sábado, 30 de abril de 2011

miércoles, 27 de abril de 2011

DESDE EL INFIERNO: CORRESPONDENCIA ENTRE ALAN MOORE Y DAVE SIM (3 de 7)


“Desde el Infierno: Correspondencia”, (1997), cartas entre Alan Moore y Dave Sim en Cerebus números 217 a 220; reimpresas en “The Extraordinary Works of Alan Moore”. Parte 3 de 7. Traducción de Frog2000. Primera parte, segunda parte.

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Dave Sim

Sí, las consecuencias provocadas por la impecable represión del pecado que llevó a cabo el primer Imperio Cristiano Global en ciudades y pueblos, mientras utilizaba de forma ilícita el “amor hacia el que no se osa decir su nombre”, no deberían desestimarse, por su enorme (quizá el más gigantesco que se haya visto nunca) dinamismo. Aunque estoy de acuerdo en que es muy fácil juzgar desde nuestra ventajosa visión de finales del Siglo XX. Y en cuanto a tus más recientes reflexiones, ¿crees que los actos criminales son importantes porque atraen mucha atención o atraen tanta atención porque son muy importantes? Un “sí” simultáneo podría ser la respuesta a ambas preguntas, o a las... er... cuatro preguntas...

Enfilemos de nuevo la ruta hacia el Dr. Gull. Cuando me leí la noqueante primera secuencia donde aparecía la Reina Victoria me dije: “Bueno, aquí viene la Caballería de Alan.” En todo caso creo que fue una apuesta arriesgada y me pareció toda una lástima. También me dije que su Real Majestad (la actual, quiero decir) podría haber sido servida estupendamente si alguna vez hubiese llegado a entrar en contacto con un personaje como Rasputin. (Y si el tráfico fuese fluido y necesitaras hacerlo, estoy bastante seguro de que serías capaz de llegar desde Northampton hasta el Palacio de Buckingham en un par de horas.)

Creo que podrías haberles hecho un servicio admirable a Fergie y a Di Fiasco. Y así y todo, también puede que no.

De todas formas, 
en tus apéndices sobre Victoria Regina aparecen dos apuntes en los que aludes a un altercado con el mucho más maligno (al menos si lo comparamos con nosotros) Señor Campbell. Como los escándalos me dan muchísimo morbo, me gustaría cronometrar el momento concreto y (mientras nos sirves la rica basura) cualquier otro punto de fricción en el lado creativo que pueda haber surgido durante vuestra colaboración.

Lo digo con toda seriedad, vuestra fuerza de voluntad y la forma de concentraros en vuestra respectiva creatividad me ha impresionado un montón, y mientras que tú eras el guionista de este proyecto y Eddie era el dibujante, tú también te has convertido en algo cercano a un ilustrador y Eddie (algo con lo que creo que también estarás de acuerdo) ha terminado convirtiéndose en algo parecido a un guionista. Porque si no os hubiéseis “enredado” en algún momento de vuestra colaboración, podría habernos sonado al resto como poco natural.
Alan Moore

Me temo que de nuevo no estamos de acuerdo, porque la verdad es que no recuerdo que se produjera ninguna discusión importante entre mi ancestralmente desafiante dibujante y yo durante los ochos años que nos hemos tirado con la obra. Me refiero a que nuestra respectiva postura sobre la Reina Victoria no originó ningún problema digno de mención, y además Eddie no se quejó ni la mitad de lo que doy a entender cuando se leen mis anotaciones de los apéndices. Me refiero a que no me gusta mucho que alguien tenga la más mínima oportunidad de calumniarnos o de tergiversar las cosas. No sé... en realidad nunca llegó a pasar nada de nada. Y esto me gustaría enfatizarlo, ¿sabes a lo que me refiero?

Lo único que me comentó una vez fue que se había dado cuenta de lo que estaba intentando hacer desde un punto de vista histórico: un retrato de la Reina Victoria un poco injusto e innecesariamente duro, y que la realidad parecía escaparse volando por la ventana cada vez que la Gorda Vicky hacía aparición. Me sorprendió mucho, porque creía que la realidad ya se había escapado volando cuando incluimos aquella gigantesca Cabra-Dios de tres cabezas en el segundo capítulo. De todas formas, me acuerdo que le dije que probablemente tenía razón, pero que no me importaba demasiado, porque pensaba que los Hannoverianos sabían cuidarse bien de sí mismos, y como uno de sus descendientes era propietario de aproximadamente un tercio de las Islas Británicas, de alguna pequeña forma ese hecho habría consolado a la Reina por salir retratada en From Hell como una vaca miserable. Además, le prometí que en lo sucesivo no habría más apariciones suyas, por lo que Eddie ya no tuvo que preocuparse más y se quedó satisfecho. Sí, por supuesto que eso que se está oyendo son nuestras Distinciones Honoríficas yéndose por el cagadero. Oh, ¿y qué?

Aparte de este asunto, me parece que no se produjo ninguna discrepancia más entre nosotros. No me refiero a que en otras ocasiones Eddie no discutiera conmigo (y con toda la razón) algunos de los más importantes detalles históricos, como la escena en la que Netley conducía a Gull por el Puente de la Torre todavía (por aquel entonces) sin finalizar. Recibí una punzante y sarcástica fotografía fechada del puente a medio terminar con el pequeño carruaje y los caballos zambulléndose por un lado de las obras hacia
 el Támesis, todo ello completado con un pequeño bocadillo donde se podía ver dibujada la palabra “¡Yaaaaagh!”. Era ingenioso y divertido, pero en realidad no lo era. La verdad es que no está bien reírse de la gente humilde ni de los que cometen algunos otros errores involuntarios por el estilo, ya que termina siendo bastante infantil.

Supongo que te esperabas que se hubiesen producido más trifulcas. Me refiero a que tienes mucha razón cuando afirmas que Eddie y yo tenemos una gran fuerza de voluntad y que somos personas muy tercas, pero por otra parte él suele consumir antes del brunch tres botellas de un Chianti particularmente perjudicial, y por lo general yo estoy medicado hasta un punto en el que tan sólo puedo hacer señales con el movimiento de mis ojos. Eso significa que aunque hayamos pasado por momentos duros, o incluso violentos, ninguno de nosotros es capaz de recordar el hilo de nuestras argumentaciones durante el tiempo suficiente como para intentar convencer al otro, o incluso qué es lo que queríamos decir en un primer momento. Si no existe una verdadera solidaridad entre los deliberadamente disfuncionales, tampoco debería haber ningún desacuerdo coherente. En realidad lo que tenemos montada es una asociación laboral.
Dave Sim

Creo que si queréis, podríais conseguir una importante donación de la Clínica Betty Ford por esta Guía para la Colaboración Exitosa en un Cómic. Si es necesario, 
no dudéis en llamarnos tanto a Gerhard como a mí para corroborar las cosas o recibir nuestra llamada de apoyo, por favor.

Y ahora sigamos. El Doctor William Gull.

Empezaré parafraseando algunas de tus observaciones de 1988, particularmente las que hiciste sobre el asesinato como ritual. Creo que en aquellas sociedades en las que se practicaban sacrificios de animales y humanos para aplacar a sus dioses, se hacían tanto para liberar energías místicas como para muchas otras cosas. Es algo que hemos “perdido” por culpa de nuestra tecnología y nuestros avances científicos. Por ejemplo, cuando pensamos en los emperadores y curas romanos sacrificando animales y luego leyendo los augurios en sus entrañas nos parece un oficio terrible y descerebrado. Y sin embargo, tan sólo era uno de los aspectos más extremos de una forma de vida diferente a la nuestra en la que se podían observar fenómenos naturales de todo tipo como si fuesen otro lenguaje. Ver a un cuervo aterrizando en el escudo de un soldado o a un búho a plena luz del día tenían un significado muy claro para aquellos que vivían su vida en aquel contexto. La evidencia parece indicar que los auspicios de este tipo tenían tanta validez (por lo menos) como un diagnóstico médico, y un porcentaje de éxito mayor que, por decir algo, los pronósticos sobre el tiempo que podemos escuchar en la actualidad. El derramamiento ritualista de sangre desataba energías en el que lo perpetraba análogas a la otra ola de energía (la del mundo exterior) de la que ya hemos hablado antes. Me parece natural que haya que considerar ambas en la escena de un asesinato, desde el que tuvo lugar en Dealey Plaza hasta el que se produjo en el pasillo del apartamento de Nicole Brown Simpson.

Cuando leí tus investigaciones sobre la psicología del asesino en serie me di cuenta de que había un montón de cosas en común con mi forma de enfocar “Church & State” y “Mothers & Daughters” (porque también cogí una serie de “hechos” científicos y los inserté en un “mapa de alta definición”, para representarlos a continuación como las ideas fundamentales de la obra.) En realidad no solemos inventar nada, sino que tan sólo interpretamos las cosas de forma diferente. Con el fin de alumbrar tu teoría, creo que si observáramos a fondo las fases ritualistas y de iluminación de los ciclos mentales de un asesino en serie podríamos aportar una novedosa dimensión y una perspectiva diferente de sus actos.


Antes de empezar a preguntarte sobre el arrebatador séptimo volumen con más detalle, me gustaría darte la oportunidad de aclarar un poco más todo lo anterior, en particular la forma en que extrapolaste lo que habías descubierto durante tus investigaciones en la ficción protagonizada por el Doctor William Gull .
Alan Moore


A riesgo de arrojar por el barro la metáfora sobre el “mapa de alta definición”, supongo que según te vas aferrando al punto básico de tus ideas, la perspectiva y la percepción parecen ajustarse progresivamente al entorno que las rodea, justo antes de empezar a experimentar una caída libre hacia el campo de la información. La imagen subyacente nunca cambia, pero la resolución mejora un montón, de forma que lo que previamente tan sólo parecía poseer los rasgos planos de un escenario en dos dimensiones, se transforma de repente en una topografía más definida. Por eso, cuando vuelves a mirar el mapa liso puedes descubrir de un solo vistazo que esa alta montaña se parece mucho a un profundo valle. Sólo al mirar más de cerca el territorio se hacen evidentes las irregularidades del terreno.

En cuanto a mis primeras nociones acerca de los sacrificios humanos, que creo que también están relacionadas con lo anterior, he de decir que mi perspectiva se ha ido modificando de forma radical durante el transcurso de la creación de esta obra. Eso no quiere decir que personalmente piense que mis anteriores nociones estaban equivocadas, sino que se podría decir que ahora creo que tengo una visión mucho más amplia. Sigo pensando que hasta cierto punto la violación del tabú de tomar una vida humana por fuerza tenía que implicar un poderoso ritual que golpeaba psicológicamente la mente del sumo sacerdote (o del asesino en serie), propulsándole hacia los límites de un deseado subidón, o por lo menos haciéndole alcanzar un estado alterado. Creo que esta afirmación se podría respaldar con el testimonio de Joseph Kellerman, “el Zapatero”, un asesino en serie que aparece en el libro del mismo nombre de Flora Rhetta Schreibel. Durante la fase "iluminada" o "aural", Kellerman sufría alucinaciones visuales y auditivas que continuaban incluso durante los propios asesinatos. Lo más interesante son los comentarios del mismo Kellerman a lo largo del libro… y ahora cito de memoria: si bien en un primer momento él creía tener alucinaciones, sentirse raro y escuchar voces que le obligaban a matar a alguien, según iba progresando en su carrera de asesinatos llegó a un punto en el que empezó a cometer los crímenes para poder ver esas alucinaciones, sentirse raro y escuchar las voces. Dicho de otra forma, los asesinatos se convirtieron en su forma de acceder a un universo alienígena (o una realidad alterada).


