martes, 22 de mayo de 2012

DIEZ POR CIENTO, por Warren Ellis

Entrega nº 3 de la columna "Come In Alone" escrita por Warren Ellis. Aparecida el 17 de Diciembre de 1999 en Comic Book Resources. Traducida por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no tenía ningún encabezado.

Todavía no existen suficientes cómics.

Sé que ahora todos vais a empezar a mirarme como si me hubiese vuelto loco.

No, en serio.

Me estaba leyendo un excelente libro sobre cultura pop japonesa titulado JAPAN EDGE (Cadence Books, 1999) cuando se me ocurrió que... Me di cuenta de que todavía no hay suficientes cómics después de fijarme en un pasaje del libro en donde se apuntan las relaciones existentes entre el anime (animación japonesa) y el manga (cómic japonés) y la disparidad existente entre ambos. El anime suele centrarse en un par de géneros. Durante el año se emiten cerca de cincuenta shows de anime en televisión, se editan unos quince vídeos originales cada mes, y se estrenan dos o tres películas al año. El manga cubre casi cualquier género que merezca la pena nombrar, e incluso se ha inventado algunos más, y además tenemos que contar con el tremendo mercado de novelas basadas en el manga existente. En Japón se publican algo más de 200 revistas sobre manga cada mes. Es un montón de páginas. Algunas de estas revistas antológicas sobre manga tienen cientos de páginas, con muy pocos anuncios. Comparada con el manga, la producción de anime es bastante pequeña y su realización conlleva un largo período de tiempo por cada obra. El manga tiene la oportunidad de poder examinar los diferentes géneros de ficción en su totalidad. El anime suele centrarse en lo que va a funcionar para el público que sabe que ya ha conseguido.

Durante mi búsqueda, he encontrado un montón de mangas con los que disfruto un montón. Me he dado cuenta de que la mayoría del anime que he visto solo son gilipolleces sin sentido. ¿Será sólo por culpa de mis extraños gustos y de mi pésimo humor? ¿O es porque el manga revisa muchos de los géneros y preocupaciones que me interesan y el anime no lo hace? Sospecho que será una pizca de la opción A y otra de la opción B. También tendrá algo que ver la supuesta ley universal que sólo es capaz de nombrar la gente que se ha leído demasiada ciencia ficción durante su juventud: La Ley de Sturgeon. Puede que tú también estés familiarizado con ella. Theodore Sturgeon, el escritor de ciencia ficción, está considerado como el primero en reducirlo todo a una ley física, aunque me han dicho que el porcentaje real puede variar según la cita. Pero ese es el quid de la cuestión: el 90% de todo es basura. De todo. Completa y disparatadamente, tal y como dicen hoy en día los jóvenes ingleses de la Vieja Inglaterra. Sólo el diez por ciento de todas las cosas es bueno.

Eso significa que he sido capaz de encontrar mucho más manga con el que divertirme, ya que su diez por ciento global es jodidamente mayor que la producción de anime. A lo sumo estamos hablando de cincuenta programas de TV al año frente a los cientos de mangas serializados mensualmente.

Lo que significa que necesitamos más cómics.

Si hablamos de términos como magnitud y pureza visionaria, y el resto de criterios de calidad o de importancia cultural, hay factores en los cómics comerciales anglosajones que los obstaculizan masivamente. Gran cantidad de la energía que podemos encontrarnos en los productos artísticos está dirigida a seguir insuflando vida a los cientos de cómics de superhéroes propiedad de las grandes empresas. Es como esa lamentable estructura empresarial que aparecía en los Simpsons, ese sucio secreto: esa masa de personas necesarias para llevar a cabo todos los horribles actos que tienen como intención que el Sr. Burns siga vivo durante una semana más. Es la mentira hipnótica que se repite la gente, por lo demás inteligente y talentosa, para prestar soporte vital a ideas antiguas, no sólo durante cortos periodos con la intención de establecerse en el duro mercado, sino durante años y años.

