndose sutilmente y pensando, “¿Cómo infiernos vas a conseguirlo?” En el pasado me había llevado como una semana dar todo el color de una sola página, así que realmente no sabía qué hostias le estaba diciendo, porque 28 páginas es una cantidad bastante más consistente. Tenía una sola oportunidad de salirme con la mía, pero me acordé de que en una ocasión había hecho seis páginas de Torquemada a color, “Torquemada´s Second Honeymoon”, una pieza tan rara como resplandeciente. Si pudieran verla los lectores del Journal...
Siempre he estado dibujando en una mesa Bristol, porque tiene una superficie dura y brillante, y siempre utilizo una pluma, pero para los rotuladores se necesita papel para acuarelas, lo que significa que en realidad tienes que entintar con un pincel de punta de fibra o con uno normal. Odio entintar con el pincel normal, así que suelo usar esos viejos pinceles de punta de fibra que tengo, y que utilicé para ese capítulo de Torquemada con mucho éxito. Por lo que terminé mezclando acuarelas y entintado normal, y de esa forma me dí de bruces con una técnica que era perfecta para Marshal Law. Hacer Torquemada me llevó a hacer la portada de Marshal Law, y después hice el interior del cómic. Es un poco más oscuro que un cómic normal, un poco más sucio, las manchas marrones son marrones de verdad, parecen “de verdad”. Bueno, en realidad no, pero ya sabes a lo que me refiero. Me parece que es un buen sistema y que funciona muy bien para la serie. Sabíamos que la reproducción sería bastante parecida a la de Elektra Assassin, por lo que no íbamos a poder quejarnos: “joder, si pudiéseis haber visto los originales, queridos, oh, queridos. Habríais alucinado”. Sabía que estaba en peligro, que me iba a encontrar más solo que la una, así que tuve que trabajarme las cosas de forma más razonable. Pero se me había antojado hacer unas cuántas escenas nocturnas con superhéroes, porque eran un poco más nocturnas que las de las series normales. Los cómics normales parecen vidrieras y se intenta resaltar mucho el colorido, pero al final su aspecto es aburrido. Creo que mis viñetas son verdaderamente convincentes. El sistema que descubrí para el color y el dibujo da una apariencia de fealdad urbana. Son sangrientas explosiones para toda la familia.

Plowright: Realmente esa frase podría servir muy bien para describir cuál es tu perspectiva sobre los cómics.

O´Neill: Si, será mi epitafio: “Sangrientas explosiones para toda la familia.”

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