Como decía, esta fue mi prognosis básica al comienzo de From Hell, y creo que en cierta forma todavía sigo creyendo lo mismo. Sin embargo, lo que todavía no había tenido en cuenta fue el reverso de la moneda: ¿cuál es la relación de la víctima con el asesino?

Dos libros me llevaron a lo que creo que es una mejor compresión sobre ese tema. El primero fue el Diccionario de la Lengua Inglesa publicado por Random House… definitivamente el más poderoso Grimorio de hechizos mágicos que poseo en toda mi extensa colección… en él pude descubrir que la traducción de la palabra “sacrificio” es “convertirse en dios”. El segundo libro fue “The Highest Altar”, de Patrick Tierney (Viking Books, 1989), en el que el autor cuenta sus viajes y estudios en Perú como parte de una investigación más profunda de la naturaleza y significado del fenómeno del sacrificio humano.


De acuerdo con Tierney, el objetivo del sacrificio humano, al menos en la amplia región en la que estuvo llevando a cabo sus investigaciones, era convertir a la supuesta “víctima” en un dios y entonces, con suerte, que pudiese intervenir en favor de la Tribu de mortales desde la corte de los Inmortales. Las mejores familias competían por recibir el honor de que sus hijos o hijas fuesen los elegidos, querían que un niño o alguien joven de su familia fuese el seleccionado. Entonces esta deidad incipiente comenzaría a celebrar un gran tour de más o menos un año de duración por todo el país, de forma que sería agasajado con oleadas de adulación que harían que Elvis o Michael Jackson llorasen de envidia. Cada uno de sus pasos se hacían caminando encima de pétalos de rosa. Al acabar el año terminaba convirtiéndose en dios. Lo normal es que esto se realizase conduciendo al chico hasta lo más alto de algún pico Andino, sentándole en un santuario decorado de forma estupenda repleto de ofrendas, y administrándole una droga anestésica. A continuación se le dejaba morir al aire libre. De todas formas es una de las mejores formas de morir, ya que sencillamente el cuerpo y la mente caían en un cálido coma inducido, se dormían y nunca volvían a despertar. Librado así de su cuerpo material, la esencia del chico sería libre de proseguir su camino hasta el visionario escenario posterior a la vida de la Tribu, donde podría ocupar su lugar entre los dioses y ser recordado y venerado para siempre por su gente.

Ahora bien, si somos capaces de considerar este considerable salto desde la cima de alguna montaña de incienso y flores tropicales, a las que Iain Sinclair se ha referido como la decoración cárnica del Tribunal de Miller, creo que también nos sería posible realizar algunas intrigantes observaciones sobre los asesinatos de Whitechapel desde el punto de vista de este enrarecido contexto. Por ejemplo, fijémonos en las declaraciones (
a las que me he referido anteriormente) que hacían las mujeres del barrio durante dicho período acerca de que no les importaría convertirse ellas mismas en víctimas si de esa forma la gente terminaba diciendo cosas agradables sobre ellas. Si lo sopesamos desde el punto de vista de las familias peruanas que competían para que sus hijos fuesen los elegidos que se convertirían en dioses, estos sentimientos superficialmente trágicos y desoladores experimentados por las mujeres se convierten en algo todavía más resonante. Es como si tuviesen la idea de que toda una vida de arrepentimiento, miseria y empobrecimiento podía limpiarse con el movimiento repentino del cuchillo adecuado en las manos adecuadas. Literalmente y de un plumazo se transformarían en santas locales, tal y como les ocurrió a Polly Nicholls o Mary Kelly.

Mis reflexiones acerca de la naturaleza de la experiencia mágica giran en torno al concepto de la “Idea Espacio”, a través del que podríamos considerar que algunas de las más complejas de estas entidades están realmente “vivas”. Bajo ese entramado, la idea del sacrificio parece tener una tonalidad ligeramente diferente. Yo mismo he realizado sacrificios dentro de un contexto ritual, pero aunque me encuentro en la desafortunada posición de ser hechicero y vegetariano, me temo que los sacrificios humanos se encuentran bastante lejos de mis intereses. Mi solución personal es pensar en la mecánica del acto sacrificial teniendo en cuenta lo siguiente: si deseas hacer alguna petición a alguna entidad compuesta totalmente por ideas, entonces deberías tener claro que un acto físico no puede serle de ninguna utilidad a algo tan hipotético. Es un ser al que no podemos considerar como algo construido por ideas, sino que en su lugar es una idea que trata acerca de cosas reales.

Aceptemos por un momento que todas las entidades u objetos que somos capaces de percibir en el universo material están compuestos por dos elementos básicos. El primero es la realidad de la cosa física real, su presencia material en el tiempo o en el espacio. A continuación 
está la idea del objeto o de la entidad en sí mismos, una presencia inmaterial y sin limitaciones derivadas de nuestra propia concepción del espacio y el tiempo. Como claro ejemplo podríamos citar la muerte de un enamorado. La presencia física desaparece, se fragmentan los elementos químicos que la constituían, los átomos que la hacían sólida. Esa persona ya no volverá a existir como entidad física. Pero la Idea-Presencia sobre dicha persona no muere. Seguirá rondando por tu cabeza y te hará llorar a las cuatro de la mañana. Cinco años más tarde te dará golpecitos en la espalda mientras estás haciendo la colada y te hará sonreír.

En los sacrificios rituales que yo mismo he llevado a cabo he quemado objetos que tenían un gran significado para mí y que me parecían relevantes, incluyendo el original de uno de los dibujos mágicos que te envié hace un tiempo. La idea que subyace detrás de ese acto es sacrificar, en el sentido convencional de la palabra sería “entregar”, algún objeto de gran valor personal. De esa forma también se elimina el componente físico del objeto, dejando intacta la memoria o presencia de la Idea Espacio de dicho objeto. Bajo mi punto de vista, eliminar su componente físico convierte a este en “sagrado”, es decir, de esa forma permitimos que tan sólo exista en un nivel que se encuentra por encima del mundo material y tangible.

Richard Dawkins, autor del excelente “The Blind Watchmaker”, es un materialista incondicional que jamás podría llegar a compartir ninguna de mis vagas nociones metafísicas, pero quizá sería capaz de describir dicha “Idea Presencia” como la suma de los memes de la gente, una especie de idea-espacio equivalente que se puede encontrar en los genes, un código genético ideológico que sigue existiendo después de la muerte del individuo y que continúa interactuando con el resto en el mundo material. Dawkins nos apunta que mientras no existen rastros genéticos mensurables del filósofo Socrates que puedan ser encontrados en ninguna parte del mundo, por otra parte podemos encontrar fácilmente sus rastros meméticos. Las ideas de Sócrates siguen presentes y afectando el mundo del pensamiento humano. Mis propios pensamientos quizá deriven un poco más hacia lo místico que los de Dawkins, pero también creo que pueden proporcionar un modelo igual de útil.

En cuanto a los crímenes de Whitechapel, creo que no deberíamos establecer una verdadera identidad física y material para el ser al que llamamos Jack el Destripador. Ni la de Gull, ni la de Druitt, ni la de Stephen, ni ciertamente la del pobre viejo cabrón de James Maybrick. Jack el Destripador, en sentido literal, nunca llegó a tener existencia física de verdad. Fue una criatura construida a base de “collages”, misivas maniáticas, trucos y titulares sensacionalistas. Existió totalmente en el mundo de la Idea Espacio, como avanzadilla de la inminente aparición de nuestros libros y teorías y ficciones, desde nuestras actuales películas de asesinos en serie hasta las mitologías contemporáneas sobre asesinos de masas, pasando por las páginas y apéndices de From Hell. Se encontraba completamente liberado de cuerpo físico o identidad humana. Ha trascendido la realidad humana para terminar convirtiéndose, nos guste o no, en uno de nuestros inmortales.

De alguna forma también se podría decir que cuando eligió a sus víctimas las hizo partícipes del mismo estado más allá de lo humano para el que él mismo había sido destinado. Cinco mujeres anónimas de Whitechapel viven ahora y para siempre en el reino de la leyenda, trasladadas desde el mundo de la carne enferma y achacosa hasta un estado en el que se han convertido en mártires, símbolos, como una especie de santas. Fíjate en la leyenda grabada en la tumba de Marie Jeanette Kelly, “la primadonna de Spitafields,” erigida en el camposanto de Leystonstone por el embriagador “riperologista” John Morrison. Si tal y como creo, el reino del concepto y la conciencia es realmente el reino de lo sagrado, entonces visto bajo el crisol de los asesinatos de Whtiechapel, tanto víctimas como asesino fueron de alguna forma “convertidos en dioses.”
Dave Sim
Ahora mismo me encuentro leyendo el Antiguo Testamento y me he fijado 
(creo que está bastante relacionado con lo que estamos hablando) en los sacrificios de los elegidos de Israel en honor a su Dios, algo que ha hecho que  reflexione un montón. En los Salmos de David se hace referencia (aunque obviamente esté parafraseando) a que el ritual sacrificial de siete toros, siete corderos, etcétera, era el centro de dicho culto hasta el punto de que ni siquiera era realmente... ¿necesario? ¿Requerido? ¿Apreciado? Ciertamente la historia nos enseña que la Biblia tiene tantas interpretaciones como lectores, pero me parece que Dios perdió la paciencia con su clero, con el Tabernáculo, con el Templo de Salomón y con los sacrificios rituales. Fue como una especie de: bueno, bien, si esto es lo que queréis, lo haremos de esa forma, aunque no debemos olvidarnos de los Diez Mandamientos (cuyos mandatos siempre han sido acatados por las Tribus de Israel). Fue cuando pude darme cuenta de que si el sacrificio estuvo alguna vez tolerado por Dios, se debía a que tenía un efecto focalizador y energético muy útil para guardar a su pueblo de la distracciones fáciles y traer de nuevo a las masas congregadas minadas por tentaciones hacia el redil. 

Tiene un significado mucho más importante que el pan ácimo como metáfora de la pureza racial. Ciertamente parece como si Dios hubiese puesto a salvo de su gigantesca ira a aquellos que “hacían pasar a sus hijos por el fuego” (el sacrificio humano). Se parece mucho a esas mujeres de cuello estirado que se quedan en sus patios grabando imágenes y horneando pasteles en honor a la Reina del Cielo (¡!). Parece como si tuviesen alguna especie de complicidad y tolerancia hacia el sacrificio. Dejemos que quemen la carne de unos cuántos toros y ovejas, y antes de lo que parece estarán quemando incienso y caña de azúcar y ofreciendo a sus hijos a Baal y a su compañero (o compañera).

