domingo, 29 de junio de 2008

miércoles, 25 de junio de 2008

SUPAPLEX

¿Hasta dónde puede llegar la adicción?. En mi caso hasta las 123 horas (5,125 días) que acumuló el relojito que llevaba añadido uno de los juegos con los que mis amigos y yo pasamos las grises tardes de otoño de nuestra adolescencia en el pequeño pueblo en el que vivíamos.

Menos mal que no todas las horas fueron seguidas porque entonces habría muerto, ya que no soy uno de esos super-hombres japoneses que pueden tirarse frente a una pantalla de ordenador semanas enteras. Pero sí puedo decir que la causa de mi supuesto deceso habrían sido los cuatro bits que conforman uno de los mejores juegos de la historia: el Supaplex.

Sobre el argumento no hay mucho que contar. Murphy (que parece haberse escapado de un comecocos cualquiera) es el héroe del juego. Su misión es localizar los bugs (errores) que se producen dentro de un PC (todos los niveles están ambientados en las tripas de un ordenador, con circuitos, placas base, etc) para lo que será vital zamparse, a falta de gasolina, los infotrones que encuentre y que actúan como piezas vitales de información para arreglar dichos bugs. Cuando el bicho tenga los suficientes infotrones podrá dirigirse hacia la siguiente pantalla para seguir limpiando los bugs mientras esquiva las traicioneras bolas Zonk, que taparán más de una vez su camino y producirán migrañas hasta en el jugador más avezado, huyendo como alma que lleva Satán de las peligrosas tijeras Snik Snak o intentando no explotar al contacto de los mortales electrones.

Dicha estupidez origina que te quedes pegado horas al monitor soltando barbaridades por la boca que asesinarían a un católico en el acto cuando el personaje (y tú mismo, pues cuando estás jugando te conviertes en bola y en algunos casos pensarás como una bola) falle miserablemente en su cometido.

Basado en el sistema de juego del clasicorro Boulder Dash y de su clon más famoso, el Emerald Mine, Supaplex los supera a ambos de forma eficaz. Los 111 niveles de los que consta son más atractivos, la jugabilidad más intuitiva y el diseño enormemente sofisticado para la época. Y la adicción... infinita.

En un principio sus autores, un equipo formado por estudiantes entre los que destacaban Philip Jespersen y Michael Stopp, programaron el juego para Amiga con el nombre desechado de Infotron (aunque este se utilizaría en una versión de 1994 para Mac), pero pronto diseñarían las versiones de Atari ST y MS-Dos con el horroroso nombre “Think”. Menos mal que debido a problemas legales tuvieron que cambiarlo al más sugerente Supaplex.

Los programadores consiguieron vender el juego a una empresa profesional llamada Digital Integration Ltd. para comercializarlo, pero también enviaron una demo a diversas revistas de la época.

Las buenas críticas conseguidas originó una verdadera fiebre por el bicho-bola e hizo que una legión de estudiantes fabricaran su propia versión del juego. La locura por Supaplex aún continúa con los elaborados New Supaplex (con pantallas iguales al original pero remozadas con diseño más moderno y con una música que no se hace pesada del todo), Winplex, el Rock´n´Diamonds, una versión de aspecto más cutre o el Megaplex, con niveles aún más grandes. También existe una especie de (falsa) segunda parte llamada Igor, por no hablar de los cientos de niveles diseñados por los fans del original a lo largo de todo el mundo para las diferentes versiones de Supaplex y sus respectivos clones.

Personalmente recomiendo la instalación de New Supaplex, la versión actualizada de aquél de MS-Dos que tanto tiempo me hizo tirar a la basura. Yo ya estoy superando mi propio record.

La página con mejor información sobre SUPAPLEX y dónde bajarlo está aquí.

martes, 24 de junio de 2008

IN THE NAME OF LOVE.

Bono es un hombre como no hay dos. Si no existiera, habría que inventarlo.

La afición más querida por el corto (en estatura, no se solivianten) cantante de U2 es vestir de negro mientras cubre sus enramados ojos con gafas de sol.
Nadie sabe muy bien por qué los multimillonarios se conducen como lo hacen (y menos yo, que no soy fan del irlandés ni de los multimillonarios), pero los mentideros están llenos de informaciones poco contrastadas. Lo que es cierto es que durante los malditos ochenta era muy habitual ver a Paul David Hewson (el nombre real del divo) con sus ojos al descubierto.