Lo que quiero decir es que estoy seguro de que Peter David pasó un buen rato haciendo SUPERGIRL, pero para ser honesto, ver desperdiciado su talento natural para los diálogos y ese ingenio que he podido comprobar en persona en esos delgados cuadernillos que nunca van a volver a ser vistos cuando se pase la semana de su lanzamiento me parece una jodida pérdida. Sé que Walt Simonson es tan feliz como un lombriz trabajando en el material del Cuarto Mundo de Kirby, y he de admitir que su ORION es una serie magnífica (me envió algunas fotocopias en blanco y negro del primer número), pero me jode mucho ver a uno de los artistas más progresistas de los cómics olvidar sus propias creaciones para mantener con vida las de Kirby (cuando a decir verdad, creo que se merecen un entierro digno). No tengo derecho a negarle a Walt su felicidad (aunque de todos modos no creo que me haga demasiado caso), pero sí que puedo enarbolar mi derecho a gemir todo lo que jodidamente quiera, tanto como lector como profesional del medio.

Pero de todos formas... para nosotros es el equivalente de lo que podríamos llamar el problema del anime: gran parte de la energía creativa y financiera de las empresas debería estar dedicada a proporcionar más de un género que funcione como gancho para el público. Pero al menos el noventa por ciento es una mierda.

Y aún así, 1999 ha producido algunas obras maestras. Tengo a mi lado la edición recopilada de FROM HELL, de Alan Moore y Eddie Campbell, que además también nos han proporcionado THE BIRTH CAUL [EL AMNIOS NATAL] durante el presente año.

Me parece que la última parte de EL CORAZON DEL IMPERIO de Bryan Talbot debería aparecer en las tiendas en una semana o dos. Chris Ware ha producido un nuevo y sorprendente tomo de ACME NOVELTY LIBRARY. El tercer volumen de LOS INVISIBLES está a punto de terminar. Y hay más. No tanto como, por ejemplo, la ficción en prosa editada en este año ´99. Pero la prosa de ficción es un campo mucho mayor, y su diez por ciento de buenas obras nos supera con creces. Cristo, solo con nombrar SUBMUNDO, de Don DeLillo y TODO UN HOMBRE, de Tom Wolfe, hemos superado todas nuestras propuestas.

Lo que necesitamos es que los suficientes creadores con la suficiente habilidad y pasión se dediquen a producir aún más obras. Suena tan obvio que casi podría resultar irrelevante. Y sin embargo hay muy pocos Larry Young (que por sí mismo fue capaz de guionizar su propio título, encontrar dibujantes que aportasen su dibujo al mismo y a un editor que se lo editase, el resultado es ASTRONAUTS IN TROUBLE) mientras que se puede encontrar un buen montón de gente que no tiene las suficientes ganas de producir más obras si no es bajo contrato.

Si deseamos leer más FROM HELL y más EL CORAZON DEL IMPERIO... si deseamos un medio en el que se produzcan obras tan excelentes como las que aportan la novela o la música... si deseamos que ese diez por ciento expulse al otro noventa de las estanterías de las tiendas de cómics... entonces vamos a tener que hacerlo nosotros mismos. Vamos a tener que obligar a la basura a que se muera de hambre haciendo nuevas obras nosotros mismos, y tan a menudo como nos resulte posible.

Y ahora, si me perdonas, me voy a tomar algo con Garth Ennis. Feliz Navidad de gilipollas.

INSTRUCCIONES: Leed “Dreamland Japan: Writings On Modern manga”, de Frederik L. Schodt (Stone Bridge Press, 1996), escuchad “Fear Of Fours”, de Lamb (1999) y entrad en la web del Extropy Institute. La novela gráfica recomendada de hoy es “2001 NIGHTS”, de Yokinobu Hoshino (tres volúmenes, Cadence, 1995).

Ahora, largáos.

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