Y ahora, volviendo de nuevo al asunto del viejo Gull, me gustaría preguntar por la escena en la que aparece despedazando a Mary Kelly (me refiero a la forma en que se nos muestra), porque no sé 
si vuestra intención era describir un interesante paralelismo entre la ciencia médica y el ritual mágico. Me pareció una escena atractivamente genuina (aunque se mostrase de forma tan terrible). Hinton solo aparecía justo después del derramamiento de sangre inicial, cuando la sangre empezaba a acumularse de forma infernal. Y entonces... ¡entonces! podemos leer esa descripción de la autopsia cercana a lo poético, donde da muestras de su calmada actitud, su apacible y mesurada voz. Parece una especie de entonación o invocación con la que claramente el personaje está intentando elevar su conciencia mientras se adentra en un estado de trance hipnótico.

Tras evocar nuestra charla de 1988, creo que ya me encontraba preparado para la repentina y prolongada revelación que se apodera de ella (o de él, o de ello) en la página 19 del décimo capítulo
.

Si esto no es una especie de “dar el juego por terminado” no sé qué puede serlo. Y entonces empecé a preguntarme si no deberías haber rellenado los espacios en blanco que pueden verse en la sexta viñeta de esa página, en la última de la página 19 y en la primera de la página veinte. Si la historia la hubiese escrito cualquier otro guionista, creo que todo parecería puro artificio y jerigonza sin sentido. Pero en tu caso estoy dispuesto a apostar a que esas viñetas también constituyen un ¡Eureka, lo he conseguido! (como mínimo).

Por eso me gustaría saber cuál era tu visión en ese punto de tu investigación para From Hell (por supuesto, si te supuso algún coste personal, ciertamente podríamos perdonarte que no quisieras compartirla con mis lectores y conmigo.) O puede que sólo te parezca un acercamiento ligero a un puzzle ya acabado cuyas piezas son re-ordenadas de vez en cuando, aunque nunca puedan llegar a formar un todo coherente más allá de la forma que tenían cuando llegaron hasta tu conciencia.

¿O crees que ahora me he salido por la tangente?Alan Moore

Esa escena en cuestión fue evolucionando a partir de mis propias experiencias y reflexiones sobre la conciencia poco común: el estado mágico, el proceso de pensamiento, puedes llamarlo como gustes. Obviamente, parte de la base conceptual de esa escena estuvo rondando en mi cabeza durante años, y el grueso de la mecánica física de la situación ya se podía encontrar descrito en el informe de principios de Siglo que hizo el propio doctor. En realidad, lo que no he podido conseguir hasta relativamente hace poco tiempo ha sido alguna pista sobre cómo se sintió el autor durante su aparición en el tribunal de Miller, más allá de los análisis estadísticos del asesino en serie que recopiló Robert K. Ressler, que también pueden verse en el programa VIVAP del F.B.I. Esos lúcidos perfiles de comportamiento parecían demasiado ásperos, demasiado clínicos: una reconstrucción virtual y digital de la escena del crimen que era exacta, casi matemática, pero que forzosamente no incluía derramamiento de sangre alguno.

Necesitaba algo más o menos distinto y mucho más auténtico. Más borroso y menos objetivo. Algo que (por lo menos para mí) tuviese más sentido.

Al revisar mis propias experiencias en el terreno de la consciencia “mágica”, mucho más notables cuanto más intensas, la verdadera situación podría ser descrita como algo cercano a lo que en términos psiquiátricos se conoce como “estado de fuga”. Tal y como implica la frase es un estado de pensamiento muy parecido a una composición musical, aunque no siempre parezca tan armónica o edificante. Al igual que ocurre con una composición musical, la información discurre por varias vías diferentes, pero en tu mente los elementos que componen la música se están tocando a la vez. Si intentamos enfocar nuestra atención en uno de los arreglos en concreto, entonces no podremos escuchar toda la composición unificada. Y viceversa: si queremos disfrutar de la pieza como un trabajo completo, tendremos que renunciar brevemente al placer de escuchar la progresión de las estructuras musicales de las que la pieza se compone individualmente y por separado. Si estamos hablando del acto de escuchar música, entonces podemos llamarlo experiencia armónica. Si estamos hablando del pensamiento humano, entonces se parecerá más a la desorientación, a encontrarse abrumado e incluso aterrorizado.

Durante el estado de fuga la mente parece una grabadora de veinticuatro pistas capaz de mezclar líneas de información compleja de forma separada, cada una en una pista. El ingeniero responsable de la mezcla final, que es nuestra consciencia, desafortunadamente es un babuino. Repentinamente las pistas (de pensamiento) acaban en la nada o bruscamente son separadas de la existencia. La melodía se hincha, desaparece, su presencia tan sólo se registra momentos después. Los altavoces se apagan y cuando vuelven a conectarse hay seis de ellos. Uno funciona con sonidos parecidos a una ópera esquimal. Otro retransmite un debate sobre la teoría de las Supercuerdas hablado por completo en Maorí. En algún momento, nuestro raciocinio para vislumbrar la rutina diaria, que en ese momento se encuentra intentando ordenar frenéticamente dicha entrada de información sensorial alienígena en algo que (al menos) se parezca a la realidad convencional de la forma más sensata posible, huye en plan cobarde. Renuncia gritando “Peligro, Will Robinson” un par de veces y luego sale disparado emitiendo chispas azules y cae en redondo. A continuación fallece. Esta situación le fuerza al ego que existe más allá de nuestra “identidad frontal” a hacerse con las riendas del vehículo en movimiento. Después se hace bastante difícil describir lo que ocurre, porque para empezar, lo que ocurre ya no parece ni remotamente humano, y para continuar, mientras está ocurriendo todo esto nuestro propio ego ya no se encuentra presente. Por así decirlo, cualquiera que esté controlando tus movimientos horizontales o verticales ya no eres tú mismo. Por fuerza, la recogida de las experiencias se hace de forma no lineal, fragmentada. Tiempo, mente, identidad, causa y efecto.. todo parece comportarse de forma inusual. Se puede comprender que se genera cierta confusión.

En cuanto al décimo capítulo, lo que quería transmitir era una sensación similar y engastarla en el estado de fuga de Gull: que el personaje pudiera sintonizar con las voces del pasado, con las visiones de su cuerpo interior, con los diferentes niveles de percepción y con las diferentes percepciones de su propia identidad. Ese breve instante sin fin en el que está obsesionado, poseído, conducido, tomado por uno de los arquetipos, una de las formas de dios. Ese conmovedor y repentino conocimiento sobre que tú no eres tú, que nunca lo has sido, sino tan sólo una máscara frágil y temporal... no lo sé. Mierda, tan solo guionizo cómics, ¿de acuerdo? No sé... ¡está poseído por las entidades / sucesos Platónicos fundamentales, por los Grandes Antiguos, por Cthulhu! Por las cosas que son algo más que el lenguaje o los códigos incrustados, que son como la vida, a pesar de que también estén vivas. Las cosas que no son más que un eterno mal comportamiento reiterado de nuestras propias leyendas primarias, cosas que tienen su propia historia y cuyas historias son nuestros propios pensamientos e identidades aparentemente individuales. Acciones que sólo pueden ser reiteradas y repetidas. Deidades o secciones del texto fundamental con las que se escriben nuestras propias vidas, todas ellas. La razón de que todas las historias sean tan reales es porque tan sólo existe una única historia.

La progresiva alteración del texto que lleva a cabo William Gull con las sombreadas partes del cuerpo físico de Mary Kelly apunta hacia William Burroughs, quizá con Brian Gysin en el papel de Netley. Lo llamaron técnica del cut-up. El escalpelo interrumpe la continuidad habitual de las cosas y permite descubrir nuevas posibilidades. En ocasiones encontramos indicios de una huida a través del futuro, luminosos regates de lo eterno. La consciencia del dibujante, o del guionista, o del escultor cárnico, se va transformado junto con la distorsión deliberada de la obra en cuestión, gracias a su éxito y a la muy visitada Instalación de Dorset Street. Gull entra y sale de épocas diferentes, en diferentes contextos, a través de identidades diferentes. La mutilación que realiza se desarrolla en su mente, a través de niveles progresivos de metáforas, convirtiéndose él mismo en todas las mutilaciones, en todos los asesinatos. La Diosa Tiamat de Babilonia descrita por Robert Graves como la Madre-Deidad primordial en su encarnación más temprana es suplantada por el Dios masculino Marduk. Se refleja en su leyenda, reinventando a Tiamat como una malévola y diabólica serpiente monstruosa, un dragón muerto y desmembrado por el Marduk solar durante la creación, tal y como aparece descrito en Enuma Elish. Gull, momentáneamente y para siempre, se convierte en Marduk, así como su víctima se transforma (se transfiere) en Tiamat. Por un momento, el destello de la conversión es demasiado corto, demasiado instantáneo como para que lo registre la mente del doctor. Transcurren un segundo o dos, y la comprensión de lo que ha ocurrido comienza a hacerle mella. Enervado, palpitando por culpa de los rigores sufridos durante la experiencia, intenta reunir el rompecabezas de ese conocimiento a partir de sus fragmentos calcinados, pero antes de que pueda hacerlo la siguiente voz se inmiscuye en su fuga mental, la siguiente consciencia alienígena choca contra él y lo conquista.

No soy capaz de decir mucho más, Dave, y pido disculpas por exponer todo lo anterior tan oscura y nerviosamente. Como estoy seguro de que habrás apreciado, tengo dificultades para poder describir estos estados 
con nuestro lenguaje. No es que tenga reservas a la hora de discutir estos asuntos de forma clara y lúcida, sólo que no soy capaz de hacerlo. Hay alguna especie de ley de incertidumbre cuántica en esta operación que dificulta concretar las cosas, definirlas exactamente. Y por ese motivo la esencia y vitalidad de dicha experiencia no puede transmitirse correctamente. Se parece al problema que surge cuando queremos conocer la velocidad o ubicación de una partícula, si es que eso tiene algún sentido. Pero creo que la solución al problema que he descrito antes es encontrar un equilibrio en el que los fenómenos y percepciones más allá de lo racional puedan ser debatidos de forma lógica y sin ser minimizados, lo cuál es algo en lo que (naturalmente) me encuentro trabajando ahora mismo.

Tu turno.

(Continuará)

martes, 26 de abril de 2011

HAUNTED GEORGE EN MONGREL ZINE

Haunted George entrevistado en MONGREL ZINE nº 7. Autoría de Janelle HollyRock y Bob Scott. Traducido por Frog2000. 