Quizá tenga esa enfermedad poco común llamada iritis, una inflamación del iris del ojo provocada generalmente por una enfermedad autoinmune como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante y que en la mayoría de los casos es por causa desconocida. Puede que lo que la provocase fuese su elevada edad, pero lo único de lo que estamos seguros es que a partir de su canción "The Fly" no volvió a quitarse las innumerables gafas que usa (y perdonen la expresión) ni pa´ cagar.

Esto nos lleva a pensar (como seguramente hizo él) que una forma como otra cualquiera de mejorar la situación de los seres humanos nada boyantes que pueblan la Tierra fue la que Bono consiguió llevar a cabo hasta en dos ocasiones, al mejor estilo CQC.

Acto solidario en loor de multitudes conseguido por Bono - 1: conseguir que el difunto Papa se pusiera sus gafotas.



Acto solidario en loor de multitudes conseguido por Bono – 2: conseguir que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, se coloque el posmoderno accesorio.



Conseguido, algo ha cambiado a nivel mundial.

Y es que las gafas del geniecillo no son unas gafas normales sino unas Red, una marca solidaria propulsada tanto por Bono como por Armani, Apple, American Express y Gap para luchar contra las terribles enfermedades y la más absoluta pobreza que asolan Africa aún hoy en día.

¿Y qué tiene que decir Bono a todo esto?.
Pues con su ingenio habitual, sus declaraciones a los periodistas (serios, no del corazón) pueden incluso ser tomadas como un nuevo regalo de verborrea filosófica y sapiencia infinita:

“El primer ministro Abe me sorprendió mucho al ponerse las gafas que le regalé, porque siempre he visto que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, las mira pero nunca se las ha puesto”.

También exclamó:

“El Papa Juan Pablo II se las colocó y también lo ha hecho Abe, es guay”,

con su particular gracejo.

Y para terminar, aquí tenéis algunas de las cientos de miles de gafapasta (tirando por lo bajo) que se ha visto en el gepeto de Bono de U2, ese personaje mediático que nos tiene tan encandilados como la Paris Hilton. O más.







"Qué recuerdos cuando éramos jóvenes".

lunes, 23 de junio de 2008

sábado, 14 de junio de 2008

HURRAH TORPEDO



Cuando hablamos de Noruega solemos recurrir a tópicos como “allí sí que viven mejor que en este puto país”, “la tasa de suicidios es más alta porque son gente sosa y aburrida y hay seis meses de oscuridad” o “ellos son todos altos y rubios como Thor y ellas tienen todas un pollazo”. Pero la realidad es bien distinta que aquella que se almacena en nuestro pobre cerebro, pareciendo cuando hablamos que sólo hayamos visto las cuatro calles aledañas al zulo donde vivimos y llamamos casa y de ahí el escaso rigor a la hora de balbucear información objetiva.
En España la erudición no está muy bien vista.

Pues bien, una de las sorpresas que encierran este tipo de (desconocidos) países es el grupo conocido como “Hurrah Torpedo”. Una banda de chalados (aunque su locura es la prototípica que debería tenerse a la hora de formar un grupo) que hartos de usar sólo los intrumentos habituales del rock como el bajo y la guitarra, se ponen a destruir canciones conocidas del pop mundial como “Total Eclipse of my heart” de Bonnie Tyler o a montar sus propias escabechinas aporreando lavadoras y otros artilugios domésticos modernos consiguiendo un ruido razonable, perfecto para ir a la compra en las ciudades del hiper-capitalismo. La fama del inestable grupo (que se separa y junta habitualmente, militando sus componentes en muchos otros combos, entre ellos Thulsa Doom) ha hecho que giren a lo largo de Europa e incluso que salten el charco para tocar en el celebérrimo festival South by Southwest.
Otros lo hicieron antes y los propios Hurrah Torpedo reconocen no haber inventado nada pero sí haberse divertido enormemente desde que se formaron en los primeros noventa (cuando el noise rock y el grunge aún dominaban el mundo underground) dando el atrevido bromazo (ellos mismos parecen no tomarse muy en serio lo que hacen) para dos discos en CD (Total Eclipse of the Heart – CD, 2005 y Kollossus of Makedonia – CD, 2006,) una cassette con un impronunciable “To håndfaste burgere” por título, que supongo será una especie de maqueta, y un single en vinilo “Stockholm – (7" 1995)”, todo editado por el sello discográfico Duplex, una marca que funciona también como colectivo artístico y al que pertenecen Egil Hegerberg, Kristopher Schau y Aslag Guttormsgaard, los maromos de Hurrah Torpedo.
Sus directos son inenarrables y estruendosos y sus pintas atroces, dando tanto el cante con sus cosas que han sido merecedores de protagonizar un bizarrote (por lo que me han comentado, aún no lo he visto) documental falso llamado “The Crushing Blow” (2005), realizado como parte de la campaña de promoción del Ford Fusion .
Si alguien tiene sus discos ruego me lo haga llegar de alguna forma alegal.