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Uncle Yah Yah alias Haunted George alias Steve Pallow es el visionario hombre orquesta que está detrás de “The Haunted Shack Theatre”, 
el podcast online de Garagepunk. También era la persona que tocaba el bajo en The Beguiled y uno de los guitarristas de Necessary Evils. Ahora vive en mitad de una desolada tierra de nadie desde donde una vez al mes se propone asaltar nuestros pabellones auditivos con extractos de películas de Serie B y su colección de oscuros ´78 revoluciones, grabando su podcast en el exterior de su garaje mientras se predispone a componer las inquietantes melodías en vinilo de discos a su nombre como Pile o’ Meat (2007), Bone Hauler, y Panther Howl (2006). Cuando no está peleando con serpientes de cascabel o construyendo féretros sobre los que golpear con el pie en el desierto de Mojave, está girando por Europa con los Demon’s Claws, sacando su nuevo álbum, “American Crow”, y el EP de seis canciones titulado “Where’s Charlie Jones?”, ¡y respondiéndonos algunas preguntas sobre monstruos y podcasts!
JANELLE: Cuando la radio aún era un medio novedoso allá por los ‘20 y los ’30, todavía emitían realmente de todo: efectos de sonido, programas, etcétera. En los primeros programas de terror de los ‘40 y ’50 también se podía respirar una atmósfera auténtica. Parece como si “Haunted Shack Theatre” descendiese directamente de esos shows. ¡Creo que es todo lo que uno podría desear en un programa de radio, y además sin interferencias! ¡Todavía me emociono como un niño que escucha la radio en su cama con las mantas encima durante toda la noche! En 2007 comentaste en la revista Swampland que el podcast le habías empezado justo después de encontrarte un ipod clónico en uno de tus paseos por el desierto. ¿Cómo se te ocurrió crear Haunted Shack? ¿Y por qué decidiste colgarlo en la red de Garagepunk?

HAUNTED GEORGE: Yo era un gran fan de un programa de Garagepunk que se llamaba “Snake Alley”. En “Snake Alley” solían hacer reseñas de películas que no eran estrictamente de terror. Dejaron de hacerlo después de trece programas. Un día me llegó un mensaje de Jeff Kopper en el que me preguntaba si me interesaba llenar el espacio libre que había dejado “Snake Alley”. Nunca había pensado en hacer algo parecido a un podcast antes, pero le contesté que “sí” de inmediato porque sabía que era algo que por lo menos, me gustaría intentar hacer. Me gusta colaborar con Garagepunk.
BOB: Los theremines y algunos otros aparatos electrónicos primerizos empezaron a utilizarse en las primeras películas de terror y en la radio. ¿Puedes recomendar algún disco que incluya cosas extraordinariamente inquietantes por el estilo? La banda sonora de “Forbidden Planet” (Planeta Prohibido, 1956) de Louis y Bebe Barron estaba llena de theremines y efectos de sonido recogidos de algunas escenas de la película, pero eso es todo lo que conozco sobre el tema.

HG: “The Day the Earth Stood Still” (Ultimátum a la Tierra, 1951) tiene una gran banda sonora orquestada a base de theremin. En realidad creo que no fue hasta la década de los cincuenta cuando empezaron a utilizarse los instrumentos electrónicos en las composiciones de las películas más “mainstream”. Se pueden encontrar algunas películas con composiciones electrónicas antes de los 50, pero me temo que estamos hablando de películas “artie” o experimentales. En la banda sonora de “Forbidden Planet” no hay ningún theremin. Creo que usaron osciladores. Incluso aunque viajases hasta los treinta y te vieses seriales de ciencia ficción como “Buck Rogers in the 25th Century” o “Flash Gordon”, te podrías dar cuenta de que realmente no tienen ningún efecto en plan sonido “espacial”. Tan sólo son sonidos como los del laboratorio del Doctor Frankenstein que aparecía en la película de la Universal de 1931: ruido de máquinas zumbando, motores y otras cosas por el estilo.
BOB: ¿Puedes contarme cuál es la historia de los álbumes titulados “Halloween Sound Effects”? ¿Cuándo aparecieron por primera vez?

HG: Creo que es probable que los primeros discos con efectos de sonido para el público mayoritario se hiciesen a finales de los cincuenta. Antes, si querías obtener algún efecto de sonido seguramente lo único que podías hacer era comprárselos a una productora profesional. La mayoría de los avances relacionados con los efectos de sonido se hicieron en la radio, las películas y los dibujos animados. Sé que en algunos lugares como Disney, Warner Bros. y MGM tenían todo un departamento con gente construyendo máquinas que hicieran sonidos que imitasen el de la lluvia, el trueno y cualquier cosa que pudiesen necesitar. Los primeros programas de radio, en la mayoría de ellos, tan sólo podían permitirse un órgano acompañando al programa. Lo que es una verdadera lástima es que cuando llegaron al punto en la que la producción de la radio empezaba a progresar, apareció esa nueva forma de arte de la televisión y acabó con el medio. Aunque en realidad no fue la TV el que lo hizo, porque durante los cincuenta, los sesenta y los setenta también se podían encontrar algunos programas de radio increíbles.


JANELLE: Por supuesto, todos los "gatos" habituales de Garagepunk nos hemos bajado tus 50 episodios, ¡porque algunos de los poco convencionales temas que aparecen en ellos son tremendamente inspiradores! ¡Los de la década de los 20 y los 30 del sexto episodio eran verdaderamente grandiosos! Me gustó un montón tu forma de presentar “Don’t Go in the House” (1980). “De acuerdo, esto ha sido verdaderamente espeluznante, es lo que me parece cuando se entra en la boca del lobo...!” ¡Parecía que realmente estuvieses mirando la película junto al público que te estaba escuchando! ¿Qué material sueles usar? ¿Utilizas una vieja radio CB?
HG: Tengo un par de viejos aparatos de radio CB. Algunos micrófonos de los setenta. Intento utiliizar varios, porque los colecciono. Corrí la voz entre mis amigos de lo que quería y siempre están buscándome más micrófonos por todas partes. Si alguna vez gano la lotería hay un par de micrófonos de 1000 dólares que probablemente terminaré pillándome. Se puede conseguir que un micrófono bueno suene barato, pero lo que no se puede hacer es que un micrófono barato suene bien.

JANELLE: ¡La verdad es que no pude parar de reírme cuando estuve escuchando los clips de “King of the Zombies” en uno de tus podcasts! ¿Cómo decides qué películas aparecerán en él? ¿Sólo lo hacen tus favoritas?

HG: No creo que Uncle Yah-Yah llegue a poner alguna vez una película que no le guste. En primer lugar, ¿qué idea puede haber detrás de ocupar tu tiempo con algo que no te divierte?

JANELLE: Comentabas en la revista Swampland que de niño solías grabar el audio de las películas de terror que programaban por la noche en la televisión. ¿Ese es el motivo de que te gusten las bandas sonoras y los efectos de sonido? ¿Son los efectos que aparecen en tu “Haunted Shack Theatre” parte de ese material?
HG: Conozco a otras personas que hacían lo mismo cuando eran jóvenes… solían grabar el audio de la televisión. Y yo aún conservo cinco cintas: “Monster from the Surf” (1965), “The Brain that Wouldn’t Die” (1962), “Night of the Living Dead” (La Noche de los Muertos Vivientes, 1968) y algunos episodios de “Twilight Zone” (En los límites de la realidad, 1959-1964).

Y sí, creo que es lo que hizo que me enamorase de esos sonidos. La mayoría de cosas de Snuff Maximus también provienen del mismo lugar, son cosas que suenan abstractas y espaciales.

En su mayor parte, los efectos de Haunted Shack los saco de vinilos de efectos de sonido, pero últimamente, cuando he necesitado un efecto concreto he terminado haciéndolo yo mismo. Cada vez me lo paso mejor grabándolos. En mi antiguo trabajo me prestaron una vez una de esas pequeñas grabadoras de ambiente digitales. Era genial. Estuve grabando el sonido del viento, puertas chirriando, la respiración. Me lo pasé muy bien.
JANELLE: ¡Squeaky Fromme ha sido puesta en libertad hace un mes! ¿Vas a entrevistar a alguien famoso para Haunted Shack?

HG: Tengo planeado hacerlo, pero hasta que no hago algo no me gusta hablar de ello. He estado hablando con algunas personas y me han dicho que les encantaría aparecer en el programa. Supongo que lo harán en algún momento.

JANELLE: ¿Qué otros podcasts sueles escuchar?

HG: Muchos. Suelo pasar por algunas fases musicales y otras de política. Hay algunos podcasts escondidos que realmente me gustan mucho. Hay algunos sobre películas muy buenos. Suelo escuchar podcasts sobre antiguos programas de radio. Me gustan un buen puñado de podcasts musicales de Luxuria Music y Garagepunk. Siempre estoy buscando y probando cosas.
JANELLE: ¿Qué opinas sobre Wolfman Jack? Parece ser una influencia en tu papel como DJ…

HG: Hace años solían emitir su programa pre-grabado. Tenía un show pre-grabado en el que se escuchaban golpetazos y música. Me encantaba su voz y sus aullidos, pero desde entonces he descubierto algunos DJs que me gustan bastante más. Sé que llegó a sacar algunos discos. Tengo un LP de principios de los setenta y es bastante molón.

JANELLE: Háblame sobre el material abstracto que grabas bajo el alias de Snuff Maximus y cómo empezaste a grabar tus discos de Haunted George.

HG: Snuff Maximus es un seudónimo que estuvo existiendo durante años previamente a mi alias como Haunted George. Son algunas grabaciones abstractas, bandas sonoras y cosas de terror que he ido grabando. Era el nombre que me gustaba poner en las cassettes que hacía. Era un alias que tenía para etiquetar mi material más experimental y arty. De ahí pasé a hacer cosas como Haunted George, ya que me había acostumbrado a grabar lo que hacía. La diferencia radica en que bajo el nombre de Snuff Maximus nunca he hecho dos veces lo mismo y además nunca he actuado en directo. Tampoco he editado nada.
JANELLE: Supongo que The Beguiled, Satan’s Cheerleaders, The Black Panthers, The Necessary Evils y The Sound Lab… ya no existen... ¿Hay algún otro proyecto o banda de la que hayas formado parte? ¿Echas de menos estar en un grupo? ¿O te basta con vivir de forma solitaria en el desierto la mayor parte del tiempo, haciendo cosas como Banda-de-un-Solo-Hombre y con los podcasts?

HG: Desearía tener más tiempo. Me gustaría hacer más cosas. Supongo que tocaré en el concierto de reunión que ofrecerán los “Necessary Evils" en el Budget-Rock de San Francisco este mismo octubre. Será la primera vez que toquemos juntos en nueve años. Al día siguiente tocaré el bajo con Thee Cormans en algún loco show junto a los Mummies. Será divertido tocar de nuevo con una banda, pero me gusta mucho tocar el enloquecido estilo de Haunted George.

JANELLE: ¿Qué vas a editar en tu sello Dimension Zero?

HG: Tan sólo cassettes de tirada limitada y CD-Rs para los amigos.

JANELLE: En el blog de Peacedogman comentabas que te habías lanzado a hacer tu propia película. ¿Qué ha ocurrido con ese proyecto? ¿Vas a hacerlo? ¿Ya está terminado? ¿Te referías a ese corto de youtube que subiste en tu myspace de Snuff Maximus?

HG: Tengo grabados 47 minutos de esa película. Durante todo este año no he hecho ninguna toma más. En mi antiguo trabajo en Hollywood tenía todo lo necesario para editar lo que fuese, pero ya no trabajo allí. Empecé a hacer lo del “Haunted Shack Theater”, “American Crow” y otras cosas, por lo que puse la película en barbecho. La quiero acabar, pero ahora mismo no tengo tiempo. La siguiente fase será hacer algunos efectos especiales en los que estoy trabajando. ¡Maldición! Realmente me gustaría volver a trabajar en ese proyecto. Podría ser mi “El Topo”.

JANELLE: Así que estás trabajando en un nuevo álbum. ¿Está terminado? ¿Sobre qué trata, cuándo aparecerá a la venta?

HG: Ya está terminado. Va a ser un EP de seis canciones que se titula “Where’s Charlie Jones?” y un LP de 15 canciones con el nombre de “American Crow”. Acabo de recibir un test pressing del EP el otro día, así que creo que sólo faltan un par de semanas para que salga al mercado. No sé cuál es la fecha oficial de salida de “American Crow”, pero me imagino que será algún día de estos. “Where’s Charlie Jones?” saldrá sólo en vinilo, pero “American Crow” saldrá en LP y CD. ¿Que de qué va? Bueno, si “Panther Howl” y “Bone Hauler” son una especie de discos de folk y country, y “Pile o’ Meat” es el disco de rock & roll, entonces “American Crow” es death-rock.
JANELLE: En este mismo número le hacemos una entrevista a King Louie, y hace ya un tiempo, cuando empezamos con la revista, entrevistamos un par de veces a nuestro amigo Bloodshot Bill. Parece que es una buena época para las One Man Bands. ¿Crees que el hecho de que haya tantas se debe a que resulta muy difícil encontrar algunos colegas que quieran tocar, por lo que hacerlo solo se convierte más en una necesidad que en otra cosa?

HG: Supongo que será más una cuestión de que la gente ve lo que otra gente puede hacer e intentan hacerlo ellos mismos.

JANELLE: Alguna vez has comentado que fueron bandas como The Black Lips, Demon’s Claws, y BBQ (que nos encantan, y a los que ya hemos entrevistado en nuestra revista) la razón de que empezaras a tocar de nuevo, ya que no te gustaba demasiado tocar en directo. ¿Te pidieron ellos que tocases?

HG: Bueno, mientras estaba grabando toda esta música en mi garaje, se me ocurrió que podría tocar alguna vez en directo, aunque tampoco me moría por hacerlo. No me importaba demasiado. Cuando empecé a indagar un poco, conocí a algunas personas que me dijeron “Tal y tal van venir a mi ciudad para dar un concierto y si quieres puedes tocar con ellos”. Fue en ese momento cuando empecé a tomarme en serio el tema de tocar de nuevo en directo.


JANELLE: Cuando entrevistamos a Demon’s Claws en nuestro último número, Pat Meteor nos estuvo hablando sobre el tour Europeo: “Estuvimos visitando el donjon [mazmorra] de un castillo en Dinamarca junto a Haunted George y los Lamps… y nos la jugaron al estilo inglés, por lo que nosotros tuvimos que pagar su entrada… vaya mamones… aunque me siguen cayendo bien.” ¿Qué es lo que ocurrió!? ¿Qué tal la gira?

HG: No tengo ni idea de a qué se refiere. Recuerdo que visitamos algunos castillos. La gira estuvo bastante bien. Me gustaría volver de nuevo a Europa.

JANELLE: ¿Y cómo se cocina una buena serpiente de cascabel? ¿A la barbacoa? ¿Has tenido encuentros en el desierto con algún extraño animal? ¿Hay cosas que te pueden llegar a asustar por la noche?

HG: Hay que cocinarla lentamente, porque su carne es muy correosa. En realidad la serpiente es un largo músculo con boca y tripas en su interior. Hay que cocinarla lentamente hasta que la carne se desprende del hueso. Las costillas son tan pequeñas como las de un pez. La próxima que atrape la voy a cocinar con un poco de sal y pimienta, así podré sentir el verdadero sabor de la carne.

Los pájaros que se pueden encontrar por aquí son mis favoritos. Me gustan la codorniz, el cuervo, pero el correcaminos es el mejor. Creo que no hay nada capaz de asustarme por la noche. Las noches son preciosas. Si la luna ha pasado su cuarto creciente, habrá la suficiente luz como para poder andar a gusto. Los paseos con luna llena son algo verdaderamente "cool". Para encontrarte más seguro tienes que ir por un camino que ya está trazado.
BOB: ¿Qué más te gusta hacer? ¿Te gusta el arte popular “outsider”? Si yo tuviese tiempo y recursos empezaría a reconstruir la antigua casa del terror de un parque de atracciones. ¡Una al estilo de la del Belmont Park de Montreal, que visité de niño en los setenta! ¿Eres consciente de que cualquiera de las antiguas siguen funcionando porque a ningún adolescente le impresionan demasiado las actuales, llenas de máscaras de Scream y motosierras falsas? ¡La verdad es que dan mucha pereza!

HG: Hace un par de años conocí a un tío que vendía en ebay una casa de la risa/ casa del terror por 1000 dólares. Era de Vancouver, pero el que se la comprase tenía que viajar hasta allí con un camión para poder llevársela. Era la clásica que podías montar y transportar con un camión. Estuve dándole vueltas para ir a por ella y traerla hasta aquí. Cuando viniesen los amigos a verte, podrías decirles: “¿os gustaría dar un paseo por mi Casa de los Horrores?” Sería la cosa más "cool" del planeta, pero la logística y el precio del camión, además del coste de cruzar la frontera, suponían demasiado dinero.

JANELLE: Creciste leyendo la revista “Famous Monsters”, ¿no es cierto? ¿Fuiste uno de esos chavales que enviaban su foto disfrazado como Lon Chaney y escribían: “¡Cuando sea mayor me convertiré en un Hombre-Lobo!”? ¿Qué otras revistas y libros te gustaban? ¿Quizá algunas cosas de la editorial Warren como “Eerie” y “Creepy”?
HG: Estaba suscrito a Fangoria. Les envié algunas cosas. Tenían una sección para los fans en la parte de atrás de la revista. Supongo que solía comprarme el “Famous Monsters” en el supermercado. Todas las cosas de la Warren se podían encontrar en el Alpha-Beta o en el Stater Bros, en la zona de las revistas. En ese supermercado también me compraba algunos cómics.

JANELLE: ¿Y qué hay de la chapa del club de fans de “Famous Monsters”? ¡Imagino que tu Haunted Shack estará repleto de coleccionables de Monsters bastante molones!

HG: No son los suficientes.

JANELLE: Ya que este es nuestro número de Halloween, ¿tienes alguna aterradora historia que contarnos o alguna melodía que recomendar a nuestros lectores?

HG: He programado un par de podcasts para octubre. ¡Uno de ellos será el especial de Halloween de Haunted Shack! El otro será algo muy bueno y aterrador para el otoño. “Where’s Charlie Jones?" estará a la venta durante la misma época y es más que probable que también tengáis listo mi disco, “American Crow”.

JANELLE: ¡Gracias por todo!

sábado, 23 de abril de 2011

James White's Flaming Demonics


James White's Flaming Demonics
(Ze, 1983)

1-The Devil Made Me Do It
2-Boulevard Of Broken Dreams
3-Rantin' And Ravin'
4-The Natives Are Restless
5-Caravan / It Don't Mean A Thing / Melt Yourself Down
6-I Danced With A Zombie

Bonus Tracks

7-White Meat
8-Town Without Pity
9-Hyp No Tease

AQUI.

jueves, 21 de abril de 2011

KILL ME TOMORROW - TOUR CD-R EP



KILL ME TOMORROW - TOUR CD-R EP
(2007)

1-How Are Things
2-Uncertain Guarantees
3-In Mom Jeans
4-Cold Time
5-Attendance

AQUI.

miércoles, 20 de abril de 2011

JACKKNIFE UNRELEASED


El mismísimo McKinley Richards ha empezado a inundar youtube con video-clips caseros de Jackknife, incluyendo algunas canciones surgidas de su inédito tercer disco ("Lust and Kisses").

*** UP JUMPED JACKKNIFE (LIVE)
*** MARTIAN BOY BLUES
*** I HEARD YOU KNOCK
*** THREE YEARS
*** MARTIAN BOY
*** BABY COME BACK
*** ALL NIGHT LONG
*** 3 YEARS

Y aún se pueden escuchar sus geniales discos, cortesía de esta, tu casa:

*** DRUGSTAR ´69 LP
*** ALL MY BLUES FOR SALE 7"
*** KILL-O-ZAP 7"
*** JACKKNIFE AS LIVE AS IT GETS! BOOTLEG
*** FLAT TOP FUCKER 7"
*** REAL FOLK BLUES 10"
*** COME ON! 7"
*** WISH YOU WERE HERE 7"
*** MY GIRLFRIEND´S BACK 7"
*** I WON´T BE HOME FOR CHRISTMAS 7"
*** SAN FRANCISCO BEAUTY QUEEN 2X7"
*** HAPPY BIRTHDAY, BABY JESUS 2XCD (COMPILATION)
*** POOP ALLEY TAPES CD (COMPILATION)
*** LIVE JABBERJAW ´94 BOOTLEG

*** ACTUALIZADO 04/02/2012: Otra canción del tercer disco de Jackknife (Lust and Kisses, inédito): AMERICAN HISTORIES

*** ACTUALIZADO 04/02/2012, CANCION INEDITA (LIVE KPFK): TEEN DANCE DEBBIE

BONUS:

*** Entrevista con el grupo

*** DISCOGRAFIA EN GRUNNENROCKS

domingo, 17 de abril de 2011

BIG STICK - PRO DRAG



Big Stick – Pro Drag
(Pow Wow Records, 1995)

1-Panther
2-Summerday
3-Daddy Long Legs
4-Girls on the Toilet
5-Curly Gurly
6-Petula
7-Tip Of My Heart
8-Bumblebee
9-Baby In A Bathtub
10-Free Woman
11-Racoon River
12-Bottlecap
13-Yea I Know
14-Girls On The Toilet (Ol' Debby Dapues Remix)
15-You Better Not Be Spendin' No Money On No Racecar
16-Do Not Rape My Sister At The Municipal Pool

AQUI.

*** BIG STICK - CRACK N´DRAG

*** INTERVIEW
*** ROCKUMENTARY

viernes, 15 de abril de 2011

DESDE EL INFIERNO: CORRESPONDENCIA ENTRE ALAN MOORE Y DAVE SIM (2 de 7)

“Desde el Infierno: Correspondencia”, (1997), cartas entre Alan Moore y Dave Sim en Cerebus números 217 a 220; reimpresas en “The Extraordinary Works of Alan Moore”. Parte 2 de 7. Traducción de Frog2000. Primera parte.

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Dave Sim


Bueno, en realidad ya hemos puesto la carne en el asador, ¿verdad?