Gracias Jaime Deep Fried Brains, por descubrirme esto.

sábado, 7 de junio de 2008

MONSIEUR JEFFREY EVANS, DON HOWLAND - TOUR SPLIT

En esta bitácora se quiere mucho tanto a Don Howland como al prolífico Monsieur Jeffrey Evans.
Ambos lideraban el grupo de culto blues-punk más celebrado de todos los que funcionaron durante los ochenta, los fantabulosos Gibson Bros.

De este split single (muy complicado de conseguir; yo tuve que vender mi alma al innombrable) se editaron 450 copias en vinilo azul como apoyo al tour conjunto que hicieron en abril de 2001 por Francia, Bélgica, Alemania y los Países Bajos. Reparte una cara para cada uno de los músicos y mientras en la suya Don Howland vuelve a machacar una de sus mejores versiones, Cowgirl Blues (original de Jessie Mae Hemphill), el Sr. Evans junto a Alicja Trout (con la que también editó un CD-R con el nombre de CC Riders por la misma época) y Nick Diablo rehacen el tema Sweatshop Blues de Claude Long.
No hay portada al uso, pues recreando los primeros singles de vinilo tan sólo trae la típica funda de papel (igual que Blues Explosion hicieron en sus celebradas Jukebox Series).



"EL SEÑOR DON CON SU ANTIGUO GRUPO BASSHOLES"



"EL SEÑOR JEFF, CREPUSCULAR"

Don Howland / Monsieur Jeffrey Evans - Tour Split 7"
(dB's Records, 2001)

1-Don Howland: Cowgirl Blues
2-Monsieur Jeffrey Evans: Sweatshop Blues


Disfrutadlo aquí.

CRISIS EN LOS PULMONES INFINITOS

Hace mes y medio mandé a tomar por el orto el tabaco y después de batallar duramente, he vuelto a mis tranquilizadores veinte cigarrillos diarios.

¡Tabacaleras, recoged vuestro puto beneficio!

¡Toma grasa, toma ansiedad, a ver quién gana!

¡Llamas a mí!





lunes, 2 de junio de 2008

MINISTRY - THE LAND OF RAPE AND HONEY



Ministry pueden ser una de las antítesis del sonido de la hiper-violenta banda de noise puro Whitehouse. Donde estos aborrecen el uso de percusión, "The Land of Rape and Honey" del Ministerio está plagadito de baterías remezcladas, tuberías cayendo violentamente contra suelos de hierro, metales chocando y huesos quebrándose que le dan un característico toque operístico.

El disco, tercero en la cuenta de la banda formada por Al Jourgensen en 1981, consigue con sus tres primeras canciones (“Stigmata”, “Deity” y “Missing”) superar con creces anteriores aventuras gracias a la mezcla innatural de guitarras distorsionadas crudamente y ese sonido prototípico del rock industrial de los ochenta del que tanto mamó Al (y con rock industrial me refiero a SPK, Einstuzende Neubauten o P.I.L.) y que logró capturar a todos los cabezas de metal de la época. Los disparos que secundan a estos primeros tampoco son moco de pavo con "You know what your are", “Destruction” o la purulenta “The land of Rape and Honey” (retitulada “The Land of Milk and Honey” en la reciente reedición que ha realizado el sello Wounded Bird) a la cabeza, conformando un sonido oscuro, estridente y dañino que pulirían con mejor o peor fortuna en siguientes entregas.
Desgraciadamente Ministry nunca ha vuelto a triturar oídos ni corazones (el disco me atrapó desde el mismísimo día de su compra) como lo hicieron con esta malsana tierra de violación y miel.


MAS INFORMACIÓN.

BAJALO AQUÍ.

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...