Mi punto de vista sobre cómo están diseñadas las cosas (que he podido refrescar un poco al leer tu respuesta) se parece en su mayor parte al tuyo, pero haciendo hincapié en algunos otros aspectos. Como me has comentado por teléfono sobre el tema: “Todo esto parece ser muy subjetivo, ¿no crees?” Y de hecho lo es. Bajo mi punto de vista, el éxito conseguido por el Judío Que No Puede Ser Nombrado Como Dios y su modificación/ corrupción 
(dependiendo de cuál sea tu subjetivo punto de vista) cristiana posterior puede deberse a la idea de Gran Unidad, que tan desligada está de la tremenda complejidad de las creencias que se tenían en el Mundo Antiguo. Todo es Uno y lo es al mismo tiempo. Llámalo si quieres el nivel de DNA que llevamos insertado en nuestra propia visión del Big-Bang, obtenido en una época en la que las mejores mentes seguían perplejas porque los planetas simplemente parecían estar vagando por los cielos como si fuesen bolas de pinball ralentizadas. Puede que esa fuese la suma y esencia completa de todo lo que alcanzaron a comprender, aunque todo el sufrimiento que se produjo a lo largo de esos siglos bien se puede atribuir al hecho de que con eso ya tenían suficiente (pese a cualesquiera que fuesen sus mitologías y sus fábulas morales que representaban todo lo demás.) Bajo mi punto de vista, la divisa en latín que enarbolan en los Estados Unidos lo refleja muy bien: E pluribus unum (“De muchos, uno”, o dicho más extensamente: “de muchos, uno. Y hubo uno que se convirtió en muchos".) Todos los aspectos de la misma deidad manifestándose a lo largo y ancho de un montón de culturas y religiones diferentes. Y ese me parece un rasgo inherentemente positivo, productivo y que merece mucho la pena. Sería muy satisfactorio poder rebobinar mentalmente la cinta, desfragmentarla, y esforzarnos en creer que dicha Unidad original es la reflexión central de todas las demás. 

Estoy de acuerdo con tu observación de que la luz (o La Luz) se polariza en dos frecuencias, una en su aspecto masculino, y otro en el femenino. Lo que yo intentaba expresar al final de “Church & State”, pero destilado para que sonase como si fuese un octeto, terminó convirtiéndose en un “fue ÉL quien lo llevó a cabo”. Pero al final de “Reads” terminaba siendo un “fue ELLA quien lo llevó a cabo”. No estoy muy seguro de que realmente tengamos nada que hacer con La Luz (después de todo, lo que sabemos del Universo conocido se parece mucho más a un cul-de-sac sin rumbo comentado desde un suburbio del cosmos que parece no importarle a nadie.) De todas formas, en los últimos tiempos me encuentro cómodamente instalado en la noción de que ese Dios, La Luz, es (en efecto) masculino (ya que la reproducción como tal representa una especie de premio de consolación, después de que el invasivo acto de mala fe -en realidad un enorme malentendido conocido como el pecado original- tuviese lugar.) Las malas noticias son que nos estamos alejando cada vez más de la iluminación. Las buenas noticias son que cada vez hay un número mayor de nosotros que intentamos alcanzarla. Me he frenado mucho a la hora de contarte todo esto cuando nos reunimos allá en 1988, porque (con mucho remordimiento) pensaba que: “bueno, ahí lo tenemos, en cuanto se publique “Reads” Alan será el primero en ponerse en la línea defensiva contra el ostracismo que me va a rodear por parte de la comunidad de devotos del pensamiento correcto acerca de la unidad hermafrodita Dios-Diosa”.) Me parece tremendamente gratificante que tengamos la oportunidad de charlar sobre  qué nos parecen las cosas a cada uno de nosotros... sin tener una ¿sensación?... de amenaza. Incluso aunque sepa positivamente que tú estás equivocado.

Tan sólo bromeaba.

También me ha interesado mucho tu observación acerca de qué es lo que debería captar la atención del lector cultivado (y -supongo- que entiendo bien la sensación que intentas transmitir.) Quieres llevar a cabo una especie de ataque de guerrilla contra la psique, las sensaciones y las emociones que solemos captar en general. Creo que en From Hell en particular lo lograste de forma muy eficiente. Esa frase en la que Gull le dice a Netley: “¿te das cuenta de que sólo comparto mis pensamientos privados contigo, en reconocimiento a tu total falta de conocimiento?”, y Netley le responde: “Por qué... se lo agradezco, señor... no sabría decirle todo lo que eso significa para mí.” Gull: “Ha, ha, ha. Claro. Porque, por supuesto, no podrías. Precisamente por eso confío en ti.” Por una parte me parece mucho más que un recurso literario. Tuviste que rellenar el segundo volumen con todo lo que pensabas sobre la configuración del pentagrama, así como incluir todo lo que habías descubierto durante tus investigaciones, para luego poder injertarlo en la figura de Gull. Además tenías que encontrar una buena razón para que él pudiese gritar bien fuerte lo que pensaba (esa última parte debe haber sido la más difícil de manejar de todas.) Acaba siendo como una analogía de una experiencia mística, una especie de vértigo de encontrarse a uno mismo En el Interior de un misterio. Y además nos permite pensar a los lectores: “Ese Gull ha perdido la cabeza. Eso es lo que Alan quiere decirnos realmente”, lo que hace que el lector simpatice finalmente con Netley, ya que puede mantener un sentimiento de superioridad hacia él.) Cuando nos empiezas a conducir por St. Paul (y debería decir que el Sr. Campbell se superó a sí mismo en la parte que le toca de ese tour por Londres) todo el monólogo parece tener una calidad predeterminada, un eco resonante que parece exudar la misteriosa experiencia de lo que puede encontrarse en nuestro Interior. C
uando incluso el propio Netley lo ve como algo imperativo, hasta el lector menos perspicaz querría salir pitando “hacia el exterior”.
Desde luego, claro que comparto el punto de vista de que no perjudica a nadie hablar abiertamente con otros guionistas sobre nuestro trabajo. Normalmente, el ladrón por naturaleza se hará un lío y no merecerá la pena preocuparse por él, y el auténtico creativo normalmente intentará convertir lo que ha escuchado en algo nuevo y diferente en cuanto lo haya filtrado utilizando su propia experiencia. Por esa razón, la nueva obra terminará convirtiéndose más o menos en un “cruce polinizado”. Lo que nos lleva a los asesinatos concretos que se relatan en From Hell. Recuerdo haber charlado contigo por teléfono y preguntarte cómo estaba progresando la obra, y me dijiste que las partes que aludían a los asesinatos te estaban suponiendo un gran esfuerzo. Porque había mucha información sobre la que tenías que hablar y hacerla encajar en su sitio, y no estaba demasiado claro cuánto espacio ibas a necesitar para hacerlo. Me refiero a que no creo que te estuvieses tirando de los pelos ni nada parecido, sino que tan sólo estabas remarcando por lo que estabas pasando al igual que lo haría un escalador al toparse con un accidente inesperado en el terreno. ¿Qué nivel de dificultad alcanzaba el problema al que tuviste que hacer frente? ¿Alguna vez has tenido momentos de desesperación y/ o problemas que hayan logrado que te superes a ti mismo? ¿Tienes alguna forma interesante de responder a unas preguntas tan vagas y pedestres?

Alan Moore
Supongo que la respuesta más corta es “no”: estoy seguro de que todo el mundo se sentirá aliviado al escuchar que mi pelo sigue siendo la misma rica, ondulada y lujuriosa cascada peluda y castaña que siempre ha sido, sin ninguna calva que lo afee por ningún lado. Por otra parte eso no quiere decir que la tendencia que tienen los datos a aumentar en manos de uno no supongan todo un problema.

Al mirarlo en retrospectiva, me imagino que es un problema que podría sonarle familiar a cualquiera que haya hecho una obra en la que haya tenido que hacer un trabajo de investigación o que pueda ser incluida en el género del seudo-documental. Y me llama mucho la atención que la naturaleza de ese fenómeno sea probablemente matemática. Hay una figura que se usa frecuentemente para ejemplificar las matemáticas fractales conocida como el copo de nieve de Koch. Básicamente es un triángulo equilátero. Tienes que introducirlo en un programa de ordenador iterativo, luego le ordenas a la máquina que le anexe un triángulo equilátero más pequeño, exactamente de la mitad de tamaño del original, en cada una de las tres caras que se encuentran a la vista. Entonces el ordenador añadirá la mitad de triángulos equiláteros a cada una de estas doce nuevas facetas, haciendo que la forma básica de estrella sea cada vez más puntiaguda y dotándole de un montón de nuevas facetas, ya que el ordenador continuará añadiendo mitades de triángulos equiláteros hasta el infinito. Como te podrás imaginar, a cada nueva repetición del programa, la línea perimetral de la forma original será cada vez más espinosa y compleja. Lo interesante es que como se puede dibujar el triángulo equilátero original sin un círculo que le proporcione diámetro y área, el área resultante de esta especie de figura con la forma de un copo de nieve nunca llegará a exceder el área del círculo original. El perímetro del copo de nieve, por otra parte, podría llegar a ser infinito.
Otra forma de ejemplificarlo es haciéndote la siguiente pregunta: “¿Cuál es la longitud perimetral de Inglaterra?” Sencillamente, no existe respuesta a tal pregunta, porque es relativa a la medición que se nos ocurra usar. Si por ejemplo tienes una regla de una milla de longitud y recorres Inglaterra de un punto a otro y sumas el total, obtendrás una cifra precisa, pero sólo para alguien que vaya a utilizar una regla similar. Obviamente, si usamos una vara de medir o medimos en pies podrías medir todas las irregularidades que habrían sido obviadas usando la regla anterior. Eso te proporcionaría una cantidad mucho mayor de longitud perimetral. Si te deshicieses de la regla para medir en pies y usaras un micrómetro, entonces la cantidad resultante podría ser mucho mayor. En realidad, si midieses cada vez con instrumentos más y más precisos, se podría afirmar que el perímetro del país tiene unas medidas infinitas, aunque el área básica de terreno no haya cambiado ni tan siquiera una pulgada.

Ocurre lo mismo con From Hell: los asesinatos de Whitechapel tuvieron lugar en un período de tiempo concreto y se produjo un número limitado de víctimas. Si echamos un vistazo al campo de información que suele cubrirse, a primera vista parece que se encuentra contenido por unos límites claramente definidos. El problema principal queda expuesto del todo en los detalles superficiales. Pero cuanto más se van aclarando los detalles, cuanto más de cerca los examinemos, entonces la “superficie” narrativa también se empezará a convertir en algo mucho más espinoso, complejo y fractal. El perímetro de la historia comenzará a extenderse hasta el infinito. El espacio y tiempo necesarios para cada episodio seguiría expandiéndose.


Como decía antes, fue esta la causa del problema al que no pude anticiparme, pero me imagino que sería mucho peor para Eddie que para mí. Escribir veinte páginas extra no supone ni de lejos una carga física y mental tan enorme como dibujarlas.

Después de consultarlo con Eddie, estaría tan solo parcialmente de acuerdo con la evaluación que has hecho sobre el paseo de aprendizaje de Gull y Netley del capítulo cuarto. Aunque también pienso que es una de las composiciones de la serie más asombrosas, y si me hubieses preguntado en esa época la habría catalogado como una de las mejores cosas que he hecho jamás aunque sólo fuese por el tremendo poderío narrativo que requiere sostener el interés visual durante un prolongado tour alrededor de un grupo de edificios relativamente poco atractivos, sin embargo creo que a partir de ese punto el trabajo de Eddie empezó a evolucionar hasta convertirse en algo mucho más poderoso. En mi opinión, el décimo capítulo, el capítulo dedicado a Marie Kelly, supera cualquier cosa que podamos haber visto antes. Sigo sin tenerlo decidido, pero creo que el capítulo final podría ser incluso mejor.

La evolución de Eddie como dibujante a lo largo de la obra fue fenomenal, especialmente si tenemos en cuenta el jodido gran talento que ya tenía cuando todo empezó. Normalmente me quitan más el aliento los pequeños detalles que las partes más obvias que se supone que deberían hacerlo: por ejemplo, la gracia y solidez natural de las manos en primer plano de un personaje. La composición de los azulejos de la pared cuando Abberline vomita en los lavabos de Scotland Yard. El aliento del caballo. Las sucias luces miasmáticas de Oxford Street. Sin la fuerte seguridad y el sentimiento de naturalidad humana que envuelven los lápices de Eddie, dudo que ni siquiera hubiésemos intentado hacer alguno de los imaginativos vuelos metafísicos que para mí, abastecen los puntos más elevados de la narración. Lo mires por donde lo mires, creo que también te parecerá un logro visual abrumador.

Y entonces va y lo arruina todo en las ocho páginas del maldito epílogo.
Dave Sim


Intentaré dar otro paso especulativo más diciendo que From Hell me parece una especie de conjuro, articulando así mi tesis de que deberían haber aparecido “X” números de cabezas de Abberline protagonizando su propia secuencia con el fin de que los reinos de los ricos del mundo se postrasen a tus pies. “¿Campbell?” (¿tal vez sea él tu propio Netley para tu personalidad de Gull?) “¿Síseñor, Míster Moore?” “Tráeme algo con lo que golpearte.”

Una vez tuve la oportunidad de ver un Bacchus [Baco] de forma anticipada y me apresté a escribir
 algo bastante extenso sobre Eddie, por lo que la verdad, estoy poco dispuesto a añadir ninguna sutileza más sobre su dibujo. Aún así he de decir que el estilo de dibujo de Eddie me parece uno de los más atractivos –sino EL más atractivo- de nuestro medio. Su uso de los trazos más finos y los retazos acuchillados de negro –puede que Krigstein sea el único precursor estilístico- hizo que mi mano de dibujar se pusiera a temblar nada más ver lo que él era capaz de conseguir. Recuerdo que en una de mis visitas al otro Northampton le enseñé a Bissette las fotocopias de Alec y de Bacchus que me había enviado. “Qué bonito,” fue su amable evaluación. Tenía toda la razón, pero un estilo más bonito no habría encajado en From Hell. De hecho me resulta imposible pensar en nadie más que hubiese sido capaz de dibujar esta obra, apreciación con la que estoy seguro que estarás de acuerdo. Todo lo que tengo que hacer ahora es dibujar la portada de Eddie para el “aún en proceso” Dance of the Gull-Catchers y empezar a carcajearme disimuladamente de él. No está mal para una portada que todavía-no-ha-sido-dibujada, ¿no es cierto? De acuerdo, ya es suficiente. De lo contrario el bastardo sería capaz de hacer que me cortasen las bolas en su jodido comic-book.
Bueno, la siguiente pregunta que voy a traer a colación (y para evitar seguir parloteando durante cinco páginas más voy a enumerarla cuanto antes), es una que está centrada en nuestra conversación de 1988. En aquel entonces tenías un buen número de ideas verdaderamente asombrosas sobre la energía (para el lector más literal, energía significa eso mismo) que parece liberarse en un acto de asesinato. Eran asombrosas e inquietantes (y he de confesar que soy una persona que se enorgullece de sí misma y que por lo tanto no es capaz de inquietarse fácilmente... y a la que le divierte mucho cuando ocurre.) Hablo de la atmósfera de carnaval que parece rodear a la escena en la que encuentran el primer cuerpo (diseñada desde el punto de vista del único policía que vemos de guardia), insertada justo antes del macabro caos que se produce al día siguiente. Definitivamente creo que es una buena forma de representar dicha liberación de energía, ¿no? Una obvia “onda en el estanque” inicial, algo que podría parecer evidente si lo pudiésemos observar en un “mapa de alta definición”. Dejaré que continúes a partir de este punto.

Alan Moore

Esa especie de efecto dominó del que hablas tan sólo es el primer modelo que uno debería ser capaz distinguir en un “mapa de alta definición” inicial. De hecho, cuando pienso en ello y lo reviso, tengo que decir que ahora me parece que tiene que ver menos con el efecto dominó y más con un patrón de distribución de ondas de choque: disponemos de un área central completamente devastada que se encuentra en los relativamente pequeños confines de Whitechapel y que transcurre durante un período de tiempo relativamente pequeño, otoño de 1888. Dispersándose a partir de ese punto se empiezan a distribuir una serie de elementos que a primera vista parecen tener cierta relación con el punto de impacto inicial hasta que se llega a otro punto en el que algunos de los sucesos o personajes relevantes colisionan con el entorno de la historia de una forma explosiva. Dichos elementos o puntos son, aparentemente, producto del azar, y a su vez están distribuidos a ambos lados del lugar de impacto inicial, que es como decir que provienen tanto del pasado que precede a dichos sucesos como que se están dirigiendo hacia el futuro que aún está por llegar. El suceso puede verse como una especie de extraña formación o entidad cuatri-dimensional, con puntos coincidentes o incidentes significativos que van marcando los extremos de la existencia y los límites y la extensión durante todo el tiempo abarcado.

El resultado inmediato más notable de esta meta-forma y su efecto en la conciencia humana histórico-lineal de tres dimensiones habitual supongo que podría describirse como si fuese una especie de glamour. Supongo que con eso me estoy refiriendo a que tiene glamour tanto en el sentido más convencional de “el glamour que suele rodear a un asesino y sus crímenes” (el atractivo que puede poseer a ojos del “público”), como en el sentido mágico-medieval de “glamour: encantamiento, hechizo, conjuro.” Francamente, no creo que exista una verdadera diferencia apreciable entre ambas definiciones, ya que ambas tendrán exactamente el mismo efecto al ocupar el mismo espacio oscurecido y concreto, produciendo una deslumbrante obsesión en las mentes de cualesquiera que puedan sufrir sus efectos.

Los primeros efectos (si se ignoran por un momento algunos antecedentes como los de Jekyll y Hyde o “Ghost of Flea” de Billy Blake) son aquellos que se manifestaron en las calles de Londres y Whitechapel durante la época en la que ocurrieron los asesinatos. Por extenderme un poco más, dichas manifestaciones estarían muy cerca de la explosión central, tal y como decía antes, por lo que la reacción fue mucho más “pura” y extrema que las siguientes que surgieron con el paso del tiempo o a mayor distancia. Quizá sea posible recoger una cantidad de información real mucho mayor de dichas reacciones iniciales que de las que se produjeron más tarde, porque estas últimas estaban mucho más elaboradas.

Por ejemplo, parece como si a todo el mundo se le hubiese contagiado parte de la locura que impregnó la época en la que el Destripador estuvo sembrando el pánico. Los anales de los asesinatos de Whitechpael están llenos de personajes insólitos que actuaban como detectives aficionados que patrullaban Whitechapel con la cara pintada con maquillajes oscuros o haciendo apariciones, medio enloquecidos, en lugares públicos con la ropa ensangrentada y murmurando cosas sobre apuñalamientos a mujeres. Los hombres de Londres, o al menos un pequeño pero importante porcentaje, parecía como si lo único que hicieran fuese escribir a los periódicos relatando soluciones salvajes y heroicas para capturar al asesino, o sufrir enfermas fantasías masturbatorias en las que pretendían que ellos mismos eran el criminal. Si sólo hubiesen sido los hombres los que fueron afectados por los crímenes entonces tendríamos un retrato de diversidad bastante fidedigno y éticamente contemporizado al que poder enlazar nuestras observaciones contemporáneas, pero no es el caso.

De acuerdo con los reportajes de la época, l
as mujeres del East End también fueron dominadas en parte por una especie de morbosa fascinación por los asesinatos. Muchas hablaban casi como si quisieran engrosar ansiosamente el recuento del asesino. Hablaban sobre quiénes podrían llegar a convertirse en las siguientes víctimas. Algunos comentaristas han remarcado que casi parecía como si fantasearan fogosamente con que se produjese dicha eventualidad. Cuando lo revisamos ahora parece bastante preocupante. Realmente creo que merece una verificación, aunque es probable que lo más prudente sea no tomar conclusiones precipitadas. Cuando la preguntaron, una mujer comentó lo atractivo que le parecería convertirse en una de las víctimas, simplemente por todas las cosas agradables que la gente estaba diciendo sobre las mujeres asesinadas. Eso implica que ser destripada para luego ser agasajada por los demás parecía bastante encantador. Teniendo en cuenta que con toda probabilidad la vida de esas mujeres podía no extenderse durante mucho más tiempo (hablamos con las estadísticas en la mano), la muerte por malnutrición o por el nacimiento de un retoño, o por una cirrosis, seguro que no eran formas preferibles de morir en lugar de hacerlo instantáneamente a manos de un asesino. Además, ser asesinado por alguien célebre de alguna manera te conecta con el propio criminal mediante el propio acto del asesinato... quizá sea como el síndrome de Mark Chapman, pero al revés... y por supuesto, al final la gente se acordará de ti.

Yo mismo he llegado a la conclusión de que dicho fenómeno, que se suele producir tanto en hombres como en mujeres, es como una especie de eco del estado mental de la época. Richard Dawkings lo llamaría “meme”, una información equivalente a un gen. Una especie de idea que es como un virus que se replica y que empapa nuestra Sociedad e influye en nuestra forma de pensar y en nuestros actos. Rupert Sheldrake, mucho menos respetable que Dawkins, lo llamaría resonancia morfo-genética, una forma de conocimiento que se reproduce a sí misma y que Sheldrake denominaría “campo morfo-genético”. Por mi parte, al ser mucho menos respetable que estos caballeros, diría que parece que los asesinatos son eventos que ocurren no sólo en el mundo material “real”, sino que también entrarían en el terreno del “Idea Espacio”, una especie de lugar central, campo, espacio o dimensión en donde se producen los pensamientos. Creo que al menos, dicho espacio podría ser un lugar común en lugar de uno individual; con lo que estoy intentando decir que ese “espacio” afecta hasta cierto punto a todas las conciencias, y también me parece un lugar al que todos podemos tener acceso. En ocasiones ciertas ideas o nociones parecen estar por “ahí” plantadas y suele decirse que “están en el aire.” ¿Qué se quiere decir con esto? Cuando James Watt inventó la máquina de vapor, algunos otros inventores habían tenido la misma idea de forma independiente durante más o menos el mismo período de tiempo.
Charles Fort recalcó tal acontecimiento cuando supuso que tan sólo era “la época de la máquina de vapor.” Estoy seguro de que se puede coger la idea general: esa consciencia, elevada a nivel grupal, es una especie de medio en el que las ideas o formas de pensamiento equivalen a objetos sólidos o masas compactas, y en los que la conciencia y la auto-conciencia individual pueden verse como una especie de punto móvil de toda la estructura.

En relación a los crímenes del Destripador, sugeriría que puede que la idea formada sobre Leather-Apron y sus víctimas casi se ha convertido en una figura arquetípica dentro de algún juego al estilo japonés del alma humana, o al menos, parte del “público” fue capaz de reaccionar e identificar inconscientemente a los actores principales, incluso hasta el punto de imitarlos o intentar imitar su comportamiento.  Para mí ese tipo de suposición tiene un especial interés cuando se aplica a casos como el de “el acuchillador de Halifax”, al que hago alusión en las notas del decimocuarto capítulo. En este caso no había una figura real que se encontrara en el centro de lo ocurrido. Tan sólo teníamos un eco en la mente del espectador, una reverberación sin ninguna señal de qué la había provocado.

Cuanto más nos alejamos en el tiempo del epicentro del suceso, más se irán enrareciendo sus efectos, aunque se pueden seguir notando. La mayor parte de los “serial-killers” parecen concebir a Jack el Destripador como una especie de punto referencial de su campo, casi como si fuese un santo patrón. Por poner un ejemplo, en una confesión a la policía, Albert de Salvo comentó que cuando conoció los detalles quiso superar a Jack el Destripador.

Y por supuesto, además la temática sigue resonando en nuestros medios de comunicación, en nuestras películas “slasher” y en las mentes de esos obsesivos elitistas, los estudiosos del Destripador (Ripperologists). Añádele rasgos azarosos y coincidencias hiladas al propio suceso, enlazadas tanto con el pasado como con nuestra época actual, y conseguiremos un cuadro preliminar bastante bueno de ondulaciones o patrones explosivos sobre el propio suceso, un elemento mayor que los asesinatos iniciales que provocaron el resto de situaciones. De esta forma podremos conseguir el asidero básico con el que empezar a hacer un mapa del homicidio.

Dave Sim

Sí. Me parece extraordinario en todos los sentidos. Recuerdo quedarme sentado hechizado, allá en 1988, cuando empezaste a explicar la letanía de personalidades y gente famosa que se encontraba interconectada con los asesinatos. Por supuesto, la única personalidad victoriana que yo conocía profundamente en ese momento era la de Wilde (me encontraba en medio de mis investigaciones sobre él para realizar el segundo tomo de Jaka´s Story y de lo que al final terminaría convirtiéndose en Melmoth.) A pesar de que su fin no llegaría hasta mediados de 1890, definitivamente las semillas ya se encontraban plantadas en 1888. Citaste “Lord Arthur Savile´s Crime”, una de mis historias cortas favoritas de Oscar Wilde, y por supuesto, la mayor parte de su obra central publicada a largo de su “doble vida” y que fueron la causa de su ruina. Si no me equivoco, cuando estuvo alternando en la Little College Street número trece con chaperos, “renters” y chantajistas, se encontraba no demasiado lejos de Whitechapel. Cuando se hizo la permanente le encantaba comentar que se parecía al busto de Nerón que se puede encontrar en el Museo Británico. Cuando empezó a alternar con chaperos solía contarles a sus íntimos que gustaba de “hacer fiestas con panteras.” Yo pensaba que era una hipérbole hasta que me comentaste la imagen que podría dar un matón muerto de hambre que se presentara con champán en mitad de una cena en el comedor privado de uno de los mejores restaurantes de la ciudad. El capítulo de From Hell que muestra los contrastes entre cómo empieza Gull la jornada en su cómoda y elegante casa y cómo lo hacen las prostitutas expresa esa idea de forma bastante elocuente. Parece como si el Imperio también estuviese implicado en los actos que ocurrieron, ¿no es cierto? El Imperio Global de Inglaterra, con Londres como corazón y Whitechapel como corazón de Londres. Oscar Wilde fue probablemente la mayor y única encarnación pública de la difusión del conocimiento: “¡Nosotros somos Roma! ¡Todo es nuestro para poder tomarlo!” ¿Cuántas vidas dobles se verían segadas? Cuando piensas que un montón de almas humanas estuvieron rondando por ahí para ser simplemente tomadas por unos pocos peniques, se te puede encoger el corazón.


Me gustaría volver sobre el propio Gull (o quienquiera que pudiese haber sido Jack el Destripador) a partir de ese enfoque de que fue la encarnación de la “Zona Cero”. Creo que me gustaría saber si tienes algo más que añadir a lo que he comentado sobre ese efecto dominó específico “que parece explotar hacia el exterior”, antes de continuar con otro tema.
Alan Moore

Tras recordar a Oscar Wilde y su doble vida, puede que valga la pena mencionar una obra sobre Jekyll y Hyde que tuve la oportunidad de ver en una ocasión, en la que de forma bastante convincente, la metáfora central de toda la pesadillesca historia de Stevenson se encontraba relacionada con una corriente de homosexualidad reprimida que impregnaba por completo a muchos hombres de la sociedad victoriana y posiblemente también al propio autor. Había una escena en concreto en la que un anciano y refinado caballero se le acercaba a Edward Hyde en una oscura callejuela y le susurraba algo al oído que provocaba una explosión de violencia animal. Eso… y la reacción de la esposa de Stevenson contra el mismo libro… opinando que le parecía espantoso y que no debería haber sido publicado… añade peso a la sugerencia de que quizá estaba pensado con la intención de revelar cierta cantidad de información sobre esa corriente subterránea de sexualidad asociada a Afrodita. Incluso aunque no nos centrásemos en la homosexualidad, creo que hasta cierto punto la difícil situación de Henry Jekyll resuena como metáfora de toda la Sociedad Victoriana, en donde la virtud nunca había sido tan alabada en público ni el vicio tan practicado de forma tan excesiva y soterrada. En la novela casi se puede ver el momento exacto donde la masa mental Victoriana toma consciencia total de su propia oscuridad: Hyde como la sombra de Jekyll; Jack como Gull. Los piscolabis de pantera de Wilde como una sombra de la propia opresión en la sala asexual de la sociedad.

Saltando por completo hacia otro tema, recogeré tu invitación para comentar algunas últimas palabras sobre el “efecto dominó”. Aunque es probable que 
al volcarme sobre otra forma de mirar el fenómeno, posiblemente metafórica, enturbie aún más las aguas. Quiero hablar sobre una especie de juego inventado por físicos y matemáticos con el fin de modelar e investigar el comportamiento de los inicios del Universo. Creo que lo llaman “El Juego de la Vida.”

Lo que se suele hacer es coger un tablero del juego de damas de (si es posible) un tamaño infinito (o lo puedes generar mucho más fácilmente con un ordenador) y luego dispersar al azar cierto número de damas de color negro sobre el tablero, dejando que se queden plantadas en el lugar donde hayan caído. Una vez hecho esto tienes que aplicar un par de sencillas (aunque fundamentales) reglas. Quizá una de esas reglas fuese que por cada dos piezas que dispongan de un espacio diagonal entre ellas se añadirá una pieza que cubra dicho espacio. Quizá otra de las reglas sugiriese que por cada tres piezas conectadas lateralmente en línea, la pieza central tendrá que ser retirada. Estas no son las reglas concretas del juego, ya que me temo que no las recuerdo demasiado bien, pero lo que intento decir es que las verdaderas reglas son así de simples y escuetas.

Si se aplican estas reglas a las piezas dispersas al azar en el tablero y luego se las aplicas de nuevo a las nuevas configuraciones que se van produciendo y sigues haciéndolo una y otra vez, rápidamente obtendrás patrones complejos, ordenados y bellamente radiantes que empiezan a surgir a partir de la incoherente y caótica disposición inicial. Esto nos sugiere que a partir de las condiciones simples y aleatorias que teníamos al empezar y aplicando un pequeño número de reglas básicos, puede aparecer un orden muy complejo.
Por lo tanto, si aplicásemos este proceder a los crímenes de Whitechapel y a la evolución de las teorías del Destripador que han surgido desde entonces, es posible que podamos ver cómo el suceso inicial muy bien podría estar convirtiéndose en algo completamente aleatorio y caótico. (Pienso en la persuasiva teoría de Eddie que leí hace algún tiempo en algún sitio, en donde se comentaba que con toda probabilidad Jack el Destripador simplemente era uno de los lunáticos apostados en las puertas de un asilo cercano y que cuando estas se abrían, el interfecto salía al exterior con un cuchillo de pan. Si lo pensamos bien parece una reflexión muy certera.)

Tomemos el caos inicial y sin ningún sentido provocado por el suceso y apliquémosle un par de simples reglas básicas. Para la primera regla quizá podamos fijar que “la especulación de los crímenes sólo se propagará según lo rentable que resulte hacerlo.” La segunda regla podría ser: “las especulaciones publicadas sobre los asesinatos de Whitechapel sólo serán rentables en proporción directa al grado de novedad que posean.”

Si aplicas estas dos reglas sencillas y prácticas a este caótico e incoherente suceso rodeado de derramamiento de sangre, subterfugios y elementos producidos al azar, parece posible que rápidamente podamos encontrar un metódico y espectacular florecimiento de ideas y teorías alrededor de dichos asesinatos con asombrosas matrices que ven incrementadas progresivamente su complejidad y simetría. Quizá este podría ser el patrón a partir del que nacerán el resto de ondas, o por lo menos otra forma útil de poder entenderlo, otro modelo que bien nos puede servir para explicar el suceso inicial.

Probablemente “Dance of the Gull Catchers” tratará todos estos temas, pero me parece más interesante observar el punto en el que dicha matriz de teorías e ideas difundidas y progresivamente más complejas empieza a ser consciente de sí misma, lo que quiere decir que empieza a estar al corriente de sí misma como proceso, como un ser que ha evolucionado a partir del mito inicial. Se pueden ver algunos signos en el hecho de que dicha “Ripperología” haya empezado a incluirse a sí misma como entidad en el propio campo de estudio del asesinato, como ocurre con las valoraciones críticas sobre la literatura sobre Whitechapel que aparecen en Begg, Fido y Jack the Ripper A-Z, de Skinner, junto a otra información sobre los propios crímenes. También puede verse en el desarrollo de From Hell. Supongo que lo quiero expresar es que el efecto ondulatorio inicial ha alcanzado un punto en el que se pueden observar todo tipo de enriquecidos patrones interfiriendo, superponiéndose unos a otros y retro-alimentándose, por lo que una salpicadura o una simple onda rápidamente podría llegar a convertirse en un patrón de muaré reluciente y complejo obtenido de uno de los mejores momentos de Jim Steranko. De todas formas, estas son mis actuales reflexiones personales sobre el asunto, pero seguiremos en contacto.

(continuará)

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